Jossimar Calvo se dejó tentar por el fútbol, pero la gimnasia lo sedujo
Una de las historias desconocidas del cucuteño Jossimar Calvo es que cuando era niño soñaba con patear balones, lejos de lo que hoy hace: trepar barras paralelas
Cuando apenas era un niño y crecía en las calles de Cúcuta, Jossimar Calvo, alcanzó a soñar con jugar fútbol. Eso era lo que anhelaba, sin desconocer que su talento estaría lejos de una cancha de 120 por 45 metros. La inusual historia la recordó el propio Calvo en un perfil elaborado por El Tiempo. Allí menciona que cuando tenía cinco años se dejó llevar por la fiebre del balón y un ídolo en particular: Ronaldo, el brasileño que ganó dos Copas del Mundo.
Read in english: The gymnast Jossimar Calvo once wanted to be a soccer player
También reseña dicho medio que el cucuteño alcanzó a jugar en un equipo aficionado de la capital de Norte de Santander, pero por recomendación de una profesora de una escuela de gimnasia artística se dejó llevar por esta última disciplina.“Era muy pequeño. Yo quería ser futbolista, pero como cuando uno es niño y no entiende, pues mis padres le hicieron caso a la recomendación de una profesora de la unidad deportiva y así comencé”, le dijo Jossimar al mismo medio.
Otro hecho curioso sobre los inicios de Jossimar Calvo tiene que ver con su admiración por el aclamado actor europeo y de Hollywood Jean Claude van Damme. Descartado el fútbol, Calvo se metió de lleno con la gimnasia y uno de sus primeros deseos fue parecerse a Van Damme, al punto de tener sus mismos movimientos y flexibilidad para dar patadas o saltos, recuerda El Espectador. Agrega el mismo medio que en ese momento fue clave la llegada de Jairo Ruiz, un hombre que descubrió la gran capacidad del cucuteño para moverse sobre las barras paralelas, las cuales más adelante le darían la gloria a nivel nacional y mundial.
En este manjar de curiosidades entorno a Calvo no se puede dejar de lado la dura infancia que vivió: en entrevista para Señal Colombia recordó que su vivienda, en el barrio Belisario de Cúcuta, siempre estuvo en obra negra. En donde la habitación, cocina y baño estaban a medio terminar, y las tejas de lata permitían que el agua se filtrara cuando llovía demasiado.
También al medio nacional colombiano, Jossimar le contó que sus calentamientos antes de afrontar un partido de fútbol eran muy peculiares y combinaba los dos deportes que lo marcaron de por vida.“Al inicio, había que trotar y estirar. Entonces en esos calentamientos, yo hacía esas rutinas de gimnasio. Me abría de piernas, me paraba de manos, hacía medias lunas y cosas así por el estilo. Todos se quedaban viéndome”, contó.
Su principal motivo de inspiración
Todos esos momentos inolvidables, felices y tristes sirvieron para que Calvo se convirtiera poco a poco en un gran deportista. Aunque ello no habría sido suficiente sin el acompañamiento y motivación constante de su madre, Nohora Moreno. Fue ella quien estuvo a su lado desde que decidió matricularse en una escuela de formación de gimnasia, hasta que compitió por primera vez en unos Juegos Olímpicos
Sin embargo, recientemente ella murió debido a una cirugía a corazón abierto que no soportó, y a pesar de lo devastador de la noticia el cucuteño quiso competir en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Tras obtener tres medallas de oro le dijo a El Espectador: "Mi mamá murió viéndome triunfar”. “Fue una mujer con buenos valores y gracias a Dios me vio crecer y me dio una buena educación”, afirmó Calvo.
No es para menos, la muerte de su progenitora se dio sólo días antes de que arrancara su participación en los Centroamericanos. Al respecto le confesó a El Heraldo que “dudé en venir” puesto que no se sentía anímicamente fuerte. Sin embargo, primó la responsabilidad con todo un país y sobre todo el profesionalismo.
Calvo se marchó de las justas del Caribe con tres preseas de oro, dos de plata y una de bronce. Igualmente sirvió para dedicarle esta victoria deportiva a su madre: "En el cielo debe estar muy orgullosa”, le manifestó el cucuteño a La FM.
LatinAmerican Post | Yeinson Fajardo Bohórquez
Copy edited by Laura Viviana Guevara Muñoz
