Continúa la guerra económica contra Corea del Norte
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Estados Unidos arremete contra el mandato asiático
Steven Mnuchin, el secretario del tesoro de los Estados Unidos, denunció el pasado 22 de julio un total de 16 actividades ilícitas ante a las sanciones vigentes contra Corea del Norte. Como resultado, 10 entidades y 6 individuos particulares fueron añadidos a la lista ClIGNORE INTOn tal como fue estipulado por la oficina de control de activos internacionales OFAC, por sus siglas en inglés
Cuatro fueron las razones por las que el gobierno de Estados Unidos tomó las medidas: primero, por asistir a personas ya designadas que apoyan los programas nucleares y balísticos. Segundo, por entrar en negocios en el mercado energético en Corea del Norte. Tercero, por facilitar la explotación de trabajadores del país. Finalmente, permitir a empresas sancionadas acceder al mercado financiero de EE. UU.
De acuerdo con el portal de la secretaría del tesoro de Estados Unidos, la presión a Corea del Norte continuará en aumento en tanto los agentes económicos del mundo no acaten las medidas impuestas por el país norteamericano; las empresas e individuos implicados en los hechos provienen de China, Rusia, Singapur y Corea del Norte. Sin embargo, hay elementos que añaden complejidad a la situación actual.
Según el portal estadounidense Military Insider, Corea del Norte pasa por una serie de cambios estructurales en su economía; dado que el país asiático sostiene una fuerte interdependencia con China, este se ve obligado a seguir las políticas estructurales del titán continental, la principal medida que adopta es la apertura económica al interior del país por presión de China.
A causa de lo anterior, la isla asiática ha implementado apertura al mercado internacional, significando que consistentemente habrá mayores números de empresas que podrán ser perseguidas por el gobierno de Estados Unidos. Con la entrada en vigencia de nuevas políticas del mandatario Kim Jong Un, los norcoreanos ahora pueden producir al interior de forma libre, lo que ha elevado el PIB del país a un 3% anual, un crecimiento mayor al de Colombia.
El panorama no es prometedor. China se ha manifestado fuertemente contra las medidas y ha exigido que la medida sea reversada. Las implicaciones del continuo deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y China podrían acabar con el ciclo de producción en la potencia asiática y consumo en Estados Unidos que mantiene la economía mundial.
Si el motor del desarrollo mundial deja de ser el comercio y el consumo, lo supliría la guerra. Las medidas de Estados Unidos demuestran la inflexibilidad de un gobierno que no dará su brazo a torcer incluso cuando el panorama parece indicar que diariamente habrá más focos de disputa entre oriente y occidente.
Latin American Post | David Eduardo Rodríguez
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