Ciclismo colombiano: ¿por qué no hay un equipo nacional?
Cuando se trata de los cafeteros, las estrellas tienen que competir solas
El ciclismo colombiano es considerado por muchos como el mejor de América y uno de los mejores del mundo. Sus protagonistas cuentan con una larga trayectoria en el ámbito internacional y se codean con los mejores pedalistas del mundo. Por esto, hay una pregunta que durante la última década ha embargado cientos de corazones colombianos, en relación con la importancia que representa el ciclismo para las autoridades deportivas del país: ¿por qué no se crea un equipo élite o UCI Pro Team de ciclismo en Colombia con deportistas nativos?
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Formar un equipo de ciclismo nacional ya se ha intentado. Se probó en los años 80’s y 90´s con los equipos ‘Café de Colombia’ y ‘Manzana Postobón’ o ‘Postobón’. Estos equipos representaron durante esas décadas al ciclismo colombiano. Se formaron desde un enfoque profesional con dirigencias, ciclistas y proyectos nacidos en y desde el país. Igualmente, se vislumbraron como un apoyo para los pedalistas cafeteros, en vista de su talento y éxito a nivel amateur. La competitividad que demostraron hombres como Luis ‘Lucho’ Herrera o Fabio Parra le valió a Colombia múltiples triunfos de etapas en las grandes vueltas del ciclismo mundial, sobre todo en aquellas montañas que sacaron lo mejor de sí de estos ‘escarabajos’.
Herrera ganó la Vuelta a España en 1987. Su victoria significó, hasta el momento, la cima de toda una carrera tanto personal como colectiva. Todo el ciclismo colombiano se congració con este triunfo, pues logró una posición mucho más que favorecedora ante los ojos de los aficionados y expertos del pedaleo. Pero la bonanza no fue para siempre. En 1990 desapareció ‘Café de Colombia’, quien ante la salida de su patrocinador VARTA, la caída del café en el mercado y la marcha de varios de sus ciclistas a equipos extranjeros, no tuvo otra opción que salirse del entorno ciclístico. Lo propio ocurrió en 1996 con ‘Postobón’.
Hoy en día, hay personajes maravillosos como Nairo Quintana, Rigoberto Urán, Esteban Chaves, Fernando Gaviria, Jarlinson Pantano, Darwin Atapuma, Carlos Betancourt, Miguel Ángel López, Sergio Luis Henao, entre muchos otros. Ellos son quienes dejan el nombre del país en alto en el círculo del ciclismo, pero cada uno por separado, pues no hay un equipo nacional.
Indudablemente, Nairo, quien ha sido campeón del Giro de Italia 2014 y la Vuelta a España 2016, y tres veces podio en el Tour de Francia, se ve sobre el papel como el mejor talento de esta generación. Pero no hay que olvidar que paralelamente hay, también, otros hombres que tienen a sus espaldas podios, etapas e incluso vueltas menores. Sin embargo, estos corredores deben conformarse con ser gregarios en equipos extranjeros o tal vez, líderes de algunos conjuntos que no tienen mayor expectativa dentro de las competencias, y que solo representan una contención más para sus compatriotas.
Sin duda alguna, estos hombres han trascendido las memorias de todo un país que ve en sus deportistas una muestra de sacrificio, esfuerzo y humildad, representados sobre una bicicleta. Pero parecería que el Gobierno Nacional, la Federación Colombiana de Ciclismo y otros entes de índole deportivo no los ven de la misma forma, lo que se entiende con la manera en la que actúan. Aparentemente, tienen una paupérrima visión, al no ver que tan grande talento colombiano formaría un gran equipo nacional.
Latin American Post | Christopher Hernández Ramírez
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