ECONOMÍA

La reforma judicial de Sheinbaum genera debate y reacciones en el mercado en México

Mientras Claudia Sheinbaum se prepara para convertirse en la próxima presidenta de México, enfrenta el escrutinio y la preocupación de la comunidad empresarial por su propuesta de reforma judicial, que los críticos temen que pueda socavar el sistema de controles y equilibrios del país.

Claudia Sheinbaum, a punto de convertirse en la próxima presidenta de México, aseguró el miércoles a las principales organizaciones empresariales que su administración no busca un poder absoluto en medio de la incertidumbre generada por su controvertida reforma judicial, que se considera una amenaza potencial a los controles y equilibrios de la nación. Sin embargo, la reforma también ha enfrentado críticas por potencialmente concentrar más poder en el poder ejecutivo y socavar el sistema de controles y equilibrios.

En su primera reunión con el sector privado desde su victoria electoral el 2 de junio, Sheinbaum buscó disipar temores sobre las intenciones detrás de la reforma judicial. “Esta reforma judicial no representará autoritarismo ni concentración de poder. Ese no es el objetivo”, afirmó con firmeza Sheinbaum.

La victoria del partido gobernante, que tendrá una supermayoría en el Congreso a partir del 1 de septiembre, ha alarmado a los mercados, que la ven como un paso hacia el debilitamiento de los controles y equilibrios en México. Esta supermayoría, que significa que el partido gobernante tiene más de dos tercios de los escaños en el Congreso, permitiría reformas constitucionales sin necesidad de negociación con la oposición. El día después de las elecciones, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se desplomó más de un 6% y el peso mexicano se depreció un 4,4% frente al dólar, sin que ninguno de los dos se haya recuperado completamente desde entonces.

Sin embargo, Sheinbaum sostuvo que la reforma, que apunta a elegir a los miembros judiciales mediante voto popular, otorgaría mayor autonomía a jueces, magistrados y ministros. Esta reforma, de implementarse, podría conducir a un sistema judicial más democrático y transparente, ya que los jueces serían directamente responsables ante el público. “El objetivo es que el poder judicial tenga más autonomía y la capacidad de representar verdaderamente un poder judicial que busca justicia junto a los fiscales en los casos en que los fiscales están involucrados”, explicó.

Repercusiones económicas y reacciones del mercado

El presidente electo, que obtuvo el mayor número de votos en la historia de México (casi 36 millones), enfatizó la importancia de respetar la voluntad de la mayoría expresada en las elecciones del 2 de junio. Ella me aseguró que esto no impediría el diálogo ni significaría una concentración de poder.

Sheinbaum, quien se desempeñó como jefa de Gobierno de la Ciudad de México de 2018 a 2023, afirmó que el proceso de diálogo con todos los actores sigue abierto. El Congreso ya ha establecido una serie de ejercicios de ‘parlamento abierto’ para discutir la reforma judicial, entre otros polémicos cambios legales que el partido gobernante pretende aprobar a partir del 1 de septiembre, un mes antes de que Sheinbaum asuma el cargo el 1 de octubre.

Marcelo Ebrard, excanciller (2018-2023) y ahora parte del equipo de transición de Sheinbaum, insinuó este martes durante una reunión con legisladores que tras estos diálogos se podrían hacer “cambios mínimos” a la polémica reforma del sistema legal.

Contexto latinoamericano y perspectiva histórica

Las reformas propuestas por Sheinbaum llegan cuando América Latina está presenciando cambios políticos significativos. En los últimos años, países como Venezuela y Nicaragua han visto sus sistemas judiciales criticados por su falta de independencia y transparencia, lo que ha contribuido a las preocupaciones internacionales sobre un retroceso democrático en la región. Estas preocupaciones han llevado a un mayor escrutinio de las reformas judiciales en la región, incluida la reforma propuesta por Sheinbaum en México.

Con su compleja historia política, México a menudo ha navegado por un delicado equilibrio entre la reforma y el mantenimiento de los principios democráticos. La reforma judicial propuesta podría redefinir este equilibrio, sentando potencialmente un precedente para otras naciones latinoamericanas que enfrentan problemas similares de autonomía judicial y poder ejecutivo.

La reacción de la comunidad empresarial subraya una aprensión más amplia sobre la estabilidad económica y la gobernanza. Los inversores temen que las reformas puedan comprometer la independencia judicial, afectando el Estado de derecho y, posteriormente, el clima empresarial. Estas preocupaciones no son infundadas en una región donde las decisiones políticas históricamente han tenido profundas repercusiones económicas. Por ejemplo, si la reforma conduce a una percepción de falta de independencia judicial, podría disuadir la inversión extranjera y desacelerar el crecimiento económico.

A pesar de los temores, la insistencia de Sheinbaum en un diálogo abierto con todos los sectores ofrece esperanza. El compromiso de su administración de considerar ajustes a la reforma basados ​​en discusiones parlamentarias indica un enfoque flexible, que potencialmente mitiga algunos de los temores que rodean los cambios propuestos y refuerza la importancia de la toma de decisiones democrática.

Además, el abrumador mandato electoral de Sheinbaum sugiere un amplio apoyo público a su visión, lo que refleja un deseo de cambiar la forma en que se manejan los nombramientos judiciales y la autonomía en México. Este mandato público podría ser un arma de doble filo, ya que le otorgaría legitimidad para impulsar sus reformas y al mismo tiempo la haría responsable de garantizar que estos cambios no socaven las instituciones democráticas. La reforma, de implementarse, podría conducir a un sistema judicial más democrático y transparente, ya que los jueces serían directamente responsables ante el público. Sin embargo, también podría concentrar más poder en el poder ejecutivo, socavando potencialmente el sistema de controles y contrapesos.

Mientras México se encuentra en esta encrucijada, la comunidad internacional, incluidos importantes socios comerciales y aliados regionales, seguirán de cerca los acontecimientos. El resultado de esta reforma judicial podría reforzar las credenciales democráticas de México o señalar un cambio hacia un poder más centralizado, afectando su posición en el escenario global. Por ejemplo, Estados Unidos, el mayor socio comercial de México, ha expresado su preocupación por el impacto potencial de la reforma en el clima empresarial del país.

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En conclusión, la presidencia de Claudia Sheinbaum promete cambios significativos, particularmente en el sector judicial. Si bien sus promesas de no buscar el poder absoluto pretenden calmar los temores, la implementación de sus reformas y los impactos económicos y políticos resultantes serán la prueba del compromiso de su administración con los principios democráticos y la autonomía judicial. Los próximos diálogos y sesiones legislativas serán fundamentales para dar forma al futuro del poder judicial de México y, por extensión, a su democracia.

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