ECONOMÍA

Fondos estadounidenses impulsan el almacenamiento de energía solar y baterías en Puerto Rico en medio de la crisis energética

El gobierno de Estados Unidos ha anunciado un importante impulso financiero para las instalaciones de almacenamiento de baterías y energía solar en Puerto Rico, asignando $325 millones para abordar los cortes de energía crónicos de la isla. Esta iniciativa tiene como objetivo mejorar la resiliencia energética en centros comunitarios, centros de salud y viviendas subsidiadas.

Los persistentes cortes de energía en Puerto Rico han llegado a un punto crítico, provocando una frustración generalizada entre sus residentes. Con una tasa de pobreza superior al 40%, muchos puertorriqueños no pueden costear fuentes de energía alternativas como generadores. La situación se ha convertido en una preocupación grave, especialmente para quienes dependen de equipos médicos como tanques de oxígeno, insulina refrigerada y máquinas de diálisis. En respuesta, el Departamento de Energía de Estados Unidos ha anunciado un programa de 325 millones de dólares para financiar instalaciones de almacenamiento de baterías y energía solar en toda la isla, un salvavidas muy necesario en esta crisis.

Un paso hacia la resiliencia energética

La Secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, enfatizó la importancia de contar con fuentes de energía confiables para los hogares, los centros comunitarios y las instalaciones de atención médica. Durante su visita a Puerto Rico, destacó la urgencia de la situación y afirmó: “Los hogares no son el único lugar donde se necesita energía durante y después de una emergencia”. El programa aborda estas necesidades críticas garantizando que los servicios esenciales puedan continuar funcionando incluso durante cortes de energía.

La visita de Granholm a la ciudad costera sureña de Santa Isabel subrayó la gravedad del problema. En junio, un corte de energía afectó a 10.000 clientes, dejándolos a oscuras. Un apagón posterior ese mismo mes dejó a 350.000 clientes sin electricidad en todo Puerto Rico, lo que llevó al gobernador Pedro Pierluisi a ordenar una investigación. Estos incidentes resaltan la fragilidad de la red eléctrica de Puerto Rico, que sigue siendo vulnerable casi siete años después de que el huracán María devastara la isla.

Desafíos y controversias en la distribución de energía

Retos y Controversias en la Distribución de Energía en Puerto Rico la empresa privada Luma, responsable de la transmisión y distribución de energía en Puerto Rico, ha enfrentado importantes desafíos en la estabilización de la red. Tras el apagón en Santa Isabel, Luma instaló generadores de emergencia y lanzó una iniciativa de 4 millones de dólares para transportar e instalar un nuevo megatransformador. Sin embargo, el plan fracasó cuando un problema interno dejó el equipo inutilizable, lo que enfureció aún más a los clientes y funcionarios gubernamentales. Este incidente subraya los desafíos específicos que enfrenta Puerto Rico en sus esfuerzos por abordar la crisis energética.

Para agravar estos problemas, el anuncio de Luma de reubicar otro transformador de la ciudad costera sureste de Maunabo provocó la indignación local. El alcalde de la ciudad bloqueó el acceso al equipo, argumentando que Maunabo dependía de él para obtener electricidad. A pesar de que Luma aseguró que el transformador no era esencial para Maunabo, las tensiones siguen siendo altas mientras la empresa lucha por tranquilizar a los residentes sobre la estabilidad de su suministro de energía.

Luma advirtió recientemente que 11 transformadores en subestaciones eléctricas en todo Puerto Rico son “vulnerables”. La falla de cualquiera de estos transformadores podría dejar a decenas de miles de clientes sin electricidad, lo que se ve acentuado por el precario estado de la infraestructura eléctrica de la isla.

El largo camino hacia la energía renovable

El camino de Puerto Rico hacia la energía renovable, aunque lento y desafiante, es muy prometedor. Antes del huracán María, la generación de energía renovable en la isla era apenas del 3%. Después de la tormenta, esta cifra aumentó al 9%, gracias a los esfuerzos de hogares y empresas que pudieron permitirse instalar paneles solares en los tejados y sistemas de almacenamiento. El Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero informa que este modesto crecimiento es un testimonio del potencial de la isla para la energía renovable y ofrece un rayo de esperanza en medio de la crisis.

