ECONOMÍA

La audaz visión energética de Paraguay: transición hacia energías renovables en 2050

Paraguay ha lanzado una ambiciosa política energética, cuyo objetivo es lograr una combinación energética diversificada y sostenible para 2050. Centrándose en la energía solar, el hidrógeno como combustible y los biocombustibles, el país pretende asegurar la independencia energética y reducir la dependencia de los hidrocarburos.

Una estrategia energética pionera para Paraguay

El gobierno paraguayo dio a conocer una política energética transformadora para remodelar el panorama energético del país para 2050. Esta iniciativa, firmada por el presidente Santiago Peña, sienta las bases para que Paraguay diversifique su generación de energía y adopte alternativas sostenibles como la energía solar, el hidrógeno como combustible y los biocombustibles. El decreto, oficialmente titulado 2.553/24, es un paso fundamental en la visión de Paraguay de reducir su dependencia de los hidrocarburos y alinearse con los esfuerzos globales de transición energética.

La decisión del gobierno surge tras una revisión integral del sector energético del país, que identificó casi 300 objetivos a largo plazo para garantizar la seguridad energética de Paraguay. Mauricio Bejarano, Viceministro de Minas y Energía, enfatizó que estos objetivos no son meramente aspiracionales sino parte de un plan sólido para preparar al país para las futuras demandas energéticas.

“Para lograr la seguridad energética, estamos comprometidos con la diversificación de nuestra matriz de generación”, dijo Bejarano, señalando el compromiso del gobierno con la transición de las fuentes de energía tradicionales a una combinación más amplia de energías renovables y alternativas. Se espera que la política mejore la resiliencia energética de Paraguay, fomente la innovación y contribuya a los objetivos globales de sostenibilidad.

Introducción de energía solar y bioenergía

Paraguay es conocido desde hace mucho tiempo por su dependencia de la energía renovable. Casi el 100% de su electricidad se genera a partir de energía hidroeléctrica, principalmente a través de las represas de Itaipú y Yacyretá. Si bien esto proporciona una base sólida para la energía limpia, el gobierno reconoce la necesidad de ampliar su cartera energética para garantizar la sostenibilidad a largo plazo y satisfacer las crecientes demandas.

La nueva política energética marca un cambio significativo en el enfoque, con planes para introducir energía solar y bioenergía en la combinación energética nacional. La energía solar, en particular, se considera un complemento vital, que aprovecha la abundante luz solar de Paraguay para reducir la presión sobre sus recursos hidroeléctricos. El gobierno también planea aprovechar la bioenergía a través de la biomasa y los biogases, aprovechando los desechos orgánicos y los subproductos agrícolas como fuentes de combustible.

Bejarano señaló que una estrategia clave es reducir el consumo de hidrocarburos del país, utilizados principalmente en el transporte. Al promover los biocombustibles, Paraguay pretende reducir las emisiones de carbono y su dependencia de los combustibles fósiles importados. El cambio hacia los biocombustibles es parte de una “transición energética” más amplia que el gobierno considera crucial para modernizar la infraestructura energética del país.

“Nuestro objetivo es reducir el consumo de hidrocarburos, por eso nos centramos en los biocombustibles”, explicó Bejarano. Esto permitirá a Paraguay acercarse a sus objetivos de descarbonización y, al mismo tiempo, promover la independencia energética.

El hidrógeno como futuro de las exportaciones energéticas de Paraguay

Un componente fundamental de la visión energética de Paraguay es la producción de combustible de hidrógeno. Los ríos del país, especialmente el Paraná y el Paraguay, son rutas comerciales vitales y clave para la estrategia energética del país. Aproximadamente el 80% del comercio exterior de Paraguay pasa por estos ríos, lo que proporciona un enlace directo con el océano Atlántico. El gobierno tiene como objetivo “descarbonizar la vía fluvial” mediante la promoción de combustibles basados ​​en hidrógeno para los barcos y otras embarcaciones de transporte que operan a lo largo de estas rutas.

El combustible de hidrógeno ha sido aclamado como un elemento innovador en la transición energética mundial debido a su potencial como fuente de energía limpia y abundante. Paraguay aspira a posicionarse como líder regional en la producción de hidrógeno, proporcionando una alternativa sostenible a los combustibles fósiles que se utilizan actualmente en el transporte y los procesos industriales.

El plan a largo plazo del gobierno incluye el desarrollo de infraestructura para producir y distribuir combustible de hidrógeno a gran escala. Esto beneficiaría a las industrias nacionales y abriría nuevas oportunidades para las exportaciones de energía, convirtiendo potencialmente a Paraguay en un centro de combustible de hidrógeno en América Latina.

