El mexicano Canelo rompe límites y deja al mundo del boxeo asombrado

El camino del boxeador lo llevó desde las calles bulliciosas de Jalisco hasta las brillantes luces de Las Vegas, alcanzando un nivel nunca antes visto. Al peleador mexicano se le conoce como “Canelo”. Su personalidad firme y su esfuerzo constante han conquistado a aficionados de todo el mundo.
Raíces de un fenómeno del boxeo
Santos Saúl Álvarez Barragán, nacido el 18 de julio de 1990 en las afueras de Guadalajara, emergió desde orígenes humildes. De niño, recorría las calles de Juanacatlán vendiendo paletas (helados congelados) junto a su padre cada mañana, y al mediodía ayudaba a servir aguas frescas. Por la tarde, se calzaba los guantes en el gimnasio de José “Chepo” Reynoso, perfeccionando el arte que un día cautivaría al mundo.
Desde joven, Álvarez fue objeto de burlas por su piel clara y pecas—sus compañeros le lanzaban insultos y le dieron el apodo de “El Canelo” (por su cabello rojizo). Sin embargo, lo que comenzó como una burla se convirtió en un símbolo de fortaleza. Los constantes apodos aumentaron su determinación. Aprendió técnicas de contraataque en el ring, las cuales definieron su estilo de pelea. A los 10 años, su hermano Rigoberto le regaló unos guantes de boxeo. Así comenzó un recorrido que lo llevaría al estrellato mundial.
A los 15 años, Álvarez estaba listo para su debut profesional. El 29 de octubre de 2005, bajo las luces de la Arena Chololo Larios en Tonalá, venció a Abraham González por nocaut técnico en el cuarto asalto—un presagio de la ola de victorias que lo llevaría a la cima del boxeo. A pesar de su juventud, mostró una gran capacidad de golpeo y una madurez inusual en el ring.
La dedicación de su padre al esfuerzo y los consejos constantes de Eddy Reynoso lo formaron como boxeador. Su actitud serena solía sorprender a oponentes mayores y físicamente más fuertes. Pronto, los fanáticos locales se dieron cuenta de que “Canelo” no era solo un apodo surgido del acoso, sino el grito de batalla de un joven campeón imparable, listo para trascender las fronteras de Jalisco.
Camino al estrellato global
Con los años, Álvarez acumuló una notable cantidad de victorias. Peleó y ganó en varias categorías de peso: superwélter, mediano, supermediano e incluso semipesado. Consolidó su reputación al vencer a rivales notables como Gennadiy Golovkin, Miguel Cotto, Amir Khan, Sergey Kovalev y Billy Joe Saunders, demostrando su capacidad de adaptarse, dominar o superar casi cualquier estilo.
Sus pocas derrotas fueron frente a campeones respetados que lo vencieron solo por decisión. La primera fue contra Floyd Mayweather Jr. en 2013, una clase magistral de defensa y evasión del astro estadounidense. La segunda, en 2022 ante Dmitry Bivol en peso semipesado, fue una sorpresa que recordó al mundo que incluso las fuerzas imparables pueden tropezar. Sin embargo, esas derrotas no frenaron la ambición de Álvarez. Por el contrario, se reorganizó, regresó a sus divisiones más cómodas y siguió acumulando triunfos.
Curiosamente, el carismático boxeador intentó una dieta vegana mientras se preparaba para la pelea contra Bivol, influenciado por su esposa, quien lleva ese estilo de vida. Tras la derrota, volvió a una dieta más familiar, rica en pescado y huevos. Esto muestra su disposición a probar nuevas ideas sin perder de vista lo esencial para su potencia.
En las arenas y frente a los patrocinadores, Álvarez muestra confianza y enfoque. Mantiene una actitud tranquila pero determinada en conferencias de prensa y comerciales. Las sedes se llenan cuando compite, ya sea en Nevada, Nueva York o, recientemente, Arabia Saudita. Sus combates generan grandes ingresos en pago por evento, gracias a su estilo emocionante: golpes contundentes al cuerpo, defensas precisas y una estrategia cuidadosamente elaborada.
A lo largo de su carrera, Álvarez ha coleccionado una cadena de títulos mundiales. Entre sus logros destaca la obtención del campeonato mediano del CMB con apenas 21 años, defendiendo el cinturón ante veteranos como “Sugar” Shane Mosley y Josesito López, y luego ascendiendo para conquistar el título superwélter frente a Austin Trout. Más tarde, dominó la división supermediana, unificando los títulos de la AMB, CMB, OMB y FIB.
