ECONOMÍA

La lucha por soluciones verdes en las favelas de Brasil

En las favelas de Brasil, la sostenibilidad nace a menudo de la escasez. Gilson Rodrigues, presidente de G10 Favelas, explica cómo estas comunidades afrontan los desafíos climáticos a pesar de la falta de recursos. EFE informa sobre su lucha y resiliencia.

Un resultado de la necesidad, no de la elección

La sostenibilidad no es una tendencia ni una declaración política en las favelas de Brasil: es una necesidad. Estas comunidades, que carecen de recursos esenciales como agua y saneamiento, se han visto obligadas a adoptar prácticas sostenibles para sobrevivir. Gilson Rodrigues, presidente de G10 Favelas, una coalición de líderes y empresarios que trabajan para mejorar las comunidades más vulnerables de Brasil, dice: “En las favelas, somos sostenibles por imposición porque terminamos viviendo con lo básico. Ahorramos agua porque no la tenemos”.

Rodrigues, a menudo llamado el “Embajador de las Favelas”, ha abogado incansablemente por la creación de oportunidades en los barrios más pobres de Brasil. Rodrigues se crió en Paraisópolis, una de las favelas más grandes y antiguas de São Paulo, donde viven más de 100.000 personas. En estas comunidades, los residentes se enfrentan a una desigualdad económica, lo que los expertos llaman “desigualdad climática”. Favelas como Paraisópolis, con su alta densidad de viviendas y falta de espacios verdes, pueden experimentar temperaturas hasta 10 grados más altas que las áreas vecinas más ricas, según un estudio de la Universidad Presbiteriana Mackenzie de São Paulo.

Esta disparidad climática es solo un ejemplo de cómo las favelas están sufriendo los efectos de la crisis climática más rápido que las comunidades más ricas. “Las favelas ya están sufriendo lo que la gente dice que el mundo experimentará en 30 años. La escasez de agua, el calor extremo y la falta de saneamiento ya están aquí”, dijo a Efe. Para los residentes de estas comunidades, la crisis climática no es una amenaza futura, es una realidad cotidiana.

El embajador de las favelas toma la palabra

Rodrigues será uno de los más de 20 ponentes del segundo Foro Latinoamericano de Economía Verde, organizado por la Agencia EFE y que tendrá lugar en São Paulo los días 1 y 2 de octubre. El evento reunirá a líderes del sector público y privado, expertos y activistas para debatir cómo América Latina puede enfrentar el cambio climático y promover el desarrollo sostenible.

Para Rodrigues, el foro ofrece una oportunidad para arrojar luz sobre las luchas ambientales de las favelas y proponer soluciones. Sostiene que la sostenibilidad en estas zonas no puede seguir siendo accidental o impuesta por la escasez, sino que debe ser parte de una estrategia integral para mejorar las condiciones de vida y garantizar un futuro más equitativo. “La sostenibilidad no debe suceder por casualidad. Es necesario que haya un plan para dar visibilidad a estos problemas y educar a los residentes sobre las herramientas para mejorar la situación”, enfatizó Rodrigues.

La vida de Rodrigues ha estado marcada por su crianza en Paraisópolis, donde fue testigo directo de las dificultades y la resiliencia de los residentes de las favelas. Entiende que los residentes de estas comunidades a menudo son vistos como parte del problema en lugar de parte de la solución en lo que respecta a la sostenibilidad. “Solo se nos ve como la causa del problema cuando, de hecho, somos parte de la solución”, dijo Rodrigues. Espera cambiar esta narrativa en el foro y abogar por un enfoque más inclusivo de la sostenibilidad que empodere a las favelas.

La desigualdad climática y su impacto en las comunidades más pobres de Brasil

Brasil, la mayor economía de América del Sur, alberga más de 10.000 favelas, donde viven aproximadamente 16 millones de personas, aproximadamente el 8% de la población del país, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Estas comunidades enfrentan desafíos económicos y sociales y también están en la primera línea de la crisis climática.

