¿Podrían ser el tejo y el sambo deportes olímpicos?
Dos disciplinas con historias diferentes, pero con un punto en común: contar con talento latinoamericano
Mientras Venezuela aprovechó el sambo para incluirlo en la programación de los Juegos Panamericanos de los que su capital Caracas fue sede en 1983, en Colombia sueñan con que el tejo sea un deporte olímpico para mejorar su performance en el medallero, tomando ventaja por ser sus creadores.
Read in english: An endless struggle: why "sambo" and "tejo" are not Olympic sports?
Tanto el sambo como el tejo, son dos de los muchos deportes que aún no han sido tomados en cuentas por el Comité Olímpico Internacional (COI) para ser oficializados, pero que tienen además un segundo vínculo: contar cada uno, con mucho talento latinoamericano.
Iniciemos con el más conocido de los dos, el sambo. De acuerdo con El Clarín, esta disciplina fue inventada en Rusia en los tiempos de Vladimir Lenin y su significado al español traduce: defensa propia sin armas. De acuerdo a la leyenda, Lenin dejó de tarea a un grupo de científicos el desarrollo de una forma de combate cuerpo a cuerpo que sirviera para su ejército.
Los encargados recopilaron una mezcla de artes marciales ya consolidadas como el judo, el jiujitsu, y el kárate, y las mezclaron con movimientos de otras luchas orientales provenientes de regiones como Armenia, Georgia y Mongolia.
A su vez, el presidente de la Federación Argentina de Sambo, Juan Pablo Melo, lo definió para El Clarín como "un sistema de combate que surge por un pensamiento científico y no por un sustento filosófico", refiriendo además a la diferencia con otras disciplinas de defensa personal. Es preciso aclarar que el sambo se convirtió en deporte nacional de la extinta Unión Soviética y que aún se mantiene como tal en una de sus repúblicas separadas, Rusia. "Es una carrera universitaria. Uno se recibe de licenciado en educación física en judo y sambo”, aseguró Melo al diario argentino.
El mencionado medio afirma que como ocurre con muchos otros deportes, el sambo se divide en dos modalidades, deportivo y combat. El primero es similar al judo, pero con agarres diferentes y con la permisión de atacar las piernas, que suele ser un punto de debilidad. El segundo se parece a las MMA, pero más atrevido pues se permiten los cabezazos, -aun cuando usan cascos de protección-, y la misma se extiende por cinco minutos.
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Venezuela, pionera en Latinoamérica
El propio Contrapunto.com, asegura que en la edición de los Juegos Panamericanos Caracas 1983, la delegación vinotIGNORE INTO de sambo obtuvo 17 medallas, siete de ellas de oro, cantidad que permitió a los anfitriones ubicarse quIGNORE INTOs en el medallero general solo por detrás de los favoritos de siempre: Estados Unidos, Cuba, Canadá y Brasil.
Aquella demostración colocó a Venezuela como la pionera de este deporte en la región, y por ello, aún trabajan por mantener ese estatus pese a la difícil situación social que atraviesan. El mejor ejemplo es el de María Guédez, número 10 del ranking internacional y campeona mundial en Serbia 2007 (Juvenil) y Marruecos 2015 (Profesional). Guédez es conocida como “La Reina del Sambo”, por su influencia en todo el continente americano.
Para la Revista Semana, el sambo será considerado deporte Olímpico en poco tiempo, y por eso trabajan en cumplir con el principal requisito del COI, ser popular en todos los continentes. Así que para poder ser miembros del Comité Olímpico Internacional y aparecer en la justa de verano, las autoridades de esta disciplina utilizan la imagen del presidente Vladimir Putin para promocionarse y seguir consolidándose en el planeta.
El tejo también quiere llegar
Es menos popular que el sambo, pero también comienza a tener leve desarrollo en otros países, recordando que solo Colombia lo practica de manera organizada. Para el país cafetero, sería una inmejorable oportunidad de mejorar su historial de medallas en la cita olímpica. Pero la posibilidad está bastante alejada.
Polideportes define al Tejo textualmente como “Un deporte autóctono de la cultura colombiana y con cinco siglos de historia. Su origen se sitúa en Turmequé, Boyacá, lugar estratégico y muy importante para la cultura muisca”. Luego, el mismo artículo agrega que dicha disciplina es considerada deporte nacional desde el año 2000 y bajo la Ley 613. Además, organizada por la Federación Colombiana de Tejo, la cual reporta 23 ligas organizadas en todo el país y participación en competencias locales como Intercolegiales o Nacionales.
La inquietud de los colombianos es respondida por HSBNoticias.com, el cual informa que, el tejo se debe jugar en por lo menos 75 países y en cuatro continentes para que el Comité Olímpico Internacional lo tome en cuenta además de ser admitido en el programa olímpico por siete años. Una tarea titánica pues solo Venezuela y Ecuador, países aledaños, comenzaron a practicarlo. Vale acotar que el contexto es muy informal y los participantes suelen consumir alcohol mientras juegan, un factor que debe erradicarse obligatoriamente para cuando ingrese formalmente a una justa internacional.
A su vez, Álvaro Rojas, presidente de la Federación Colombiana de Tejo, señaló para Polideportes, lo siguiente: “Como mínimo deben existir tres federaciones para dar el primer paso, que es una demostración, pero la única federación es la colombiana porque Venezuela tiene solo una asociación y otros como Ecuador y Perú, ni siquiera eso. Por ello, es necesario el apoyo económico para ir al exterior y divulgar el deporte mediante el reglamento y la capacitación arbitral”.
Espacio para las mujeres
Un aspecto que puede ayudar mucho a la promoción de este deporte en el mundo, es la inclusión y participación del sector femenino, pues esto ampliaría el campo de aceptación internacional. “Contamos con nueve ligas que están practicando el tejo femenino y por ello insistimos a los presidentes encargados que gestionen la creación de más equipos porque se ve mucho progreso, me atrevería a decir que más en las mujeres que en los hombres. Ligas como Boyacá, Valle y Antioquia han mejorado mucho y son las mejores ligas en femenino”, finalizó Rojas.
LatinAmerican Post | Onofre Zambrano
Copy edited by Laura Viviana Guevara Muñoz
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