“El hidrógeno es el futuro”, afirmó Bejarano, destacando las ambiciones del país de desarrollar soluciones energéticas basadas en hidrógeno durante las próximas décadas. Este enfoque en la innovación se alinea con las tendencias globales y coloca a Paraguay en el camino de convertirse en un actor clave en el mercado de la energía renovable.

Integración de gas y el gasoducto trinacional

Además de su enfoque en las energías renovables, Paraguay también está considerando el gas natural como una fuente de energía de transición. La nueva política energética del país incluye un proyecto para integrar el gas natural en su matriz energética. Esto proporcionaría una alternativa confiable a los hidrocarburos mientras las tecnologías renovables continúan escalando.

Uno de los proyectos más ambiciosos es el gasoducto de transición propuesto, que conectaría a Paraguay con la vasta formación de esquisto Vaca Muerta de Argentina, la segunda reserva más grande del mundo de gas no convencional. El gasoducto se extendería por aproximadamente 530 kilómetros a través de la región del Chaco de Paraguay, uniendo los yacimientos de gas de Argentina con Brasil. Paraguay se beneficiaría de tarifas de tránsito y acceso a un suministro de energía más estable.

El gasoducto representa una oportunidad importante para Paraguay, que actualmente tiene una producción nacional de gas limitada. No sólo garantizaría el acceso al gas natural a precios competitivos, sino que también estimularía la exploración y el desarrollo de los recursos gasísticos del país. Bejarano enfatizó que se espera que el proyecto del gasoducto impulse la inversión en el sector energético de Paraguay y fortalezca la cooperación energética regional.

“Con este proyecto, buscamos mejorar la exploración de gas natural en Paraguay”, dijo Bejarano, señalando que el gasoducto también fomentaría una mayor integración energética en América Latina.

Si bien el gas natural no es un recurso renovable, se lo considera un puente fundamental en la transición hacia una energía más limpia. Al depender del gas natural en el corto plazo, Paraguay puede reducir su dependencia del carbón y el petróleo y, al mismo tiempo, aumentar sus inversiones en energía solar, hidrógeno y bioenergía.

La ambiciosa política energética de Paraguay es un paso audaz hacia un futuro más sostenible, pero también conlleva desafíos. La transición a una matriz energética diversificada requerirá una inversión significativa en infraestructura, investigación y desarrollo. Además, el país deberá fomentar asociaciones con inversores internacionales y empresas energéticas para hacer realidad su visión.

Uno de los principales desafíos será garantizar que los beneficios de la transición energética se distribuyan equitativamente en toda la sociedad. Si bien las áreas urbanas pueden adoptar más rápidamente nuevas tecnologías, como paneles solares o vehículos eléctricos, las comunidades rurales podrían enfrentar mayores barreras de acceso. El gobierno se ha comprometido a abordar estas disparidades invirtiendo en infraestructura energética en áreas remotas y brindando incentivos para que las pequeñas empresas y los hogares adopten tecnologías renovables.

Al mismo tiempo, la dependencia de Paraguay de la energía hidroeléctrica, si bien es ventajosa, también plantea un riesgo. Se espera que el cambio climático aumente la frecuencia de las sequías, lo que podría amenazar las represas hidroeléctricas del país. Esto hace que la diversificación de la matriz energética sea aún más urgente.

Sin embargo, la transición energética de Paraguay también presenta oportunidades significativas. Al convertirse en un líder en energía renovable, el país puede reducir su dependencia de combustibles fósiles importados, crear nuevos empleos en la economía verde y posicionarse como exportador de tecnologías de energía limpia. La transición hacia el combustible de hidrógeno, en particular, podría abrir nuevos mercados y fuentes de ingresos, lo que permitiría a Paraguay desempeñar un papel clave en la lucha mundial contra el cambio climático.

Bejarano sigue siendo optimista sobre el futuro energético del país. “No estamos pensando sólo en los próximos años, estamos pensando en las próximas décadas”, dijo. “Esta política sentará las bases para un futuro sostenible y próspero”.

La visión de Paraguay para un futuro renovable

La nueva política energética de Paraguay es un testimonio del compromiso del país con la sostenibilidad y la independencia energética. Al centrarse en fuentes de energía renovables como la solar, el hidrógeno y los biocombustibles, el gobierno está sentando las bases para un futuro más verde y resiliente. El liderazgo del país en la transición energética podría servir de modelo para otras naciones de América Latina y más allá, demostrando que con visión e innovación, incluso los problemas energéticos más desafiantes pueden superarse.

Lea también: Protestas en Paraguay exigen empleo y reformas sociales

Mientras Paraguay avanza con su ambicioso plan, el mundo estará observando. El éxito del país en la diversificación de su matriz energética y la reducción de su dependencia de los hidrocarburos podría tener implicaciones de largo alcance, no solo para la región, sino para el panorama energético mundial. El futuro de la energía en Paraguay es brillante y está impulsado por el sol, el viento y el espíritu innovador de su gente.

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