Paraisópolis, donde creció Rodrigues, es un claro ejemplo de la desigualdad climática. La falta de vegetación y espacios verdes en las favelas, junto con la densidad de viviendas, genera lo que se conoce como el efecto de “isla de calor urbana”, en el que las temperaturas pueden ser significativamente más altas que en las zonas vecinas. A esto se suman las infraestructuras deficientes y los materiales de construcción de mala calidad, que atrapan el calor y hacen que la vida sea insoportable durante los meses más calurosos.

“Las favelas ya están experimentando la crisis climática de primera mano”, señaló Rodrigues. “La falta de agua, el calor extremo y el saneamiento inadecuado son problemas con los que hemos estado viviendo durante años”. Estos problemas afectan desproporcionadamente a las comunidades más pobres de Brasil, que a menudo tienen menos recursos para adaptarse a las condiciones cambiantes.

Mientras que los residentes de las zonas más ricas pueden instalar aire acondicionado o acceder a agua potable, los que viven en las favelas se ven obligados a valerse por sí mismos. La distribución desigual de los recursos exacerba el impacto de la crisis climática en las poblaciones más vulnerables de Brasil, creando una marcada división entre los que tienen y los que no tienen.

Empoderar a las favelas para crear un futuro sostenible

Rodrigues cree que las favelas deben ser vistas como víctimas del cambio climático y como actores fundamentales en la lucha contra él. Aboga por empoderar a estas comunidades con las herramientas y el conocimiento necesarios para crear un futuro sostenible. “Una favela sostenible es aquella en la que la gente tiene las condiciones para crecer, desarrollarse y acceder a esta cultura de la sostenibilidad”, explicó Rodrigues.

Sin embargo, reconoce que es más fácil decirlo que hacerlo. “Los residentes están tan preocupados por la comida y el empleo que pensar en la sostenibilidad a menudo parece una preocupación lejana”, dijo. Para cambiar esto, Rodrigues sostiene que el gobierno, el sector privado y las ONG deben trabajar juntos para proporcionar los recursos y la educación necesarios para ayudar a las favelas a adaptarse a sus desafíos.

Uno de los principales objetivos del Foro Latinoamericano de Economía Verde es explorar formas de generar resiliencia en poblaciones vulnerables como las que viven en las favelas de Brasil. El foro, apoyado por organizaciones como ApexBrasil y Norte Energía, tiene como objetivo crear alianzas entre los sectores público y privado para abordar la crisis climática. Para Rodrigues, este es un paso crucial para encontrar soluciones reales para las favelas. “Espero que podamos crear una nueva perspectiva sobre la población de las favelas y ayudar a crear herramientas o regulaciones para que la favela pueda salvarse a sí misma”, dijo.

Rodrigues cree que las soluciones a los desafíos que enfrentan las favelas deben venir desde dentro de la comunidad. Los residentes pueden tomar el control de su futuro construyendo un liderazgo local y fomentando un sentido de propiedad sobre las iniciativas de sostenibilidad. Espera que el foro conduzca a acciones concretas que puedan implementarse en las favelas de todo Brasil, creando un modelo para el desarrollo urbano sostenible en áreas de bajos ingresos.

Para Gilson Rodrigues y los residentes de las favelas de Brasil, la sostenibilidad no es una opción, es una necesidad impulsada por la escasez. Como informa EFE, los desafíos que enfrentan estas comunidades, desde la escasez de agua hasta el calor extremo, son resultado directo de la crisis climática, que ya han experimentado mucho antes de que se convirtiera en un problema global. A través de iniciativas como las favelas del G10 y eventos como el Foro Latinoamericano de Economía Verde, existe la esperanza de que estas comunidades puedan tomar el control de su futuro y desempeñar un papel clave en la creación de un mundo más sostenible.

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El mensaje de Rodrigues es claro: las favelas no deben verse como parte del problema, sino como parte de la solución. Al brindar las herramientas, la educación y el apoyo necesarios, las comunidades más vulnerables de Brasil pueden liderar la lucha contra el cambio climático y mostrarle al mundo que la sostenibilidad es posible, incluso frente a la adversidad.

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