ECONOMÍA

Disminución en el consumo de combustible en Argentina por los altos precios genera preocupaciones económicas y cambios en los consumidores

A medida que los precios de los combustibles se dispararon en Argentina desde diciembre, el consumo se desplomó casi un 10% en enero, lo que provocó un cambio en el comportamiento del consumidor y generó preocupaciones sobre las repercusiones económicas. Las políticas de la administración de Javier Milei, encaminadas a alinear los precios de los combustibles con los mercados internacionales, han provocado un aumento significativo en los costos de los combustibles, superando las tasas de inflación e impactando a varios sectores de la economía.

Disminución del consumo de combustible: impacto de las subidas de precios

El consumo de combustible en Argentina ha sido testigo de una fuerte caída luego de sustanciales aumentos de precios desde diciembre, lo que indica cambios significativos en el comportamiento del consumidor en medio de una nueva política gubernamental bajo la administración de Javier Milei. A medida que los precios del combustible se dispararon, el consumo se desplomó casi un 10% en enero, lo que provocó un cambio en el comportamiento de los consumidores y generó preocupaciones sobre las repercusiones económicas.

Según diversas fuentes del sector consultadas por EFE, la demanda de combustible en las gasolineras cayó casi un 10% en enero, con sólo un ligero aumento observado por YPF, el principal productor de petróleo y comercializador de combustibles del país. La tendencia a la baja del consumo ya había comenzado en diciembre, con un descenso del 7,8% respecto de noviembre, según informan datos del Instituto Argentino de Energía ‘General Mosconi’. En medio de una inflación vertiginosa y un poder adquisitivo decreciente en Argentina, los consumidores redujeron sus compras de combustible luego de aumentos sustanciales de precios en diciembre, enero y principios de febrero.

Isabelino Rodríguez, presidenta de la Confederación Argentina de Entidades Comerciales de Hidrocarburos y Afines (Cecha), destacó un cambio en los patrones de consumo: “El primer cambio notable es un cambio en los hábitos de consumo de gasolina ‘premium’ a gasolina regular. Además, las empresas petroleras con precios de venta más altos están experimentando una caída más pronunciada en los volúmenes de ventas”.

Aumento de los precios de la gasolina e impacto de las políticas

Actualmente, la gasolina ‘súper’ (la opción más económica) tiene un precio de 744 pesos el litro en las estaciones de servicio de YPF en Buenos Aires. Hasta noviembre de 2023, el precio de la gasolina ‘súper’ en la capital había aumentado un 107% en el año, por detrás de la tasa de inflación del 160,9% acumulada hasta ese mes. Sin embargo, en diciembre se produjo un aumento mensual del 77,8%, seguido de un aumento del 26,4% en enero, impulsado por la política de la nueva administración Milei de liberar los precios suprimidos y alinear más estrechamente los precios de los combustibles con los mercados internacionales, con el objetivo de aumentar la rentabilidad de las empresas del sector.

Además, se espera que un aumento de 6,43% el 1 de febrero, resultante de la decisión del gobierno de actualizar ciertos impuestos a los combustibles retrasados por la administración anterior, conduzca a nuevos aumentos de precios entre marzo y mayo. En este escenario, el precio de la gasolina ha aumentado un 139,2% desde diciembre, superando con creces la ya elevada tasa de inflación, que se situó en el 25,5% en diciembre según datos oficiales y en el 19,4% en enero según estimaciones privadas.

La visión de Rodríguez sobre el comportamiento del consumidor

Rodríguez remarcó: “Antes un litro de combustible costaba lo mismo que un litro de agua embotellada. Ahora, si bien se ha recuperado el precio relativo, los ingresos de la gente no, por lo que hay una caída en la demanda, que esperamos que siga creciendo”. por ahora.” Los precios de los combustibles impactan fuertemente los costos de transporte, la generación de electricidad térmica, la logística agrícola y otros sectores, lo que influye significativamente en los precios económicos generales.

Durante años, los precios de los combustibles en Argentina han estado fuertemente regulados. El país sudamericano importa alrededor del 30% de su demanda interna de gasolina y diésel, cubriendo el resto con petróleo crudo refinado y de producción nacional. Sin embargo, el nuevo Gobierno, que asumió en diciembre, optó por acabar con el llamado ‘barril criollo’, un precio del crudo subsidiado para el mercado interno fijado en 58 dólares frente al actual precio del barril Brent, que ronda los 79 dólares. Esta medida tenía como objetivo eliminar los controles artificiales de precios de los combustibles.

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La política delineada por la nueva administración busca ahora alinear los precios del combustible con los valores de las importaciones, que fuentes de la industria estiman entre 1 y 1,20 dólares por litro. En consecuencia, todavía hay margen para que los precios de los combustibles sigan subiendo en este marco. Sin embargo, este valor no será fijo ya que la ‘paridad de importación’ puede fluctuar dependiendo de los precios internacionales del petróleo y el tipo de cambio en Argentina. Esta situación ha generado preocupaciones sobre el impacto económico del aumento en los costos de los combustibles y ha provocado una reevaluación de los hábitos de gasto de los consumidores en el país.

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