Senegal y Egipto a la conquista de la final de la Copa Africana de Naciones

Alegría y mucho colorido, es lo que siempre se ve en las gradas de los estadios que albergan la Copa Africana de Naciones. La edición 33 que debió jugarse en 2021 fue reprogramada para este año debido a la pandemia por la Covid-19, pero las sonrisas que solo regala este deporte se vieron en los rostros de quienes asistieron a territorio camerunés desde los primeros días de enero para la magna cita. Y es que tras arduas jornadas de buen fútbol, el trofeo se decidirá entre dos selecciones favoritas: Senegal y Egipto.

Por un lado tenemos a Senegal cuyo transitar por la copa ha ido de menos a más. Bien dicen que a la tercera es la vencida y los Leones de la Terenga confían en que finalmente podrán alzar su primer título luego de perder las finales en 2002 y la más reciente en 2019. Para ello tendrán que seguir apostando por el liderazgo de Sadio Mané combinado con el talento de otras figuras como el defensor Kalidou Koulibaly o el portero Edouard Mendy.

A su vez, Egipto tuvo un camino mucho más complicado donde debió sacar la casta de máximo campeón del certamen. De la mano de Mo Salah. Los faraones buscarán conquistar su octavo título y así olvidarse por completo del fiasco ocurrido en 2019 cuando albergaron la copa y cayeron en octavos de final. Asimismo, dos datos que valen la pena mencionar de ellos es que fueron la selección que ganó la primera edición de la Copa Africana de Naciones y además la única en imponerse durante tres ediciones seguidas (2006, 2008 y 2010).

A continuación, hacemos un repaso de cómo llegaron Senegal y Egipto a la final de la Copa Africana de Naciones. ¿Quién ganará el “duelo de Liverpool” entre Mané y Salah? ¿Podrán los faraones extender su dominio en el continente o los leones rugirán más fuerte?

Senegal: una maquinaria a temer

Con una plantilla llena de jugadores que brillan en el fútbol europeo, Senegal va decidido a conquistar su primer trofeo de la Copa Africana de Naciones a como dé lugar. Pero para nadie es un secreto que no siempre un equipo con grandes figuras es sinónimo de victorias, y justamente los dirigidos por Aliou Cissé han sufrido de más en esta edición de la copa para llegar a la final.

Aunque todo parecía indicar que los rivales de grupo no les darían mayores problemas, lo cierto del caso es que Senegal vivió momentos de angustia, duda y desesperación durante las tres primeras jornadas. El debut ante Zimbabue estuvo más equilibrado de lo que muchos esperaban, pero no fue sino en los minutos finales cuando lograron arrinconar al rival en su área, consiguiendo un agónico gol de penal por medio de Sadio Mané al 90+7′ para el 1-0 definitivo.

Comenzar ganando y sumando 3 puntos supuso un gran alivio para el equipo, principalmente por la poca claridad que habían tenido de cara al gol. Sin embargo, en la siguiente fecha frente a Guinea, el arco sí se les cerró por completo para dejar el 0-0 en el marcador. Allí, Senegal volvió a sufrir y la falta de contundencia en ataque los hizo igualar 0-0 contra Malaui, resultado que se combinó con la derrota de Guinea para milagrosamente finalizar líderes del Grupo B.

Con el primer objetivo cumplido, ahora no habría margen de error si querían disputar la final, y para eso necesitaban triunfar en los siguientes tres encuentros. En los octavos de final ganaron en confianza y desplegaron un mayor juego colectivo a expensas de Cabo Verde, que jugó la última media hora con dos futbolistas expulsados, una desventaja que aprovecharon Mané y Dieng para sellar la clasificación con un 2-0.

Los siguientes en la lista fueron Guinea Ecuatorial, en cuartos de final, y Burkina Faso, para las semifinales. La maquinaria senegalés que todos esperaban ver finalmente pudo engranar y en ambos enfrentamientos se impuso por 3-1. Perder otra final no está en sus planes y es por eso que los Leones de la Terenga desean rugir con tanta fuerza que puedan alzar su primera Copa Africana de Naciones.

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Egipto: sin sufrimiento no hay paraíso

Para ganar títulos, no solo se necesitan buenos jugadores, sino también un gran director técnico. Egipto contrató a Carlos Queiroz en septiembre de 2021 luego de que meses antes se desvinculara de la Selección Colombia. Pero el transitar de los faraones por la Copa Africana de Naciones ha estado marcado más que todo por sufrimiento, sin restar méritos en los encuentros donde demostraron mayor lucidez que su rival.

La primera fecha de la fase de grupos fue un claro ejemplo de lo que estarían por vivir. Como era de esperarse por algunos, Nigeria demostró superioridad en los 90 minutos y con un solo gol le bastó para derrotar a Egipto. Si bien era posible caer ante ellos, el deber pasaba en triunfar sobre Guinea-Bisáu y Sudán, algo que hicieron con lo justo gracias a los goles de Salah y Abdel Monem.

Haber clasificado como segundo de grupo obligó a los faraones a disputar las llaves más complicadas, un camino donde los grandes suelen hacerse más grandes. En los octavos de final se cruzaron ante Costa de Marfil en un duelo tan atractivo como igualado, el cual debió decidirse en la tanda de penales con un 5-4 y donde comenzó a lucir la figura del guardameta Gabaski. Y es que justamente él mantuvo viva las esperanzas egipcias durante los cuartos de final frente a Marruecos, rival al cual vencieron 2-1 luego de 120 minutos de intensidad y sufrimiento.

Pero la última prueba de fuego antes de la final la protagonizaron contra nada menos que el anfitrión, Camerún. El 0-0 no reflejó lo que se vivió en cancha, donde el nerviosismo y la mala fortuna de lado y lado hicieron levantar a los espectadores de sus asientos. Al final, una vez más Gabaski se vistió de héroe y en la tanda de penales atajó dos lanzamientos para avanzar al duelo decisivo. Ciertamente, sin sufrimiento no hay paraíso y los dirigidos por Carlos Queiroz tendrán que dar otro extra si quieren ganar por octava vez la Copa Africana de Naciones.