Ni en fútbol ni en olímpicos: ¿Por qué Bolivia no brilla en los deportes?
La delegación del altiplano ocupa la casilla 14 en los Juegos Sudamericanos sin una sola medalla de oro hasta la fecha. Además de ello, históricamente son pocos los logros, incluso en el fútbol, donde ni sus equipos ni su selección han podido destacar en el ámbito internacional.
Foto: elpotosi.com
LatinAmerican Post | Onofre Zambrano Moreno
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Bolivia es la única delegación sudamericana que no ocupa una casilla en los diez primeros del medallero en el marco de los Juegos Sudamericanos que se celebran en Asunción, Paraguay. Incluso, dos de sus principales referentes para la obtención de preseas en la mencionada cita, Vidal Basco y David Ninavia en los 5 mil metros planos, fallaron en el objetivo principal.
Para nadie es un secreto que el deporte en Latinoamérica en general carece de estructura y por ende de inversión, pero en algunos países el problema se agudiza aún más, como en Bolivia. Esta situación, incluyendo el balompié, la disciplina más popular, que hace muchos años, no les genera ninguna alegría.
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Sus clubes deambulan por las competiciones continentales y su combinado nacional lleva dos eliminatorias ocupando la penúltima casilla, solo por delante de Venezuela, tradicional cenicienta de la región, pero que lo había superado en el ciclo eliminatorio hacia Brasil 2014. El problema es de base y la dirigencia, al parecer, poco hace para cambiar dicha realidad.
Causas y contexto
EF Deportes señala que el deporte boliviano en el ámbito de política nacional tuvo su inicio correlativo con la creación de las Fuerzas Armadas. A partir de allí, se ha intentado desarrollar el deporte sin contar con una política nacional en la materia, pues carecen de políticas públicas sostenibles.
Eso se evidencia, por ejemplo, en las intermitentes participaciones en eventos del ciclo olímpico y en el hecho de desistir en varias ocasiones de la organización de eventos a nivel Bolivariano y Sudamericano por la insuficiencia en el financiamiento económico, específicamente en las citas de 2011, 2014 y 2017.
En esta nación sudamericana, hay ausencia de una infraestructura deportiva adecuada. Además, no cuenta con entidades de formación en el área, lo que genera la situación de bajo rendimiento deportivo, incipientes logros, baja cultura física en la sociedad, déficit de la formación de recursos humanos, infraestructura de instalaciones deportivas no aptas con los estándares mundiales, manejo deficitario de ciencia y tecnología en el deporte, y una organización que excluye a los talentos.
En la publicación de EF Deportes se concluye que es necesaria una cualificación de recursos humanos que generen mayor interés de inversión para trabajar en mejor infraestructura deportiva y equipamiento. Asimismo, se precisa cumplir con el proceso deportivo integral y holístico que se requiere en estos casos. La situación no es un secreto. Es, incluso, un tema de interés nacional. El chuquisaqueño Conrrado Moscoso, campeón mundial de ráquetbol, deportista más laureado de este país en los últimos años, dejó un mensaje claro a favor de los deportistas bolivianos y delante de las principales autoridades locales.
“Siempre hay dificultades para todo y muy bien sabemos que el deporte en toda Bolivia, con las disculpas de la testera, no es bien valorado”, señaló Moscoso en un evento público, y tras lo cual se ganó el aplauso de los asistentes al masivo recibimiento. El monarca mundial reiteró: “Bolivia puede ser potencia y al margen de los inconvenientes, el boliviano siempre ha sido destacado en todos los deportes”, de acuerdo a Correo del Sur.
Moscoso acaba de obtener el campeonato mundial Open al imponerse al estadounidense Rocky Carson, en la final del torneo disputado en San Luis Potosí (México). En este certamen, también logró una medalla de plata en dobles y dos de bronce en dobles mixtos y por equipos. Sus logros no son tomados en cuenta para impulsar el resto de la estructura deportiva en el país del altiplano.
Poco de qué alegrarse
En Bolivia tienen mucha fe en sus fondistas y algunos hasta los califican como una mina de oro. David Ninavia, uno de ellos, es hoy el atleta con mayor proyección en ese territorio nacional, pues con apenas 19 años triunfó en varias pruebas en el exterior.
La agrupación del atletismo es conocida como “Pie de Viento” y es liderada por el experimentado Marcelo Peñaranda. La misma está formada por la cuadrilla más talentosa de Bolivia: Héctor Garibay, y los ya mencionados Basco y Ninavia. Basco se ha adjudicado oro en la corrida 10 Km de Cipolletti (Argentina) más oro y plata en los XLX Juegos Deportivos Bolivarianos de Valledupar (Colombia) en 2021.
Pero siguen siendo logros aislados que no llevan continuidad, como quedó demostrado hace días en Asunción, cuando ni Basco ni Ninavia respondieron a las expectativas. Ninavia, de hecho, confronta el problema de todos los deportistas bolivianos, la falta de apoyo.
El fondista forma parte del programa estatal Tunca, una iniciativa burocrática, que se genera desde el Ministerio de la Salud tras la anulación del Ministerio de Deportes. “A veces demora seis meses el desembolso; en ese lapso hay que entrenar y viajar, y se necesitan recursos…”, explicó el entrenador Peñaranda a Eju.tv.
La gimnasta Fabiana Abastoflor no pudo tampoco alcanzar el objetivo principal de obtener medallas pese a avanzar a la final de la prueba Múltiple Individual, evento en el cual tuvo una positiva clasificación previa. La cruceña también participó en las pruebas de cinta y maza, en las cuales obtuvo resultados alentadores, pero no logró instalarse en la serie final de ninguna de las dos modalidades.
La deportista manifestó previo a la competencia final: “No hay nada en la vida que no se pueda conseguir con mucho trabajo y dedicación. Detrás de mí hay lágrimas, dolor, estrés, cansancio, pero sé que el esfuerzo realmente vale la pena y a pesar de todo estoy muy feliz y orgullosa de mí misma”, según El Diario.net. Esas palabras reflejan lo difícil que es para cualquier atleta boliviano alcanzar sus sueños debido a una gerencia deficiente.