A pesar de estos esfuerzos, los puertorriqueños enfrentan altas tarifas de electricidad, ahora un 41% más altas que la tarifa promedio de Estados Unidos. En medio de los cortes, muchos residentes han denunciado los aumentos en sus facturas de energía, lo que se suma a la carga financiera de los hogares que ya luchan con altos costos de vida y salarios estancados.

En un esfuerzo adicional para impulsar la energía renovable, el Departamento de Energía de Estados Unidos anunció una garantía de préstamo de 861 millones de dólares para ayudar a construir dos parques solares fotovoltaicos en las ciudades sureñas de Guayama y Salinas. Esta iniciativa tiene como objetivo ampliar la capacidad de energía renovable de Puerto Rico y reducir la dependencia de una red eléctrica frágil y obsoleta. La garantía fue ofrecida a Clean Flexible Energy, LLC, una subsidiaria indirecta de AES Corporation y TotalEnergies Holdings USA, Inc.

Implicaciones más amplias para América Latina y más allá

La crisis energética en Puerto Rico no es un tema aislado sino más bien un reflejo de desafíos energéticos más amplios que enfrentan otros territorios estadounidenses y países de América Latina. Por ejemplo, la visita de Granholm a las Islas Vírgenes de Estados Unidos puso de relieve luchas similares con cortes crónicos de energía. El día de su visita, se produjeron apagones en toda la isla en St. John y St. Thomas, lo que llevó al gobernador Albert Bryan Jr. a declarar el estado de emergencia tras los continuos apagones en St. Croix.

La Autoridad de Agua y Energía de las Islas Vírgenes de EE. UU. se enfrenta a una infraestructura en ruinas, y varias agencias locales, incluidas autoridades de gestión de residuos y hospitales, deben más de 11 millones de dólares en deuda acumulada. Estos desafíos financieros y de infraestructura son comunes en muchos países del Caribe y América Latina, donde las redes eléctricas obsoletas y la inversión insuficiente en energía renovable crean un suministro de energía frágil y poco confiable.

Los esfuerzos de Granholm para conseguir 100 millones de dólares en fondos federales para ayudar a comprar instalaciones de almacenamiento de combustible para las Islas Vírgenes de Estados Unidos son parte de una estrategia más amplia. Esta estrategia tiene como objetivo mejorar la resiliencia energética en toda la región, enfatizando la necesidad de políticas energéticas integrales. Estas políticas deben priorizar las inversiones en infraestructura y energía renovable para garantizar energía confiable y sostenible para todos, subrayando la importancia de la planificación y la estrategia a largo plazo para abordar los desafíos energéticos de la región.

El camino a seguir para Puerto Rico

La crisis energética de Puerto Rico pone de relieve la urgente necesidad de una transición a la energía renovable y la modernización de su red eléctrica. Los fondos federales asignados para instalaciones de almacenamiento de energía solar y baterías son un paso importante en la dirección correcta. Aún así, deben ser parte de un esfuerzo más sustancial y sostenido para reconstruir y mejorar la infraestructura energética de la isla.

Las iniciativas del Departamento de Energía de EE. UU., incluida la garantía de préstamo para parques solares y el apoyo a infraestructura crítica en las Islas Vírgenes de EE. UU., demuestran un compromiso para abordar estos desafíos. Sin embargo, el éxito de estos esfuerzos dependerá de una implementación efectiva, una inversión continua y un apoyo sólido de los gobiernos locales y federales.

Puerto Rico también debe centrarse en desarrollar capacidad y experiencia locales en tecnologías de energía renovable a medida que avanza. Los programas de capacitación y las iniciativas educativas pueden ayudar a desarrollar una fuerza laboral calificada que apoye la transición de la isla hacia un futuro energético sustentable. Además, fomentar las asociaciones público-privadas será crucial para aprovechar los recursos y la experiencia necesarios para lograr estos ambiciosos objetivos.

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La crisis energética de Puerto Rico es un tema complejo y multifacético que requiere una respuesta integral y sostenida. La asignación de fondos federales para instalaciones de almacenamiento de energía solar y de baterías es un comienzo prometedor, pero es sólo el comienzo de un largo viaje hacia la resiliencia y la sostenibilidad energética. Al priorizar la energía renovable, modernizar la infraestructura y fomentar la colaboración en todos los niveles del gobierno y el sector privado, Puerto Rico puede construir un futuro más brillante y sostenible para sus residentes.

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