Las Bahamas protegen los océanos con un innovador acuerdo de deuda por naturaleza
Las Bahamas han dado un paso transformador para proteger sus ecosistemas marinos al refinanciar $300 millones en deuda. Esta iniciativa pionera, apoyada por socios globales, libera $124 millones para proyectos de conservación, marcando un nuevo estándar en acuerdos de deuda por naturaleza e inspirando esperanza para el futuro de la conservación global.
Un enfoque audaz para la conservación marina
El gobierno de las Bahamas presentó un ambicioso plan para refinanciar $300 millones de su deuda externa en asociación con The Nature Conservancy, el Banco Interamericano de Desarrollo y otras instituciones financieras. Este intercambio de deuda por naturaleza es el quinto de su tipo en el mundo, uniéndose a esfuerzos similares en Seychelles, Belice, Gabón y Barbados.
El acuerdo libera $124 millones para proyectos de conservación marina y reducción del cambio climático durante los próximos 15 años. Las Bahamas crearán un fondo de dotación para respaldar estas iniciativas una vez finalizado el período inicial del proyecto. “Este proyecto no solo apoya objetivos de biodiversidad y clima; también sustenta la economía y los medios de vida de muchas personas”, afirmó Shenique Albury-Smith, subdirectora de The Nature Conservancy en las Bahamas, en una entrevista con Associated Press.
Cómo funciona el intercambio de deuda por naturaleza
La parte principal del acuerdo consiste en que el gobierno de las Bahamas recompra su deuda mediante un nuevo préstamo de Standard Chartered, que ofrece tasas de interés más bajas. Este nuevo arreglo alivia la presión financiera de la nación y dirige los ahorros hacia proyectos ambientales.
Lo que distingue este acuerdo de los anteriores intercambios de deuda por naturaleza es la participación de empresas privadas. Builders Vision, un inversor privado, actúa como co-garante, mientras que AXA XL, una aseguradora privada, proporciona un seguro de crédito. Este modelo innovador asegura financiamiento y aporta estabilidad financiera al proyecto, lo cual es clave para su éxito.
Melissa Garvey, directora global del programa de bonos de The Nature Conservancy, destacó el impacto global de estos acuerdos. “Las áreas de conservación protegidas por estos acuerdos combinados son más grandes que el Golfo de México”, señaló, subrayando la conexión entre los esfuerzos de conservación a nivel mundial.
El acuerdo de las Bahamas también incorpora por primera vez la mitigación del cambio climático en un intercambio de deuda por naturaleza. Este aspecto es crucial para este grupo de islas de baja altitud, ya que enfrentan amenazas graves por el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos. El huracán Dorian, un devastador huracán de categoría 5 que golpeó las islas en 2019, causó daños significativos y refuerza la urgencia de estos esfuerzos.
Protegiendo ecosistemas y pesquerías
El dinero de este acuerdo se destinará a proteger y restaurar ecosistemas esenciales como los manglares y las praderas marinas. Estas áreas son cruciales para la biodiversidad y actúan como excelentes sumideros de carbono. Los manglares, por ejemplo, almacenan más dióxido de carbono por unidad de área que los bosques tropicales, lo que los convierte en una herramienta clave en la lucha contra el calentamiento global. “Proteger los manglares y las praderas marinas es fundamental para combatir el cambio climático y proteger la biodiversidad”, destacó Albury-Smith, subrayando la urgencia de tomar medidas climáticas.
Los esfuerzos en la conservación marina también respaldarán la estabilidad de las pesquerías en las Bahamas. Las pesquerías son una parte central de la economía del país. La industria de la langosta espinosa, por ejemplo, genera aproximadamente $100 millones anuales. La pesca sostenible y la protección de los hábitats marinos son esenciales para la salud a largo plazo de estas pesquerías y para los empleos que proporcionan.
Esta iniciativa se basa en la sólida historia de conservación de las Bahamas. El país ya ha protegido más del 17% de sus aguas costeras, lo que equivale a más de 16 millones de acres de océano. Cabe destacar que las Bahamas establecieron el primer parque terrestre y marino del mundo en 1958, en Exuma Cays, marcando un precedente para la conservación marina a nivel global.
Un modelo para la acción climática global
El acuerdo de deuda por naturaleza de las Bahamas demuestra una forma creativa de abordar simultáneamente problemas financieros y crisis ambientales. Este acuerdo, que incluye la participación de inversores y aseguradoras privadas, destaca el poder de las alianzas público-privadas para respaldar objetivos globales de conservación. “Este acuerdo demuestra que muchas personas entienden ahora que proteger el medio ambiente y tener una economía sólida van de la mano”, señaló Albury-Smith. “Otros países podrían usar esta idea para proteger sus recursos naturales y, al mismo tiempo, resolver dificultades financieras”.
Los efectos de esta iniciativa van más allá de las Bahamas. El cambio climático avanza rápidamente, poniendo en peligro ecosistemas en todas partes. Las naciones con problemas podrían encontrar esperanza en acuerdos similares de deuda por naturaleza, especialmente con la colaboración de grupos internacionales, inversores privados y gobiernos locales. Estos esfuerzos pueden proteger hábitats críticos y la biodiversidad a nivel mundial.
Las Bahamas están listas para liderar con el ejemplo. Inversiones estratégicas en la naturaleza pueden beneficiar tanto a las personas como al medio ambiente y la economía.
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Este innovador intercambio de deuda por naturaleza fortalece el trabajo de conservación marina en las Bahamas y establece un nuevo estándar para soluciones creativas a los desafíos climáticos y económicos. A medida que la nación avanza en este camino transformador, ofrece esperanza e inspiración para una acción global en sostenibilidad y resiliencia.