La sequía del dólar en Bolivia exige una reforma económica en medio de ecos regionales de tensión financiera
Ante una persistente escasez de dólares, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) de Bolivia ha propuesto medidas urgentes, incluida la desregulación de las cuotas de exportación y la eliminación del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), destacando un problema más amplio que se refleja en toda América Latina en medio de desafíos económicos.
La escasez de dólares en Bolivia: un desafío económico inminente
En Bolivia, un país rico en cultura, historia y recursos naturales, la economía enfrenta un desafío importante: una persistente escasez de dólares estadounidenses. Esta escasez amenaza con desestabilizar varios sectores de la economía, desde la agricultura hasta la industria y ha llevado al Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) a pedir medidas inmediatas. Las propuestas del instituto, destinadas a revitalizar la economía, resuenan con problemas similares que enfrentan otros países latinoamericanos, ofreciendo un crudo recordatorio de las vulnerabilidades económicas interconectadas de la región.
La escasez de dólares en Bolivia se ha convertido en una preocupación apremiante, particularmente para los importadores y los sectores que dependen de los servicios extranjeros. Según Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, la escasez y el encarecimiento de los dólares están sembrando incertidumbre y podrían impactar severamente próximamente los sectores agrícola, forestal, industrial, farmacéutico, comercial y exportador del país. Las posibles consecuencias son nefastas: reducción de la actividad, cierres operativos, aumentos de precios e inflación.
Rodríguez destaca un aspecto crítico de la economía de Bolivia: aproximadamente el 85% de las importaciones consisten en artículos esenciales como materias primas, bienes de capital, equipos de transporte y combustibles, que son indispensables para el desarrollo continuo del país y no pueden simplemente prescindirse. La situación se ve exacerbada por una caída reportada en las exportaciones bolivianas, que cayeron en más de 2.800 millones de dólares en 2023, lo que llevó a un déficit comercial de casi 700 millones de dólares después de tres años de superávit. Este déficit subraya la gravedad del problema de circulación del dólar dentro de la nación.
Medidas propuestas por el IBCE
El IBCE ha propuesto una serie de medidas en respuesta a la crisis. Entre ellos está la “liberación absoluta” de las cuotas de exportación, una estrategia para incentivar sectores como la agricultura, la agroindustria, la madera y el turismo. Históricamente, bajo la presidencia de Evo Morales (2006-2019), Bolivia impuso cuotas a la exportación de alimentos como trigo, arroz, maíz y carne para asegurar el suministro interno. Aunque estas restricciones se levantaron temporalmente durante el gobierno interino de Jeanine Áñez (2019-2020), fueron restablecidas por la administración del presidente Luis Arce, lo que pone de relieve el debate en curso sobre el mejor enfoque para asegurar la estabilidad económica y la autosuficiencia de Bolivia.
Otra propuesta significativa del IBCE es la eliminación del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF). Introducido en 2004 bajo el presidente Carlos Mesa (2003-2005) como medida temporal para reducir el déficit fiscal, el ITF ha sido prorrogado por sucesivos gobiernos y sigue en vigor. El IBCE sostiene que este impuesto desincentiva el uso de dólares dentro del sistema financiero boliviano y penaliza innecesariamente las transacciones monetarias.
El instituto también sugiere permitir la venta libre de dólares en el mercado paralelo para eliminar actividades especulativas asociadas al “mercado negro”. Esta medida tiene como objetivo restaurar un mercado cambiario abierto y competitivo, que las medidas enérgicas contra los comerciantes informales de divisas han socavado. Además, el IBCE recomienda que el gobierno obtenga préstamos externos, busque apoyo financiero de organismos multilaterales y que el Banco Central de Bolivia (BCB) emita bonos denominados en dólares con tasas de interés atractivas y seguros financieros para reforzar las Reservas Internacionales Netas (INR) del país. ).
Los desafíos económicos compartidos de América Latina
Se espera la experiencia de Bolivia en la región. Históricamente, los países latinoamericanos han lidiado con políticas económicas que impactan la liquidez en dólares y la estabilidad financiera. Desde las crisis monetarias cíclicas de Argentina hasta la hiperinflación y la escasez de divisas en Venezuela, la región presenta un entramado de desafíos económicos que a menudo surgen de causas fundamentales similares: dependencia de las exportaciones de materias primas, diversificación insuficiente y vulnerabilidades de la deuda externa.
La situación en Bolivia sirve como un microcosmos de una dinámica económica más amplia en América Latina, donde las decisiones políticas tienen implicaciones de largo alcance para la estabilidad y el crecimiento económicos. Las medidas propuestas por el IBCE subrayan la urgente necesidad de reformas económicas integrales que aborden los problemas subyacentes que contribuyen a la escasez de dólares y la inestabilidad financiera.
Navegando juntos los desafíos económicos
Mientras Bolivia y sus vecinos latinoamericanos continúan afrontando estos desafíos económicos, las experiencias compartidas a través de las fronteras ofrecen lecciones valiosas. No se pueden subestimar las políticas fiscales sólidas, las economías diversificadas y los sistemas financieros sólidos en su búsqueda colectiva de un crecimiento sostenible y una estabilidad. El camino a seguir requiere un delicado equilibrio entre la protección de los intereses internos y la aceptación de la dinámica del mercado global que influye en la suerte económica regional.
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La situación económica actual de Bolivia y las soluciones propuestas ofrecen una idea de la compleja interacción entre las políticas internas y las tendencias económicas globales. Mientras el país busca superar su escasez de dólares y estimular el crecimiento económico, las experiencias de sus homólogos latinoamericanos proporcionan tanto advertencias como planes para la recuperación. La sabiduría colectiva extraída de estos desafíos compartidos puede allanar el camino hacia un futuro económico más próspero y resiliente para Bolivia y la región.