El petróleo barato ha llegado para quedarse
¿Cómo sobrevivirá América Latina en un mundo donde el oro negro vale menos?
En febrero del 2016, el precio del petróleo alcanzó su nivel más bajo de los últimos 15 años: US$26 por barril. Esta situación ha significado una dificultad para América Latina, pues esta región había obtenido grandes ingresos gracias al creciente precio de las materias primas. Las implicaciones políticas y económicas incluyen obligaciones para los gobiernos como enfrentar recortes en sus presupuestos. Por lo tanto, si las materias primas no se recuperan, los años dorados para la región habrán quedado en el pasado. Veamos cómo luce el panorama.
La organización de países exportadores de petróleo (OPEP) ha sido el jugador más importante en este mercado. Tradicionalmente sus decisiones han influenciado ampliamente las expectativas del precio del crudo: la organización solía impulsar el precio por medio de cortes abruptos en la producción. Sin embargo, la OPEP ya no tiene la misma influencia que tenía en el pasado. Ha tratado de incrementar los precios del petróleo desde 2014, pero los resultados han sido poco efectivos. Lo anterior se explica principalmente porque nuevos jugadores y dinámicas han emergido en este mercado.
Estados Unidos se ha convertido en uno de los más grandes productores del crudo en el mundo, gracias a la fracturación hidráulica, mejor conocida como “fracking”. Esta técnica facilita la extracción del petróleo, lo cual hace que el proceso sea más rápido y barato, incluso en lugares donde antes se pensaba que no eran rentables. Según la Energy Information Administration, una agencia norteamericana, Estados Unidos producirá 10 millones de barriles diarios el próximo año. Por lo tanto, este país seguirá importando mucho menos petróleo, lo cual seguirá creando más sobreoferta, como reporta The Economist.
La OPEP liderada por Arabia saudita ha anunciado periódicamente recortes en producción. La última reunión tuvo lugar el 25 de mayo del presente año, en la cual se acordó mantener la reducción de 1,8 millones de barriles diarios, reportó The New York Times. Sin embargo, acoplar las decisiones de los países miembros ha sido una tarea complicada. La falta de coordinación interna conduce a un escenario de sobreproducción y precios bajos. Ningún miembro esta incentivado a llevar acabo los recortes porque ellos no confían en que los otros lo hagan. Esto explica porque países como Rusia, Iran e Iraq han aumentado su producción.
La situación interna de algunos países de la OPEP es delicada, lo cual significa que no se pueden dar el lujo de realizar recortes. Libia y Nigeria, dos países miembros de esta organización exentos de los recortes debido a circunstancias domesticas, según The New York Times, han aumentado su producción, lo cual ha debilitado la estrategia de la organización.
La demanda por el crudo mundial, un importante determinante del precio del petróleo, es todavía muy débil y no ha sido capaz de absorber los excesos de oferta. La economía mundial está cambiando, el petróleo se está usando más eficientemente debido al reducido crecimiento económico y muchos países han empezado a usar otro tipo de fuentes de energía como el gas y las fuentes renovables. Por lo tanto, la ineficacia de la OPEP para coordinar decisiones, el fracking y la debilidad de la demanda ha llevado a América Latina a una situación en la cual tiene que buscar nuevas fuentes de ingresos y diversificar su economía. Difícilmente se podrán generar grandes ingresos con un barril que fluctúa alrededor de los US$48. América Latina tiene que hacerse la idea de que el mundo del petróleo barato ha llegado para quedarse y tomarlo como una oportunidad para reinventarse.
Latin American Post | Robert Jiménez
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