ECONOMÍA

Las duras medidas de austeridad de Milei: cómo redefinir el futuro económico de Argentina

El presidente Javier Milei presentó un audaz plan presupuestario para 2025, con el objetivo de eliminar el déficit fiscal de Argentina. Mientras la inflación asola al país, la postura firme de Milei sobre los recortes de gastos lo distingue, y lo compara con otras economías latinoamericanas que enfrentan desafíos similares.

La postura de Milei: austeridad o fracaso

En una medida sin precedentes, el presidente argentino Javier Milei presentó personalmente su propuesta de presupuesto para 2025 al Congreso, sin pasar por su ministro de Economía para enfatizar la importancia de sus políticas fiscales. Conocido por su ideología libertaria, Milei criticó la mala gestión fiscal de larga data de Argentina y se comprometió a eliminar el déficit crónico del país. Su presupuesto promete austeridad y señala una nueva fase de confrontación con un Congreso dominado por la oposición que controla las finanzas del gobierno.

El mensaje clave de Milei durante su discurso fue claro: déficit cero o fracaso. “Gestionar significa sanear el balance, desactivar la bomba de deuda que heredamos”, dijo Milei a los legisladores, prometiendo vetar cualquier intento de comprometer su estricta política fiscal. Su propuesta apunta a seguir reduciendo el gasto público, que considera esencial para restaurar la confianza del mercado y abordar la terrible situación económica de Argentina, marcada por una de las tasas de inflación más altas del mundo.

A pesar de controlar menos del 15% del Congreso, Milei está decidido a avanzar. En los últimos nueve meses, su administración ha implementado profundos recortes al gasto público, lo que resultó en un superávit fiscal por primera vez en dos décadas. Sin embargo, los recortes han sido recibidos con reacciones mixtas, ya que han tenido un costo social significativo. La pobreza se ha disparado, y casi el 60% de los argentinos vive ahora por debajo de la línea de pobreza. Los recortes han incluido reducciones en las transferencias financieras a las provincias, recortes de los subsidios a la energía y el transporte y mantener estables los salarios y las pensiones a pesar de la inflación.

El aislamiento político de Milei hace que esta sea una batalla difícil. Los partidos de oposición han pedido salarios y pensiones más altos para ayudar a los argentinos más afectados, pero Milei se niega a ceder. Su mensaje al Congreso es simple: cualquier aumento del gasto debe ir acompañado de recortes en otras áreas. En un contexto de aumento de la pobreza y creciente malestar social, el presupuesto de Milei refleja una apuesta a que el peor sufrimiento económico ya pasó y que la austeridad finalmente dará sus frutos.

Español Cómo abordan la austeridad otros países latinoamericanos

El enfoque de Milei en materia de austeridad fiscal no es único en América Latina, donde varios países han enfrentado crisis económicas similares. Sin embargo, los resultados de estas políticas han variado, y la situación de Argentina presenta similitudes y contrastes significativos con las experiencias de sus vecinos.

Tomemos como ejemplo a Brasil, donde el expresidente Michel Temer implementó medidas de austeridad en 2017 para abordar un déficit presupuestario en espiral. Al igual que Milei, Temer se centró en recortes de gastos, principalmente dirigidos a programas sociales y salarios del sector público. Las medidas fueron inicialmente impopulares, lo que desencadenó protestas y huelgas. Sin embargo, la economía de Brasil finalmente comenzó a recuperarse, con una inflación más baja y un déficit en contracción en 2019. Dicho esto, el impacto a largo plazo sobre la desigualdad y la pobreza sigue siendo motivo de controversia, y muchos críticos argumentan que los brasileños más pobres fueron los más afectados por los recortes.

Mientras tanto, México ha tomado un camino diferente bajo el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). En lugar de aplicar una estricta austeridad, AMLO se ha centrado en reducir el despilfarro y la corrupción del gobierno, manteniendo o aumentando el gasto en programas sociales. Su administración ha buscado equilibrar la responsabilidad fiscal y la inversión social, aunque los críticos sostienen que este enfoque corre el riesgo de inflar la deuda nacional. El crecimiento económico de México ha seguido siendo lento, pero las políticas de AMLO han sido relativamente populares entre la clase trabajadora, que siente menos el dolor inmediato de las medidas de austeridad.

En cambio, Venezuela ofrece una historia aleccionadora de lo que sucede cuando la mala gestión fiscal y la falta de recortes del gasto conducen al colapso económico. Años de gasto público descontrolado e hiperinflación han diezmado la economía del país, haciendo que los bienes y servicios esenciales escaseen. Milei cita con frecuencia a Venezuela como un ejemplo de lo que espera evitar, argumentando que Argentina debe enfrentar sus problemas fiscales de frente antes de llegar a un punto de inflexión similar.

La estrategia fiscal de Milei también comparte algunos elementos con la de Perú, donde el expresidente Pedro Pablo Kuczynski implementó políticas de austeridad en 2017. Si bien estas políticas ayudaron a reducir el déficit de Perú, también provocaron protestas generalizadas, en particular de los trabajadores del sector público y los sindicatos. El equilibrio entre restablecer la disciplina fiscal y mantener la estabilidad social es un desafío que Milei enfrenta ahora en Argentina.

