ECONOMÍA

Honduras se une para combatir la deforestación con ambiciosa estrategia 2029

La presidenta hondureña, Xiomara Castro, lanza una iniciativa de 769,6 millones de dólares para combatir la deforestación para 2029, instando a reformas legislativas y la participación comunitaria para proteger los preciosos bosques y la biodiversidad del país.

Honduras, un país conocido por sus impresionantes paisajes y su diversa vida silvestre, está lidiando con un problema apremiante: la deforestación. Cada año, la asombrosa cantidad de 65.000 hectáreas de bosques hondureños se pierden debido a la deforestación, como resultado de la tala ilegal, la expansión agrícola y el desarrollo urbano. En respuesta, la presidenta Xiomara Castro ha revelado una estrategia integral, un rayo de esperanza frente a esta crisis ambiental, con el objetivo de detener la deforestación para 2029.

En una serena mañana en la Laguna del Cacao en Jutiapa, dentro del departamento caribeño de Atlántida, el presidente Castro presentó la “Estrategia Deforestación Cero al 2029”. Este ambicioso plan implica una inversión de 19 mil millones de lempiras ($769,6 millones) y exige importantes medidas legislativas y de aplicación para proteger los bosques de Honduras.

“El Parlamento hondureño debe reformar el Código Penal para imponer penas más severas a los delitos ambientales”, enfatizó la presidenta Castro durante su discurso. Su administración ya ha invertido 1.600 millones de lempiras (64,8 millones de dólares) desde que comenzó su mandato, centrándose en esfuerzos de protección ambiental que han producido éxitos notables en áreas como el Lago Yojoa, la Biosfera del Río Plátano y las regiones protegidas de la Cuenca del Cajón.

Legado ambiental y participación comunitaria

El compromiso del Presidente Castro con la conservación del medio ambiente no es sólo una iniciativa gubernamental, sino un llamado a la acción para todos los hondureños. “Debemos proteger nuestros bosques, ríos y cuencas hidrográficas para las generaciones futuras”, instó, movilizando a la nación para defender su patrimonio natural con determinación y valentía. Esta petición resuena con la conexión intrínseca que muchos hondureños sienten hacia su entorno, viéndolo como una herencia de sus antepasados ​​y un componente crítico de su identidad nacional.

Para hacer cumplir esta estrategia, el Presidente Castro ha ordenado a la Policía Militar de Orden Público (PMOP) y a la Policía Nacional que desalojen a las personas involucradas en la destrucción ilegal de bosques y ríos en un plazo de 45 días. Además, ordenó que los funcionarios ambientales pasen al menos el 50% de su tiempo en las áreas afectadas, salvaguardando activamente los recursos naturales de la nación.

“La región de la Mosquitia, ubicada al oriente de Honduras a lo largo del Caribe y fronteriza con Nicaragua, es el pulmón del mundo”, afirmó Castro. “No permitiremos su destrucción”. Esta región, parte del Corredor Biológico Mesoamericano más importante, es una de las áreas con mayor diversidad biológica del mundo, hogar de innumerables especies y ecosistemas vitales.

Contexto Histórico de la Deforestación en Honduras

La deforestación en Honduras no es un problema reciente. El país tiene una larga historia de explotación de sus recursos naturales, que se remonta a la época colonial, cuando los colonizadores españoles iniciaron extensas actividades agrícolas y madereras. A lo largo del siglo XX, la deforestación se aceleró debido a la expansión de las fronteras agrícolas, particularmente para las plantaciones de café y banano, principales cultivos de exportación.

El aumento de la urbanización y el desarrollo de infraestructura a finales del siglo XX y principios del XXI exacerbó aún más el problema. La tala ilegal y la conversión de tierras para la ganadería han sido importantes impulsores de la pérdida de bosques, contribuyendo a la degradación de ecosistemas vitales y de la biodiversidad.

