Junior y Nacional: cuando el dinero no da títulos
El Atlético Junior y el Atlético Nacional son dos de los tres clubes poseedores de las nóminas más valiosas del Fútbol Profesional Colombiano (FPC)
Los equipos más grandes de la Costa Norte y del departamento de Antioquia realizaron grandes inversiones con la intensión de ganar títulos a nivel local e internacional, pero han defraudado las expectativas que se tenían puestas en ellos.
Atlético Junior
En el caso de los barranquilleros, según el portal especializado Transfermarkt, la nómina tiene un precio de 25.4 millones de euros, siendo la más costosa del país. Su jugador con mayor avalúo es Yimmi Chará con el estimado de 2,5 millones de euros. Este alto valor de la nómina se debe a la gran inversión que hizo a mitad del presente año el presidente del equipo, Antonio Char, quien adquirió al delantero Teófilo Gutiérrez en dos millones de dólares y a Yimmi Chará en 4.5 millones de dólares, siendo este último el traspaso récord del fútbol colombiano.
El Atlético Junior se reforzó con altura para luchar por los tres campeonatos por los que participaría en el segundo semestre del 2017: la Copa Águila, la Liga Águila II y la Copa Conmebol Sudamericana. El equipo, acompañado de toda su hinchada ilusionada por las grandes contrataciones, quedaría campeón de la Copa Águila, tal vez el torneo de menor importancia entre los que disputaba, pero que llenaba de optimismo al equipo costeño.
En la Copa Conmebol Sudamericana el Junior empezó a jugar desde la segunda fase. En esta competición eliminó al Deportivo Cali de Colombia, al Cerro Porteño de Paraguay, y al Sport Recife de Brasil, llegando a las semifinales del torneo. El club `Tiburón´ inflaba el pecho y llenaba de aire su camiseta para las fases definitivas, pero en las semifinales se enfrentaría al Flamengo de Brasil, quien lo eliminaría después de ganarle los partidos disputados en Río de Janeiro y Barranquilla. El sueño continental había terminado, el declive había comenzado.
Cuatro días después de la eliminación el Copa Sudamericana, el fútbol le daría una oportunidad de revancha al Junior cuando enfrentara al América de Cali en cuartos de final de la Liga Águila II, torneo en el cual el Junior terminó primero en la tabla de posiciones de la fase de todos contra todos. En el primer duelo, jugado en Cali, ambos clubes empataron a 0 goles. Posteriormente el equipo costeño, tal vez todavía afectado por la reciente eliminación contra el Flamengo en Barranquilla, volvió a empatar de local, lo que llevó la serie a la definición por penales. Desde los 11 pasos, el Junior fue eliminado por el América, consumando la catástrofe futbolística.
Según declaraciones de Antonio Char, presidente del equipo, a diferentes medios de comunicación, el balance deportivo y económico del Junior “termina siendo malo, termina siendo negativo porque las posibilidades nuestras de poder avanzar en los dos torneos que quedamos por fuera nos hubiesen dado algunas posibilidades que ya no podemos tener”. Fue un mal negocio.
Después de tener la nómina más costosa del país, de invertir más de seis millones de dólares, de crear expectativas realmente optimistas por el juego y los resultados que el equipo obtenía, el Atlético de Junior defraudó, conquistó un título que a la postre no fue suficiente para toda la ilusión que se tenía concentrada en los títulos más importantes. Inversión esfumada.
Atlético Nacional
El equipo verdolaga, a pesar de concretar la venta de varios de sus mejores jugadores como Alejandro Guerra, Orlando Berrío, Miguel Borja, Farid Díaz, Francisco Nájera, Alejandro Bernal y Mateus Uribe durante el año, también se dispuso a invertir varios millones para traer jugadores de gran talla para suplir esas ausencias. Jugadores como Dayro Moreno, Aldo Leão Ramírez, Edwin Valencia y Luis Carlos Ruiz llegaron iniciando el 2017, y jugadores como Gorka Elustondo, Jeison Lucumí y Andrés Rentería llegaron a mitad de año.
