ECONOMÍA

La economía de Paraguay se ve afectada por el desplome del nivel de los ríos

El descenso histórico de los niveles del río Paraguay amenaza con perturbar la economía del país, aumentando los costos de transporte y haciendo subir los precios de los productos básicos. A medida que aumentan las advertencias, el país se prepara para los posibles efectos dominó en sectores críticos.

Declive del río Paraguay

El río Paraguay, el recurso vital de Paraguay, enfrenta un descenso sin precedentes de sus niveles de agua, que podría tener graves consecuencias para la economía del país. Este río, responsable de movilizar casi el 80% del comercio internacional de Paraguay, ha alcanzado mínimos históricos, complicando la logística del transporte y haciendo subir el costo de los bienes. Como advirtió Rolando de Barros, Ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) de Paraguay, en una reciente conferencia de prensa, la situación está destinada a empeorar, con posibles repercusiones en todo, desde los precios de los combustibles hasta la canasta básica de alimentos.

De Barros no se anduvo con rodeos al hablar de las implicaciones económicas del descenso del río. “En primer lugar, afectará a la economía porque los precios comenzarán a subir”, dijo, señalando que a medida que disminuye el caudal del río, la logística del transporte de mercancías, especialmente las exportaciones, se vuelve significativamente más difícil y costosa. Esta crisis podría provocar graves perturbaciones en el comercio y las cadenas de suministro nacionales para un país sin salida al mar como Paraguay, que depende de la hidrovía Paraguay-Paraná para acceder a los mercados internacionales.

La falta de lluvias y las persistentes condiciones de sequía ya afectan la capacidad del río. La señal más alarmante se produjo cuando el río Paraguay en la capital, Asunción, registró una caída drástica a -1,32 metros, muy por debajo de su nivel normal. Este mínimo histórico pone de relieve la gravedad de la crisis y sirve como presagio de los desafíos económicos que se avecinan.

Aumento de los costes en el comercio fluvial

La hidrovía Paraguay-Paraná es una arteria vital para el comercio del país, que permite a Paraguay transportar mercancías hasta el océano Atlántico. Sin embargo, la disminución de los niveles de agua ha hecho que la navegación por esta vía fluvial sea cada vez más difícil. Según la Central de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay (Cafym), los buques se ven obligados a reducir su carga para evitar encallar, lo que ha provocado un aumento de los costos de transporte que, a su vez, se están trasladando a los consumidores.

Para Paraguay, donde las exportaciones de productos agrícolas como la soja, el maíz y la carne de vacuno son cruciales para la economía, esto significa mayores costos para el envío de mercancías al exterior. Además, la importación de artículos esenciales (combustibles, maquinarias y bienes de consumo) se ha vuelto más cara. De Barros advirtió que los aumentos de precios no se limitarán a sectores específicos, sino que probablemente afectarán a un amplio espectro de productos.

El aumento de los costos de transporte también plantea una amenaza directa a la competitividad de Paraguay en los mercados internacionales. A medida que los barcos transportan cargas más pequeñas y realizan más viajes, el consumo de combustible aumenta, lo que se suma a la carga de costos. Los exportadores se encuentran en una posición precaria, ya que deben decidir si absorben estos mayores costos o se los trasladan a los compradores, poniendo en riesgo su posición en el mercado.

A medida que los niveles de agua siguen bajando, Cafym ha expresado su preocupación por la posibilidad de que, a menos que se tomen medidas rápidas, el país pueda enfrentarse a más trastornos. Los barcos ya están sufriendo retrasos y, con una capacidad limitada, la capacidad de Paraguay para cumplir con sus obligaciones comerciales podría verse comprometida, lo que podría provocar una escasez de productos en los mercados locales.

