¿Quién es Isabella Arcila? La nadadora que sobresalió en los Juegos Centroamericanos
La deportista se destacó por conseguir cuatro medallas de oro y tres de plata en la natación de Barranquilla 2018
Es todo un prodigio y así lo muestran sus resultados en el actual ciclo olímpico. La irrupción de la colombiana Isabella Arcila, de 23 años, en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe, dejó boquiabierto a muchos por su manera de nadar. Siete medallas, cuatro de oro y tres de plata lo certifican.
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Tal y como reitera El Espectador, Arcila ya venía distinguiéndose en eventos como los Juegos Bolivarianos (en la modalidad de espalda y 100 metros libres), en los Juegos Suramericanos de Cochabamba (100 metros libres) y en los Centroamericanos y del Caribe. Fueron en estos últimos, en los que se destacó por ser la más ganadora de la delegación anfitriona. Arcila, quien reside actualmente en Estados Unidos, es una gran apuesta de Colombia para la venidera cita olímpica de Tokio 2020.
Su vida siempre estuvo vinculada al deporte. Según El Espectador practicó fútbol, baloncesto y voleibol, pero no le apasionaron por ser deportes de conjunto. Lo de ella era una disciplina individual, por su manera de ser competitiva en la que no tolera perder. “En el colegio teníamos una semana deportiva y eso para mí era terrible, porque competíamos en todas las disciplinas y siempre quería ganarlas”, aseguró.
El mismo medio apunta que Arcila comenzó su travesía internacional con la Copa Pacífico en Chile. Ya en ese entonces daba muestras de su capacidad al colgarse el oro en la modalidad de pecho 100 metros. Su buen desempeño la llevó a ser parte de una selección de Colombia a los 12 años y comenzó a participar internacionalmente desde los 13. Luego intervino en el suramericano juvenil, los Centroamericanos Escolares y en los Grand Prix de Estados Unidos. Esa última competencia le abrió las puertas para quedarse a vivir en el país.
A partir de allí, su talento llamó la atención de diferentes scouts universitarios. En definitiva, se decidió por la SMU de Dallas, y en el 2010, participó en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur. “Esas justas fueron un despertar, porque por primera vez me medía contra nadadoras a nivel mundial y esto me sirvió para saber qué tipo de nadadora era”. Agrega El Espectador que su primera decepción deportiva fue no poder clasificar a los Olímpicos de Londres 2012, aunque sí logró desquitarse con la experiencia en Río de Janeiro 2016.
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Como pez en el agua
El complejo acuático Eduardo Movila fue el escenario perfecto para Arcila en Barranquilla. La nadadora vallecaucana, además de las siete preseas mencionadas en la justa, se adjudicó las cuatro individuales en las que participó incluyendo los 50 metros libres. En esta competencia paró el cronómetro en 25.11 segundos, por delante de Liliana Ibáñez de México (25.15), y la jamaiquina Ali Atkinson 25.47, según datos de El Heraldo.
El mismo Heraldo agrega que Arcila no solo brilló en lo individual. Junto al equipo de relevo femenino, integrado por Sirena Rowe, Valentina Becerra y Salomé Vélez, se quedó con el bronce en los 4×100 metros combinado. En dicha competencia detuvieron el cronómetro en 4:13.73 minutos, por detrás de Venezuela y México.
Fue tal el dominio de la vallecaucana en los pasados Centroamericanos, que hasta en las competencias preliminares de los 50 metros espalda (las cuales los atletas no suelen dar el máximo como en la prueba final), batió el récord de esta competencia al parar el reloj en los 28.16 segundos, de acuerdo a El Tiempo.
El mismo medio de comunicación agregó que la marca superada por Arcila estaba en poder de la mexicana María González desde la pasada justa Veracruz 2014. La atleta de Guadalupe, Mathilde Jean, también dejó atrás el registro de González con tiempo de 28.52 segundos.
Motivos de inspiración
Arcila menciona a dos personas importantes que influyeron en su proceso. Su hermana Valentina y su primer entrenador y mentor José Fernando Bermeo. Para ambos tuvo palabras de agradecimiento, las cuales fueron recopiladas por El Espectador. “Si ella se pone una meta no hay excusa que valga, no existen peros. Entiende muy bien el concepto que engañar en el entrenamiento solamente lo afecta a uno y eso fue un bonito ejemplo para mí”.
Sobre Bermeo agregó: “Él fue el que sembró la semilla de lo que soy, la motivación para soñar en grande. Con él empezó mi sueño. Hice selección Cali, Valle y posteriormente Colombia. Si no hubiera sido por sus enseñanzas no hubiera llegado a ser lo que soy”.
LatinAmerican Post | Onofre Zambrano
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