Conoce a Naomi Osaka, la número 1 de WTA
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Naomi Osaka no solo ganó el US Open 2018 contra Serena Williams, sino también se llevó el trofeo en Australia. La tenista japonesa se ha vuelto una estrella.
Naomi Osaka es el nuevo nombre de gloria del tenis universal. La japonesa, flamante nueva número 1 del ranking mundial, ganó el último Open de Australia con total autoridad y ratificó a propios y a extraños que las hermanas Williams, Caroline Wozniacki, María Sharapova y compañía comienzan a formar del pasado.
¿Cómo ha sido el vertiginoso camino de Naomi para llegar al estrellato? Y sobre todo, ¿a dónde podría llegar en el futuro? A continuación las repuestas a estas interrogantes en el análisis exclusivo de LatamPost.
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Todo nace del amor
Como todas las cosas buenas de la vida, Naomi es fruto del más puro amor. Como se señala en el El Tiempo de Colombia, todo empezó cuando Leonard François, un haitiano de nacimiento y neoyorquino por adopción, conoció en sus años universitarios a Takami Osaka, una japonesa arraigada a su cultura, en Sapporo, ciudad de la isla de Hokkaido al norte de Japón, una de las zonas más conservadoras de esa nación.
En este lugar comenzaron una relación cuyo cariño logró imponerse a la falta de aprobación de los padres de la novia, ya que se casaron apenas pudieron y se fueron juntos a la ciudad de Osaka. El fruto de esa historia fue Naomi, quien llegó al tenis “desde que su padre vio jugar a las hermanas Serena y Venus Williams y conoció del proyecto que su papá, Richard, utilizó para convertirlas en las jugadoras más implacables del circuito”.
En ese momento, sus primeros años de vida, François la llevó a Nueva York y, mientras ella daba sus primeros pasos en el tenis, él se formaba como entrenador bajo las indicaciones del padre de las Williams, y luego entre los dos comenzaron a formar a esa increíble jugadora.
Australia, escenario de consagración
No obstante, cuando se pensaba que ya era grande lo conseguido por Naomi en el US Open, solo un par de meses después, específicamente en el Open de Australia, dio muestras de que su brillo es el resultado de un trabajo de años. Ganó todo en Melbourne, venció con total control a todas sus rivales incluyendo a la checa Petra Kvitová en la final, con quien se tuvo que batir en un duelo para el recuerdo.
Tal como lo explicó un nuevodía.com, a diferencia de esa tarde en Nueva York de US Open ante Serena, esta vez ante Kvitová no hubo burlas de una multitud confundida. No hubo controversia. No hubo caos. No tuvo que compartir el foco de atención. La misma Naomi confesó que en algún momento de la final de Australia recordó su duelo ante Serena y lo utilizó para calmarse y superar sus miedos: “creo que si no me hubiera reagrupado después del segundo set, entonces habría recordado este partido y probablemente me pondría a llorar o algo así. No fue así y estoy feliz, me alegra haber ganado en este prestigioso torneo.”
El primer número 1 de sus vitrinas
Como si fuera poco, no sólo son las dos coronas consecutivas de ‘Grand slam’ lo que generan asombro, pues más allá de eso la nipona ya comenzó a marcar una historia de nuevos récords. Añade nuevodía.com que, con solo 21 años, Osaka es la número 1 más joven de la WTA en casi una década (Caroline Wozniacki tenía 20 cuando ascendió por primera vez a la cima en 2010). Pensemos que el año pasado por estas mismas fechas era número 72 del ranking.
Finalmente, para responder a la interrogante de qué le depara el futuro a Naomi dentro del deporte blanco, basta con citar el análisis del portal especializado puntobreak.com y así caer en cuenta de lo que realmente estamos presenciando con el nacimiento de esta estrella: “Osaka parece venida para salvar al tenis femenino de su cierto anquilosamiento. Es la modernidad con el corazón de los noventa, dispuesta a escribir su historia a fuerza de golpes ganadores inverosímiles. Osaka nos devuelve el tenis femenino y lo reinventa. Tiene la variedad antigua, la mente preclara y los golpes precisos y salvajes. Imaginativos, también. Es y será la piedra angular de la nueva era que está por comenzar.”
LatinAmerican Post | Freddy Gonzales
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