En un paso significativo hacia el reconocimiento de los derechos territoriales de los indígenas y afrohondureños, el Presidente Castro entregó títulos de propiedad para 9.064 hectáreas dentro de la zona cultural de la Reserva de la Biosfera Río Plátano. Esta acción beneficia a 27 comunidades y más de 23.000 residentes, reconociendo sus vínculos históricos con la tierra y su papel en su custodia.

Este reconocimiento es crucial para el manejo sostenible de los bosques, ya que las comunidades indígenas y afrohondureñas tradicionalmente han practicado el uso sostenible de la tierra y la conservación de los bosques. Su participación se considera fundamental para el éxito de la “Estrategia de Deforestación Cero”.

Apoyo y cooperación internacional

Los esfuerzos de Honduras para combatir la deforestación no han pasado desapercibidos. La comunidad internacional se ha unido a esta causa y varias organizaciones y países han prometido su apoyo. Este reconocimiento global de la importancia de preservar los bosques de Honduras es un testimonio de la importancia de este esfuerzo. Las Naciones Unidas, a través de su programa REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques), han sido un socio crucial, apoyando estrategias nacionales para reducir la pérdida de bosques y mejorar la gestión forestal sostenible.

Además, los acuerdos bilaterales con países vecinos y las colaboraciones regionales dentro de Centroamérica tienen como objetivo abordar la naturaleza transfronteriza de los desafíos ambientales. Estos esfuerzos cooperativos son esenciales dados los ecosistemas interconectados y las preocupaciones ecológicas compartidas en toda la región.

La “Estrategia de Deforestación Cero” no es sólo una iniciativa ambiental sino que tiene importantes implicaciones económicas. Al proteger los bosques, Honduras puede mejorar los servicios ecosistémicos vitales para la economía del país, como la regulación del agua, la protección del suelo y la estabilización del clima. Los bosques también sustentan el turismo, un sector en crecimiento en Honduras, que atrae visitantes a sus parques naturales, reservas de vida silvestre y paisajes escénicos.

Además, la estrategia incluye programas de reforestación y forestación que crean empleos y promueven medios de vida sostenibles. Estos programas son vitales para las comunidades rurales, donde las oportunidades de empleo son limitadas y la dependencia de los recursos naturales es alta.

Desafíos y perspectivas de futuro

La implementación de la “Estrategia de Deforestación Cero” no estará exenta de desafíos. La corrupción, la débil aplicación de la ley y los intereses conflictivos en el uso de la tierra plantean obstáculos importantes. Es necesario abordar de manera integral las presiones socioeconómicas que impulsan la deforestación, como la pobreza y los problemas de tenencia de la tierra.

Sin embargo, la administración del presidente Castro es optimista. Al integrar la protección ambiental en los planes nacionales de desarrollo y fomentar una cultura de conservación, Honduras pretende sentar un precedente para el desarrollo sostenible en la región.

La “Estrategia de Deforestación Cero para 2029” de la presidenta Xiomara Castro representa un momento crucial en la historia ambiental de Honduras. Su administración pretende revertir décadas de pérdida y degradación de bosques comprometiendo recursos sustanciales y pidiendo reformas legislativas. Esta estrategia busca proteger el patrimonio natural de Honduras y asegurar el bienestar de las generaciones futuras.

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A medida que Honduras avanza con este ambicioso plan, el mundo observa con esperanza y anticipación, reconociendo que preservar los bosques de la nación es una prioridad nacional y un imperativo global. A través del esfuerzo colectivo y el compromiso firme, Honduras se esfuerza por emerger como líder en gestión ambiental, dando ejemplo a otras naciones que enfrentan desafíos similares.

Esta estrategia integral, profundamente arraigada en la historia latinoamericana y la identidad cultural de la nación, destaca el papel fundamental de los bosques en el sostenimiento de la vida y la prosperidad al unir acciones gubernamentales, participación comunitaria y cooperación internacional. Honduras se esfuerza por asegurar un futuro más verde y sostenible para todos.

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