La sangre corre por las calles venezolanas
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¿Hasta qué punto llegará la crisis del país suramericano?
Doscientos seis años después de la independencia de Venezuela, los jóvenes empiezan a fallecer en las calles de nuevo, como lo hicieron durante la guerra de emancipación. El 5 de julio de 1811 se firmó el acta de independencia de Venezuela. Varios de los firmantes eran jóvenes que integraron la Sociedad Patriótica, una organización pro-independentista de la época que hizo presión para lograr la liberación venezolana del Reino de España. A partir de esa fecha hasta 1823 se inició una guerra que acabó con gran parte de la juventud venezolana.
Hoy los jóvenes han vuelto a levantar las proclamas de libertad y democracia para protestar contra el gobierno de Nicolás Maduro. La situación de Venezuela es compleja. La caída de los precios del petróleo, principal producto de exportación de esta economía, ha ocasionado el colapso del sistema político actual que fue liderado por el fallecido presidente Hugo Chávez. Este sistema populista de izquierda impulsado por la redistribución de la renta petrolera entre los estratos más bajos de la población venezolana, generó grandes dividendos a nivel político, lo cual mantuvo a Hugo Chávez por catorce años en el poder y le permitió nombrar como sucesor a Nicolás Maduro.
La mala gestión de Maduro sumada a otros factores tanto políticos como económicos ha deteriorado la economía venezolana, que sufre la inflación más alta del mundo con un sistema de control de cambios diferenciado que se traduce en grandes distorsiones, lo que produce un desabastecimiento masivo de alimentos, medicinas y productos de primera necesidad. No ha sido posible alcanzar una solución política a la crisis que afecta a Venezuela debido a la pérdida económica y a que el gobierno se niega a negociar con la oposición, que es mayoría en el parlamento. Esto ha resultado en una grave situación de enfrentamiento que ha llegado al derramamiento de sangre en las manifestaciones de protesta en las calles de las ciudades principales del país suramericano. Han fallecido cerca de cien protestantes, y ha habido incontables heridos y detenidos en casi tres meses de manifestaciones diarias.
Por un lado, los organismos de seguridad del gobierno venezolano ejercen una represión cada vez más sangrienta para imponer su modelo político inspirado en el sistema comunista cubano. Por el otro lado, la oposición venezolana, apoyada por la población debido al descontento popular, ejerce presión en las calles para lograr un cambio político que conduzca a resolver la crisis. A corto plazo no se vislumbra una solución negociada, pero el conteo de muertes por las protestas diarias sigue creciendo.
Latin American Post ı Francisco Javier Martínez
Copy edited by Susana Cicchetto