La contratación de estas figuras a lo largo del año hace que, según el mismo informe del portal especializado Transfermarkt, el valor de su nómina alcance los 22,7 millones de euros, siendo la tercera más costosa de Colombia. Su jugador más costoso es Dayro Moreno, avaluado en 2 millones de euros.
El equipo de la capital de la montaña se reforzó para disputar cuatro torneos a lo largo del año 2017: la Copa Águila, la Liga Águila I, la Liga Águila II y la Copa Libertadores de América. El equipo contrató varias figuras para retener el título conseguido en la Copa Libertadores del año anterior, pero el único título de los cuatro que disputó fue la Liga Águila I. Si bien es un título importante, en las arcas verdolagas el sabor es amargo por la pobre presentación en el torneo continental y por la estrepitosa caída en el segundo semestre del año.
En la Liga Águila I, el Verde Paisa fue justo campeón, terminando primero en la fase de todos contra todos, derrotando a Jaguares de Córdoba en cuartos de final, a Millonarios en la semifinal y al Deportivo Cali en la gran final con un contundente 5-1 en el partido de vuelta disputado en Medellín. Una campaña muy buena a nivel local, pero a nivel internacional fue totalmente diferente.
Nacional partía como uno de los favoritos en la Copa Libertadores de América al ser el campeón defensor del título. Quedó sembrado en el grupo 1, el cual también estaba integrado por Botafogo de Brasil, el Barcelona de Ecuador y por Estudiantes de la Plata de Argentina. El equipo verdolaga solo ganó dos partidos y perdió los otros cuatro, siendo uno de los peores campeones defensores de la historia de la competición. Su participación en esta edición fue tan paupérrima que finalizó último en el grupo, perdiendo también la oportunidad de jugar la Copa Conmebol Sudamericana. Semestre agridulce para el sentimiento de los hinchas y para el bolsillo del club.
En el segundo semestre Atlético Nacional disputaría la Copa Águila y la Liga Águila II como campeón defensor en ambas competiciones. Además de la llegada de los jugadores ya mencionados se sumó la contratación del técnico español Juan Manuel Lillo (asistente técnico de Jorge Sampaoli en la selección de Chile y en el Sevilla), quien era apoyado por las directivas del club pero no por la hinchada, debido a su pasado mediocre en Millonarios.
El club, favorito en las dos competiciones por su poder económico y por su inversión a lo largo del año, sufrió el primer batacazo del semestre: quedó eliminado de la Copa Águila en el Atanasio Girardot de Medellín a manos del modesto Patriotas Boyacá en cuartos de final. Los ánimos se caldearon por el pobre juego mostrado por el equipo dirigido por el español. Sin embargo, aún quedaba la Liga Águila II, competición por la cual lucharían sin el acompañamiento de su hinchada inconforme por el mal juego y el mal manejo de la inversión hecha.
Las dudas por el juego exhibido acompañaron a Nacional en todo el torneo, a pesar de clasificar en tercer lugar en la fase de todos contra todos. Ya en cuartos de final se enfrentaría contra el Deportes Tolima, equipo que no invirtió en grandes cantidades y cuyo plantel cuesta 10 millones de euros menos que el de Nacional. Se disputaron los dos partidos de la llave y el resultado global resultaría empatado, la definición sería por penales, el desastre estaba a punto de hacerse realidad. Deportes Tolima fue más efectivo, ganó y encendió el inconformismo de toda la hinchada verde. La inversión de todo un año solo había servido para un título, para terminar último en la copa más importante del continente y para ser eliminado en su propia casa en las dos competiciones que le restaban.
Atlético Junior y Atlético Nacional, clubes poderosos económica y deportivamente, se derrumbaron, se quedaron ad portas de la gloria, de hacer que su inversión fuera efectiva. Después de la catástrofe, a los dos equipos solo les queda reflexionar y buscar cuáles fueron los errores, y deben encontrarlos rápido, porque desde hace mucho tiempo en el Fútbol Profesional Colombiano un error no costaba tanto.
Latin American Post | Javier Aldana
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