Estas comparaciones ilustran que, si bien la austeridad puede ayudar a abordar los desequilibrios fiscales, conlleva riesgos sociales y políticos significativos. En Argentina, donde la frustración pública ya es alta debido a la inflación y la pobreza, Milei debe recorrer un camino delicado para lograr la estabilidad a largo plazo.

Pobreza, protestas y respuesta pública

Una de las consecuencias más significativas de la austeridad fiscal de Milei ha sido el dramático aumento de la pobreza. Según informes recientes, casi el 60% de los argentinos vive por debajo de la línea de pobreza, frente al 44% cuando Milei asumió el cargo en diciembre de 2023. Los recortes han afectado más a los sectores más vulnerables de la sociedad, ya que los salarios y las pensiones no han logrado seguir el ritmo de la inflación, que sigue estando entre las más altas del mundo.

Milei ha aclarado que el dolor fiscal es necesario para restablecer la estabilidad económica a largo plazo. Sin embargo, para muchos argentinos, las consecuencias inmediatas son devastadoras. La semana pasada, el debate sobre las pensiones llegó a un punto álgido cuando Milei vetó un proyecto de ley para aumentar el gasto en seguridad social. La medida desencadenó protestas generalizadas, en particular entre los jubilados cuyo poder adquisitivo se vio erosionado significativamente debido a la inflación.

Los manifestantes salieron a las calles de Buenos Aires y se enfrentaron a la policía antidisturbios, que utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a la multitud. Los jubilados, que han perdido aproximadamente la mitad de su poder adquisitivo durante el año pasado, se manifestaron especialmente en contra de las medidas de austeridad del gobierno. A pesar de las protestas, Milei se mantuvo firme e insistió en que su disciplina fiscal no era negociable.

Las protestas ponen de relieve una creciente división entre el gobierno y el público. Si bien Milei ha conservado cierto apoyo popular debido a sus esfuerzos por frenar la inflación, las consecuencias sociales de sus políticas son cada vez más difíciles de ignorar. Muchos argentinos, en particular los de los sectores de ingresos más bajos, se sienten abandonados por el énfasis del gobierno en la disciplina fiscal a expensas del bienestar social.

La propuesta presupuestaria de Milei también incluye recortes a la educación y la atención médica, lo que alimenta aún más la ira pública. Los partidos de oposición han capitalizado este descontento, presionando para aumentar el gasto en servicios públicos. Si bien Milei ha prometido vetar cualquier propuesta de ese tipo, la presión política está aumentando y la capacidad del gobierno para mantener su rumbo de austeridad está lejos de ser segura.

¿Podrá Milei sortear la encrucijada económica de Argentina?

El gobierno de Milei enfrenta una batalla cuesta arriba para lograr la aprobación de su presupuesto para 2025. Dado que los partidos de oposición controlan la mayoría del Congreso, el aislamiento político de Milei es un obstáculo importante. A pesar de su retórica agresiva, que incluyó referirse a los legisladores de la oposición como “ratas miserables”, el presidente necesitará entablar semanas de negociaciones si espera aprobar su presupuesto sin concesiones significativas.

Hay mucho en juego. La crisis económica de Argentina es una de las más graves de su historia, con una inflación, pobreza y desempleo en niveles críticos. Milei ha apostado su presidencia a restablecer la estabilidad fiscal, pero para ello deberá sortear un panorama político complejo.

Una pregunta clave es si Milei puede mantener el apoyo popular mientras implementa duras medidas de austeridad. Si bien la inflación ha disminuido desde su pico del 26% mensual en diciembre de 2023 al 4% en la actualidad, el panorama económico más amplio sigue siendo sombrío. La economía argentina se contrajo más del 3% en el primer semestre de 2024 y el tejido social del país se está deshilachando debido al aumento de la pobreza y la desigualdad.

El Ministerio de Finanzas de Milei ha expresado optimismo sobre el futuro, proyectando una tasa de inflación anual del 18% para fines de 2025 y una tasa de crecimiento del 5% para la economía. Sin embargo, estas proyecciones dependen en gran medida de la capacidad del gobierno para mantener la disciplina fiscal y obtener el apoyo del Congreso para su presupuesto.

En última instancia, la capacidad de Milei para navegar por la encrucijada económica de Argentina dependerá de su comprensión política y de las políticas monetarias. Si puede construir alianzas y encontrar puntos en común con los legisladores de la oposición, es posible que pueda impulsar sus medidas de austeridad y sentar las bases para una recuperación a largo plazo. Sin embargo, si el malestar social continúa aumentando, Milei corre el riesgo de alienar al mismo público cuyo apoyo necesita para tener éxito.

Lea también: Javier Milei: un autoproclamado “Nostradamus económico” en Argentina

La iniciativa de austeridad fiscal del presidente Javier Milei se perfila como un momento decisivo en la historia económica de Argentina. Si bien sus estrictas propuestas presupuestarias apuntan a restablecer la confianza del mercado y eliminar el déficit fiscal, tienen un costo social significativo. A medida que aumentan las protestas y aumenta la pobreza, Milei debe equilibrar su compromiso con la disciplina fiscal con las crecientes demandas de apoyo social. Su capacidad para navegar por el complejo panorama político y social determinará si Argentina puede salir fortalecida de su crisis económica o enfrentar una turbulencia más profunda.

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