La inflación en Argentina supera el 210%, desafiando al gobierno de Milei
En un clima económico que recuerda los angustiosos días de finales de los 80 y principios de los 90, Argentina cerró 2023 con una asombrosa tasa de inflación del 211,4%, la más alta desde el infame período de hiperinflación de 1989-1990. Este enorme desafío marca el comienzo del mandato del presidente Javier Milei, quien asumió el cargo con el compromiso de implementar un plan económico de “shock” radical. Una medida audaz estuvo al frente de esta estrategia: una devaluación del 50% del peso argentino.
El aumento de los precios al consumo indica un cambio económico
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó un aumento del 25,5% en el índice de precios al consumidor en diciembre respecto a noviembre, lo que indica una fuerte aceleración respecto del mes anterior.
Se cree que este aumento está relacionado con la iniciativa de “honestidad de precios” tras la salida del gobierno de Alberto Fernández. El Ministro de Economía de Fernández, Sergio Massa, oponente de Milei en la segunda vuelta presidencial del 19 de noviembre, había implementado una política de “precios justos”, frenando los aumentos en los bienes esenciales.
Después de que el gobierno de Milei revelara sus medidas económicas iniciales en diciembre, el Banco Central enfatizó la importancia de la liberalización de precios. Esto se consideró un paso esencial para revertir los desequilibrios fiscales y externos. El Banco señaló que las distorsiones de precios anteriores tenían como objetivo “suprimir y retrasar” las consecuencias inflacionarias de las políticas deficitarias del Estado.
En diciembre se produjeron importantes aumentos de precios en diversos bienes y servicios (32,7%), salud (32,6%) y transporte (31,7%). Los aumentos en las primas de medicamentos y seguros médicos privados impulsaron los costos de salud. Además, los alimentos y bebidas no alcohólicas experimentaron un aumento del 29,7%, y los productos básicos como la harina de trigo, el arroz y el aceite de girasol aumentaron más del 50%.
Estas alarmantes cifras impactan directamente el valor de la canasta básica, un indicador crítico de la tasa de pobreza que ronda el 45% en Argentina. El aumento anual en este sector alcanzó un sorprendente 251,3%.
Advertencia del Gobierno y confianza en el plan fiscal
El gobierno de Milei, que asumió el poder el 10 de diciembre, advirtió que las tasas de inflación podrían alcanzar entre el 20% y el 40% en los meses previos a febrero. Sin embargo, siguen confiando en que su plan fiscal de “shock”, anunciado poco después de asumir el cargo, evitará una tasa de hiperinflación anual del 15.000%. El presidente Milei, en entrevista radial, afirmó que lograr una tasa mensual cercana al 25% sería un “tremendo éxito” y un motivo de felicitación a su ministro de Economía, Luis Caputo.
La estrategia de Milei se centra en lograr el equilibrio fiscal para 2024, acabando así con la necesidad de emisiones monetarias utilizadas históricamente por Argentina para financiar su déficit. También reconoció el eventual cumplimiento de su promesa de cerrar el Banco Central. Esta medida es fundamental para la creencia de Milei de que dentro de 18 a 24 meses, sus políticas domarán a la bestia inflacionaria.
Con una tasa de inflación del 211,4%, Argentina supera incluso a Venezuela (193%) y es una de las más altas a nivel mundial, compitiendo con países como el Líbano. Esta cifra es la más alta de la región y la más elevada que Argentina ha visto en los últimos 34 años.
Ecos de la hiperinflación pasada
Los argentinos recuerdan vívidamente los años de hiperinflación de 1989 y 1990, cuando el índice de precios al consumidor se disparó al 3.079% en 1989 y al 2.314% en 1990. Estos años estuvieron marcados por tasas de pobreza extremadamente altas, similares a las actuales.
La hiperinflación de finales de los años 80 condujo a una transición presidencial acelerada de Raúl Alfonsín (1983-1989), el primer presidente posdictadura militar (1976-1983), a Carlos Menem (1989-1999). Posteriormente, Menem implementó políticas neoliberales e introdujo la convertibilidad peso-dólar (“uno a uno”).
Crisis económica y malestar público
En 2001, en medio de una tumultuosa crisis económica, las protestas callejeras resultaron en 39 muertes y la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa (1999-2001). Este contexto histórico arroja una sombra sobre los ambiciosos planes de Milei.
La administración de Milei enfrenta la difícil tarea de guiar a Argentina a través de esta vorágine económica. Su enfoque, que se aleja radicalmente de sus predecesores, implica desregular la economía al máximo y buscar un equilibrio entre controlar la inflación y estimular el crecimiento. El gobierno pretende estabilizar la economía reduciendo la intervención estatal y alentando a las fuerzas del mercado a corregir los desequilibrios.
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Mientras el público argentino aún se recupera de los recuerdos de turbulencias económicas pasadas, el enfoque de la administración Milei está siendo examinado de cerca. El éxito o el fracaso de estas políticas no sólo moldearán el panorama económico de Argentina.