La devaluación de las monedas latinoamericanas puede rastrearse hasta Argentina
La primera semana de mayo trajo consigo una fuerte devaluación de las principales monedas latinoamericanas, la volatilidad de la economía argentina pudo ser el disparador
En lo que va del mes de mayo, las monedas de las economías emergentes han tenido sus peores semanas en más de un año. Durante la primera semana del mes, se registraron fuertes caídas en los precios del peso colombiano, mexicano y chileno, además de la continuación de la caída del real brasilero, que llegó a su precio más bajo en más de dos años.
Una de las explicaciones para el desplome generalizado de los precios parece señalar a la economía argentina, que de nuevo demuestra una inflación fuera de control y una perpetua debilidad de su moneda frente al dólar. Para el resto de América Latina, esto es problemático, pues Argentina se encuentra en las mismas categorías de activos para inversión que el resto de la región: la categoría de mercados emergentes y la de mercados latinoamericanos. Al verse afectada Argentina, la valoración de toda la categoría cae, y con el tiempo, esto lleva a una devaluación de las monedas locales.
A raíz del escenario argentino, los grandes inversionistas han retirado 5.500 millones de dólares del portafolio de mercados emergentes según datos de Instituto de Finanzas Internacionales. Según Bloomberg, han retirado 1.200 millones del portafolio de América Latina solo en la última semana.
No debe ser sorpresa que la situación de Argentina preocupe a los inversionistas, pues el panorama resulta realmente hostil para el capital extranjero. Esto se debe particularmente a la inflación que continúa aumentando, generando incertidumbre y cierto pánico entre los financieros.
La inflación en Argentina actualmente se encuentra en un alarmante 25,5%, y amenaza con continuar subiendo a pesar de las medidas de emergencia que ha tomado el gobierno Macri. Aunque aún no llega al catastrófico 47% del 2016, los argentinos ya enfrentan dificultades para proveerse sus necesidades básicas.
Lucas González, funcionario público argentino, asegura que la situación ya llenó su vida de incertidumbre: “Cambié el comportamiento en las compras por el aumento. Ahora la gente compra por día, si tiene plata compra, si no tiene, ya no compra. La gente gasta más, pero a la vez consume menos”.
A su vez, Elvia Candia, una mujer boliviana que vive en Buenos Aires, aseguró que ahora gasta 7 mil pesos argentinos a la semana en víveres, el doble de lo que gastaba en enero de este año.
Adicionalmente, la economía argentina también se enfrenta a un dólar particularmente fuerte. Aunque ya parece haberse detenido la vertiginosa caída que traía el peso argentino frente a la divisa estadounidense, este continúa en situación crítica. La semana pasada el dólar llegó a cotizarse a 25,8 pesos, un récord, señal de la gravedad de la situación.
Debido a la inclusión de Argentina en los portafolios de inversión en economías emergentes y economías latinoamericanas, esta debilidad de la moneda local ante el dólar es lo que parece estar esparciéndose por la región. Los demás países de América Latina deben prepararse para lo que esto implica.
A nivel macro, se debe esperar un alza generalizada en los precios de los bienes importados, que en los mercados emergentes siempre va a significar problemas para el consumidor, pues exceptuando los alimentos, la mayoría de los bienes de consumo en la región se importan. Mientras que a menor escala, los latinoamericanos deben tener cuidado con sus viajes, pues el costo de estos va a tender al alza, así que si planean viajar es recomendable pagar los preparativos con anticipación.
Latin American Post | Pedro Bernal
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