Donald Trump: ¿A quién perjudica realmente los aranceles impuestos?
El mandatario estadounidense impuso nuevo gravamen a las importaciones de acero y aluminio
Durante una reunión llevada a cabo el primero de Marzo en la Casa Blanca con representantes de la industria siderúrgica, el mandatario Donald Trump anunció que aplicará en los próximos días, un aumento en los aranceles a las importaciones de acero y aluminio.
La decisión del gobierno, que impondrá un gravamen del 25% a las importaciones de acero y 10% a las de aluminio, no fue bien recibida por los inversionistas y algunas entidades financieras, quienes expresaron su preocupación ante una posible guerra comercial con Canadá, China, Japón y Corea del Sur, principales exportadores de los metales.
Estados Unidos es el principal importador de acero en el mundo y compra este tipo de mercancía a más de 100 países. De acuerdo con declaraciones de Trump, mediante su cuenta oficial de Twitter, la industria del acero y aluminio ha sufrido durante décadas por “el comercio injusto y la mala política de los países del mundo”, puesto que importa cuatro veces más acero del que compra.
Incluso desde su campaña electoral, Trump ya responsabilizaba del flagelo a las exportaciones de bajo coste y la competencia china. Ahora con su nuevo anuncio, el mandatario empieza a avanzar hacia la ejecución de su política proteccionista, la cual según expertos, empezará a vincular otro tipo de restricciones como la ya implementada a la importación de lavadoras.
Consecuencias: Pérdidas de empleo y alza de precios
Pese a la intención del gobernante de poner “América primero”, como lo estableció durante su campaña, la imposición de nuevos aranceles a esta industria podría no solo incomodar a los exportadores de los 110 países (entre ellos México y Brasil), sino también a los ciudadanos y trabajadores de la industria en EE.UU.
Especialistas en el tema señalan que gran parte del sector automotriz, aeronáutico y de la construcción en EE.UU. dependen del acero para sus manufacturas. Al aumentar los aranceles cobrados, los exportadores subirán los precios y estos deberán ser asumidos por la industria del país americano. De acuerdo con los análisis, dicho factor podría desencadenar la pérdida de miles de empleos y un aumento de precios que finalmente se verá obligado a pagar el usuario o comprador final: los ciudadanos.
Además de esto, la decisión de alzar el gravamen recibirá el mismo tipo de respuesta por parte de los países afectados, como ya lo han expresado China, México y la Unión Europea. Estas naciones indican que aplicarán las mismas represalias contra EE.UU., medidas que podrían afectar principalmente al sector agrícola de la nación.
La respuesta internacional sobre la medida de Donald Trump, de subir los mencionados aranceles, demostró en su mayoría la preocupación de desatar una guerra comercial con aliados y otras naciones. Ante esto, el mandatario respondió en su cuenta oficial de Twitter que “cuando un país (Estados Unidos) está perdiendo miles de millones de dólares en comercio virtualmente con cada país con el que tiene negocios, las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”.
El número de trabajadores de la industria del acero en EE.UU. se redujo en 50.000 entre los años 2000 y 2016. Para el año 2000, el país producía 112 millones de toneladas de acero anuales y en el 2016 la cifra se desplomó a 86 millones.
Latin American Post | Krishna Jaramillo
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