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Fútbol argentino: nueva cláusula por violencia de género

Una decisión histórica se llevó a cabo en un club perteneciente a la Liga de Argentina. 

Futbolista pateando un balón dentro del campo de juego.

Futbolista pateando un balón dentro del campo de juego. / Foto: Pexels – Imagen de referencia

LatinAmerican Post | Laura Viviana Guevara Muñoz

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En días pasados, el equipo argentino Vélez decidió por primera vez realizar una cláusula histórica dentro de la contratación de un jugador de fútbol. Se trata del caso de Ricardo Centurión un  jugador de 26 años, que se destaca por su gran rendimiento en el campo, pero también es conocido por causar diferentes problemas fuera de la cancha. 

De acuerdo con varios medios argentinos, la cláusula determinada por el Departamento de género del equipo, pretende que el jugador se comporte acorde con los lineamientos del club y “al protocolo de violencia de género”, según Canal Net. Si Centurión incumple esta cláusula, su contrato será terminado; cabe destacar que el ex jugador del Boca durará un año en calidad de préstamo, procedente del Racing. 

Dentro de los motivos principales, se encuentra el hecho de que el jugador fue denunciado en mayo de 2017 por Melisa Tozzi, su ex novia, quien le inculpó de lesiones y amenazas, lo que en primera instancia le causó una caución, pero, finalmente un juez archivó el caso. Además, el jugador tuvo varios escándalos por su comportamiento, desde accidentes automovilísticos, hasta faltar a entrenamientos por excederse con el consumo de alcohol.

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Departamento de género

Desde el 2018, el club fue pionero en la creación del Área de Violencia de Género, “un equipo de trabajo que se ocupa de una problemática que atraviesa a la sociedad en los más diversos ámbitos”, según La Nación.

Según el mismo medio, el área de trabajo está compuesto por diez mujeres, las cuales son lideradas la abogada Paula Ojeda, las cuales se encargan de dar desde talleres, presentaciones,  charlas y películas que enfaticen la problemática como tal. 

La forma cómo fue incorporado el jugador, y bajo las condiciones necesarias, le valió un reconocimiento a la institución por parte del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI). Por medio de su cuenta de Twitter, la institución manifestó su apoyo, “acompañamos la decisión del club y alentamos a que el resto de los clubes incorporen acciones tendientes a prevenir actos discriminatorios y violentos”.

Otros casos

No cabe duda que con la implementación que regule el comportamiento social, y enfatice en las consecuencias en caso de violencia de género, es un gran avance en el mundo del fútbol. Sin embargo, en la mayoría de situaciones en donde la violencia es partícipe, los clubes prefieren apartar del club al jugador involucrado y reincorporalo una vez los “asuntos personales” hayan sido resueltos. 

Tal es el caso del también futbolista argentina Jonatan Cristaldo, jugador del Racing, quien fue denunciado por su ex esposa tras propinarle dos golpes en su cara. Ante las acusaciones, el club se limitó a separarlo por unos dias hasta que la situación se aclarara. 

El equipo se limitó a emitir un comunicado en el cual expresa que está comprometido “en acciones concretas orientadas a eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, como así también contra toda forma de violencia en general”. Sin embargo, al pasar el tiempo estipulado, Cristaldo volvió a jugar dentro del plantel, y ahora le buscan su salida del club.

Por otra parte, está el caso del arquero del equipo brasileño San Pablo, Jean Paulo Fernandes Filho. El jugador fue detenido en Estados Unidos cuando su ahora pareja lo acusó de violencia doméstica. Según AS, la víctima sufrió “ocho puñetazos en la cara en medio de una discusión”. El jugador fue puesto en libertad, pero no podrá tener contacto directo con su esposa. 

En un primer comunicado, el club afirmó que “no tolera ni acepta episodios como los reportados hoy de violencia contra las mujeres”, reafirmando el compromiso que adquiere un jugador ante la sociedad. Además enfatizó que por el momento no podía tomar medidas legales, dado que el episodio ocurrió en las vacaciones de diciembre, y en Brasil la ley prohibe despedir a un trabajador cuando éste se encuentre en vacaciones. 

No obstante, el pasado 9 de enero, el club volvió a emitir un comunicado afirmando que suspenderá  a el jugador de las actividades con el equipo hasta el 31 de diciembre del 2020, pero aún así, el futbolista podrá resumir las actividades si es contratado por otro equipo. De lo contrario, el San Pablo “puede decidir rescindir el contrato al final de la suspensión de este año”. 

A pesar de ejercer una sanción, en temas de violencia, el fútbol todavía tiene un gran obstáculo para disciplinar a sus jugadores y hacerlos entender de las graves consecuencias que sus actos pueden tener. Aún así, el caso de Vélez presenta un escenario sin precedentes para tratar estas agresiones.

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