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El club de fútbol chileno Palestino estrena camiseta con motivo de Gaza

En Chile, el fútbol es más que un simple partido cuando juega Palestino. Su nueva camiseta de visitante lleva un diseño de sandía, un símbolo de resistencia palestina, mientras que una piedra de Gaza —entregada antes de los encuentros— les recuerda su lucha por la paz y sus raíces.

El mensaje de la sandía

Para el club chileno Palestino, los 90 minutos en la cancha significan mucho más que intentar superar al rival. Cada partido es una expresión cargada de resonancia cultural y política, como lo demuestra su nueva camiseta de visitante con un motivo de sandía. Como explicó el gerente del club, Diego Yunis, a EFE: “Queríamos incluirlo porque, en muchas partes del mundo, la bandera palestina está censurada, y eso es inaceptable”.

En el fútbol moderno, los clubes a veces usan camisetas especiales por causas benéficas o tributos históricos. Sin embargo, la elección de Palestino tiene un significado más profundo: la sandía representa una tradición de desafío a la opresión. La historia se remonta a la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando Israel prohibió la exhibición de símbolos palestinos en Gaza y Cisjordania. Durante esa época, portar o mostrar la bandera nacional quedó prohibido, lo que llevó a los palestinos a encontrar emblemas alternativos. La sandía, con su interior rojo y verde y su corteza blanca, reflejaba los colores de la bandera prohibida, convirtiéndose en un símbolo de solidaridad, resistencia y orgullo cultural.

Ubicado en la primera división de Santiago, Palestino fue fundado en 1920 por inmigrantes palestinos que se establecieron en Osorno, a unos 920 kilómetros al sur de la capital chilena. Más de 100 años después, el personal y los jugadores del club siguen utilizando su plataforma para dar visibilidad a la causa palestina. En las gradas, los aficionados levantan kufiyas y pancartas en honor a su herencia, en una muestra de lealtad e identidad. Después de haber enfrentado intentos de censura por el uso de la bandera palestina, el equipo considera sus expresiones simbólicas en la cancha como actos indispensables de resistencia.

Una piedra de Gaza

Más allá de la vibrante camiseta inspirada en la sandía, el mensaje de Palestino se extiende a otro símbolo más sobrio: un fragmento de roca que viajó 13.000 kilómetros desde la devastada Gaza hasta Chile. Un video proporcionado a los medios señala que la piedra proviene de una vivienda palestina destruida en Gaza y ahora cruza los estadios de fútbol como un emblema de resistencia. La entrega de la piedra al capitán del equipo rival, junto con el tradicional intercambio de banderines, busca visibilizar las dificultades de las familias palestinas desplazadas.

Durante su victoria en la fase clasificatoria de la Copa Sudamericana contra la Universidad Católica, el capitán de Palestino, Bryan Carrasco, entregó la piedra a su homólogo. “Es un detalle muy especial para que los equipos rivales se lleven un pedazo de historia con ellos”, comentó Carrasco en el mismo video. “Pocas veces se ven gestos como este en el fútbol”. Según el club, el recorrido de la piedra de mano en mano refleja la experiencia de incontables palestinos desarraigados por el conflicto: generaciones forzadas a recorrer tierras desconocidas en busca de seguridad.

Chile alberga la diáspora palestina más grande fuera de Medio Oriente, con una población estimada en medio millón de personas. A menudo superando a países como Egipto o Líbano en número de emigrantes, Chile ofrece un entorno donde la herencia palestina puede florecer. Sin embargo, persisten los mismos desafíos históricos: cuestiones de identidad, desplazamiento y el anhelo de una paz que parece perpetuamente inalcanzable. Al colocar simbólicamente un fragmento de un hogar destruido en manos de un equipo rival, Palestino insiste en que el fútbol puede servir como un puente entre el sufrimiento de las zonas de conflicto y el escenario global del deporte profesional.

En varios de sus partidos, los jugadores de Palestino han realizado homenajes a ausencias notables. En mayo de 2024, antes de un partido de liga, ingresaron al campo tomados de la mano, aunque sin la presencia de niños. Este gesto fue un homenaje a las vidas infantiles perdidas en Gaza. En un tiempo de tristeza y enojo, esta clara manifestación de la inocencia arrebatada resonó en el fútbol chileno, generando tanto respeto como controversia.

Tradición, resistencia y el futuro

Durante la última década, Palestino ha intensificado su vínculo con los territorios palestinos mediante diversas iniciativas. Según Yunis, “Hemos fortalecido mucho la relación con Palestina en los últimos 15 años, abriendo academias de fútbol allá, organizando giras de nuestro equipo y dando charlas a nuestros jugadores”. Actualmente, el club mantiene programas educativos en Ramala, Belén y Gaza, en un esfuerzo por fomentar el desarrollo juvenil en regiones afectadas por obstáculos políticos y económicos.

Esta fusión poco convencional de activismo, herencia y desempeño deportivo ha captado la atención internacional. Cuando el equipo presentó una controvertida camiseta hace algunos años, con la forma de Palestina dentro del número “1” en la espalda de los jugadores, la federación chilena de fútbol impuso sanciones. Los diseñadores de la equipación defendieron la iniciativa como una afirmación esencial de identidad frente al intento de borrarla.

A principios de 2024, la camiseta “Green Brigade”, diseñada en conjunto con el club escocés Celtic —cuyo grupo de seguidores es conocido por su apoyo a la causa palestina—, volvió a generar debate. Los críticos argumentaron que mezclar política y deporte solo intensifica divisiones existentes, mientras que los simpatizantes lo vieron como una declaración de solidaridad importante. Para Palestino, ignorar la política, incluso en la cancha, sería negar su propia historia.

El fútbol chileno no es ajeno a la protesta y la simbología. Los clubes suelen alinearse con diversas causas, especialmente cuando estas tienen raíces profundas entre sus aficionados. Mientras algunos cuestionan si una institución deportiva debería asumir roles que van más allá del ámbito atlético, la dirigencia de Palestino sostiene que no puede permanecer en silencio cuando su herencia está en juego. Una camiseta con diseño de sandía puede parecer extravagante, pero detrás de ese estampado audaz se esconde un peso histórico que evoca décadas de exilio, perseverancia y esperanza.

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Cada partido de la Primera División chilena, entonces, se convierte en algo más profundo para los seguidores de Palestino. Gritan cuando el equipo anota, pero también celebran símbolos en forma de colores, fruta y piedra, una mezcla de arte y protesta que invita a mirar más allá del juego en sí. En última instancia, la fusión de tradición, unidad y esperanza demuestra cómo el fútbol puede reflejar el anhelo de una comunidad por tiempos de paz y libertad. Mientras el balón siga rodando, Palestino continuará transmitiendo ese mensaje, una kufiya ondeando al viento y una piedra de Gaza en cada partido.

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