Su incursión en el peso semipesado culminó con un nocaut ante el experimentado campeón Sergey Kovalev, una victoria contundente que sumó una cuarta categoría de peso a su historial. Aunque enfrentó dificultades ante Bivol en su siguiente combate, nadie duda de su valentía al medirse con los mejores en múltiples divisiones.
El legado de un ícono mexicano indiscutido
Saúl “Canelo” Álvarez se ganó un lugar especial entre los grandes del boxeo. Transformó un apodo infantil en una marca reconocida a nivel mundial. Es símbolo del orgullo mexicano y un referente de alto rendimiento en el deporte.
Tras casi veinte años en el boxeo, sigue desafiando los límites. Pelea en distintos países, explora categorías de mayor peso y suma cinturones a su colección. Su logro más destacado ha sido mantener el título indiscutido de campeón supermediano con los cuatro principales cinturones. Álvarez brinda pocas oportunidades a sus rivales. Peleadores invictos como Callum Smith y campeones como Billy Joe Saunders tuvieron escasas chances. Rara vez genera dudas en los jueces o entre sus seguidores. Incluso los críticos que cuestionan algunas decisiones no pueden negar su extraordinaria técnica en el ring.
Su historial profesional muestra muchas victorias—muchas por nocaut—y pocas manchas. En los escasos momentos en que sufre un revés, nunca evita hablarlo abiertamente. Se compromete nuevamente con el entrenamiento. Revisa estrategias con su equipo y vuelve más afilado. Desde sus inicios peleando con boxeadores mayores en humildes gimnasios de Jalisco hasta encabezar eventos masivos en Las Vegas, su carrera ha estado marcada por el crecimiento a través de la adversidad.
Más allá de sus logros deportivos, Canelo destaca por su compromiso social. La venta de paletas con su padre tocó el corazón de muchos. En su historia, la gente ve reflejado su propio esfuerzo y deseo de superación. Ha ganado respeto como peleador y como persona, inspirando con relatos personales. Se ha mantenido conectado a sus raíces y ha apoyado causas benéficas en su comunidad.
Cada victoria sobre Caleb Plant, Dmitry Bivol o Golovkin suma a su legado. Los fanáticos esperan con ansias el próximo capítulo de su carrera. Ya sea una defensa de título o una pelea estelar contra un nuevo rival, el nombre de Álvarez siempre se menciona entre los mejores boxeadores activos, sin importar la categoría—una afirmación respaldada por sus actuaciones, unificaciones de títulos y la energía en sus combates.
Sus enfrentamientos recientes demuestran su atractivo global: desde el Hard Rock Stadium en Miami contra Avni Yıldırım, hasta el histórico Alamodome en San Antonio o el famoso MGM Grand Garden Arena. Incluso su viaje a Riad, donde venció unánimemente a William Scull, demuestra su disposición a actuar en escenarios internacionales lejos de México o de los centros de boxeo en EE. UU. Aunque algunos críticos señalaron que esa pelea fue lenta—ambos boxeadores lanzaron un número históricamente bajo de golpes—, la victoria de Álvarez amplió su reinado como campeón supermediano.
Ninguna historia sobre “Canelo” Álvarez estaría completa sin reconocer la pasión que despierta entre sus compatriotas. México, un país que venera a sus héroes del boxeo, lo ha abrazado con fuerza. Leyendas como Julio César Chávez y Juan Manuel Márquez allanaron el camino, pero Álvarez ha forjado su propio rumbo, convirtiéndose, para muchos, en el rostro del boxeo mexicano moderno. Jóvenes peleadores lo citan como ídolo, y los aficionados acuden a sus peleas envueltos en banderas tricolor, coreando por otro nocaut de su ídolo.
Mientras su carrera sigue desarrollándose, los rumores sobre superpeleas, eventos históricos en estadios y saltos de peso ambiciosos continúan. Álvarez ha demostrado que está dispuesto a enfrentar a cualquier retador, desde jóvenes promesas de su división hasta campeones de categorías vecinas. Parece que ningún escenario es demasiado grande ni ningún desafío demasiado intimidante para aquel joven que recorría las calles de Jalisco con paletas en la mano, soñando con luces brillantes y multitudes aclamando su nombre.
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Para Canelo, el boxeo es más que un trabajo—es un estilo de vida. Cada golpe lanzado con precisión, cada pelea ante estadios llenos y cada cinturón añadido son testimonio de la determinación, la capacidad de recuperación y el enorme carisma de un joven que convirtió un insulto en una marca global. De un niño tímido a un campeón seguro de sí mismo, Saúl Álvarez se ha vuelto un nombre indispensable en la historia del boxeo. En cada paso de su viaje, lleva consigo el orgullo de todo un país.