Impacto en los bienes esenciales

Las consecuencias del deterioro del río se extienden mucho más allá de la industria naviera. Paraguay depende completamente de las importaciones para su abastecimiento de combustible, y se espera que la crisis actual provoque un aumento de los precios en las gasolineras. Como señaló De Barros, los precios del combustible están estrechamente vinculados a los costos de transporte. A medida que el transporte marítimo se vuelve más caro, se espera que el precio del combustible aumente en consecuencia, lo que ejercerá una presión adicional sobre los consumidores.

El combustible no es el único motivo de preocupación. De Barros también advirtió que la disminución de los niveles del río podría afectar la cadena de suministro de alimentos del país. “Puede afectar a la canasta básica de alimentos, porque es una cadena”, dijo, y explicó que el aumento del costo del transporte probablemente se traducirá en precios más altos para productos básicos como la harina, el arroz y el aceite de cocina. A medida que aumentan los costos del transporte, tanto las materias primas como los productos terminados se vuelven más caros de transportar, lo que crea un efecto en cascada sobre los precios al consumidor.

En un país donde muchas personas dependen del acceso asequible a los bienes básicos, estos aumentos de precios podrían provocar dificultades significativas, especialmente para las familias de bajos ingresos. Las presiones inflacionarias, combinadas con la desaceleración económica causada por la pandemia de COVID-19 y la sequía en curso, ya han ejercido presión sobre la economía de Paraguay. Ahora, con la crisis del río exacerbando estos problemas, la situación podría volverse aún más grave.

Al problema se suma el hecho de que el río Paraguay también desempeña un papel fundamental en el riego agrícola. Si la sequía persiste, la producción agrícola del país podría verse afectada, lo que aumentaría aún más los precios de los alimentos y amenazaría la posición de Paraguay como exportador clave de granos y carne en la región.

Implicaciones ambientales y de largo plazo

Si bien las consecuencias económicas inmediatas del deterioro del río son significativas, los impactos ambientales no pueden ignorarse. El gobierno paraguayo ha reconocido que los patrones climáticos actuales no son alentadores, y los pronósticos indican que las condiciones secas continuarán en los próximos meses. Según el Director de Hidrología de la Dirección Nacional de Meteorología e Hidrología (DMH), Jorge Sánchez, la temporada de lluvias puede traer precipitaciones por debajo de la media, lo que prolongaría la recuperación del río.

Las implicaciones a largo plazo de una crisis fluvial prolongada son preocupantes. A medida que el caudal del río disminuye, los ecosistemas que dependen de estos entornos acuáticos corren peligro. Los humedales, que son cruciales para mantener la biodiversidad y proporcionar un control natural de las inundaciones, pueden secarse, lo que provocaría un colapso de los ecosistemas locales. Esto, a su vez, podría afectar a la pesca y otras industrias que dependen de los recursos del río.

Además, la disminución de los niveles del río pone de relieve la vulnerabilidad de la infraestructura de Paraguay al cambio climático. La dependencia del país del río para el transporte y el comercio lo deja expuesto a los crecientes riesgos que plantean los fenómenos meteorológicos extremos y los cambios en los patrones de lluvia. A medida que el cambio climático se acelera, Paraguay (y gran parte de América del Sur) puede enfrentarse a sequías más frecuentes y graves, lo que provocaría crisis económicas y ambientales recurrentes.

Para abordar estos desafíos se necesitarán estrategias tanto inmediatas como a largo plazo. A corto plazo, el gobierno debe explorar métodos de transporte alternativos, como aumentar el uso de rutas terrestres o ampliar la capacidad del sistema ferroviario de Paraguay. Además, la inversión en infraestructura de gestión del agua, como el dragado del lecho del río para mejorar la navegabilidad, podría ayudar a mitigar algunos de los desafíos actuales.

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A largo plazo, Paraguay debe enfrentar las realidades del cambio climático invirtiendo en infraestructura sostenible y diversificando su economía. Reducir la dependencia del país del río para el comercio y el transporte será clave para generar resiliencia frente a futuros impactos ambientales.

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