Los envíos encubiertos de petróleo de Venezuela sostienen a Cuba en medio de la crisis del combustible
La compañía petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, ha utilizado buques cisterna fuera del radar para entregar suministros de petróleo cruciales a Cuba, sorteando sanciones y desafíos operativos de Estados Unidos. Las operaciones encubiertas resaltan la alianza actual entre los dos países en medio de crecientes necesidades energéticas.
En una medida estratégica para apoyar a su aliado político más cercano, Cuba, la compañía petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, ha comenzado a utilizar buques cisterna que navegan fuera del radar. Este cambio se produce cuando una flota cada vez menor de embarcaciones estatales, que tradicionalmente cubren esta ruta, se ha visto afectada por retrasos en el mantenimiento y la aparición de nuevas rutas de suministro. Reuters informa que los documentos y los servicios de monitoreo de barcos han detallado estas operaciones, subrayando hasta dónde llegará Venezuela para garantizar que Cuba reciba el petróleo crudo y el combustible que tanto necesita.
Durante más de una década, Venezuela y Cuba han dependido exclusivamente de sus propios buques cisterna para transportar petróleo entre ellos. Sin embargo, con algunos barcos fuera de servicio debido a problemas de mantenimiento y México emergiendo como un nuevo proveedor de Cuba, ambos países han tenido que repensar su logística para mantener abastecida a la nación insular.
Operaciones de la Flota Oscura
Muchas flotas de petroleros propiedad de Venezuela y Cuba están bajo sanciones de Estados Unidos, lo que limita sus capacidades operativas. Como resultado, PDVSA ha recurrido al uso de embarcaciones operadas por terceros, a menudo llamadas la “flota oscura”. Estos barcos, que no son fácilmente rastreables por diversas razones, normalmente carecen de seguro occidental y emplean tácticas como el envío de señales de ubicación falsas para disfrazar sus movimientos. La ‘flota oscura’ juega un papel crucial en estas operaciones encubiertas, ya que permite a Venezuela continuar su apoyo a Cuba mientras evita la detección y posibles sanciones por parte de las autoridades estadounidenses.
En junio, PDVSA comenzó a coembarcar cargamentos de crudo y fuel oil que primero entregarían una parte en aguas cubanas antes de continuar hacia Asia para descargar el volumen restante. Estos buques falsifican sus señales, haciendo que parezca que están en otra parte del Caribe mientras descargan en Cuba, a menudo mediante transferencias de barco a barco. TankerTrackers.com e imágenes de satélite de Planet Labs, revisadas por Reuters, confirman estas prácticas engañosas.
Uno de esos buques, el Neptune 6, con bandera de Panamá, fue observado la semana pasada cerca de la Bahía Nipe de Cuba transfiriendo crudo pesado y fueloil venezolano al barco Esperanza, con bandera cubana. A pesar de que su transpondedor señala una ubicación al norte de Curazao desde finales de mayo, los datos de LSEG indican sus actividades reales cerca de Cuba.
PDVSA y las cancillerías de Venezuela y Cuba no se han pronunciado sobre estas operaciones, y aún está por ver si el uso de embarcaciones de terceros es una medida temporal o una estrategia de más largo plazo. Las posibles consecuencias de la exposición de estas operaciones encubiertas, como un mayor escrutinio por parte de Estados Unidos y posibles tensiones diplomáticas, son factores que deben considerarse en el contexto geopolítico más amplio.
Impulsar el suministro de petróleo en medio de la crisis
Se espera que los buques adicionales ayuden a aumentar el suministro de petróleo de Venezuela a Cuba. Hasta ahora, este año promedia 27.000 barriles por día (bpd), en comparación con 51.500 bpd en 2023. Este apoyo es crucial ya que la demanda de electricidad generada por plantas alimentadas con petróleo en Cuba aumenta durante los calurosos meses de verano.
Cuba se ha enfrentado a apagones rutinarios debido a los limitados suministros importados y a problemas logísticos que afectan la distribución nacional de combustible a sus envejecidas plantas de energía. Esta crisis energética, que se ha visto exacerbada por una combinación de factores que incluyen desafíos de infraestructura y falta de fuentes de energía diversificadas, ha hecho que la necesidad de envíos confiables de petróleo sea aún más crítica. Funcionarios cubanos de energía han indicado que se están realizando esfuerzos de mantenimiento para preparar las plantas generadoras de energía para la temporada de verano de alta demanda, con la esperanza de reducir la frecuencia de los apagones.
Un revés significativo para la infraestructura energética de Cuba se produjo con el devastador incendio en la terminal petrolera más importante de la isla en Matanzas, que destruyó parte de su capacidad de almacenamiento de petróleo. Este incidente ha obligado a los proveedores a transferir carga a otros barcos utilizados por Cuba para el almacenamiento flotante, complicando aún más la logística.
En mayo, la petrolera estatal de México, Pemex, reanudó los envíos de petróleo a Cuba después de una pausa de tres meses, utilizando los mismos buques utilizados anteriormente para enviar petróleo desde Venezuela. Esta medida, que fue vista como un paso significativo para apoyar las necesidades energéticas de Cuba, subraya los esfuerzos en curso dentro de la región para mantener un suministro energético estable. A pesar de los numerosos desafíos, esta colaboración entre México, Venezuela y Cuba subraya los esfuerzos continuos para apoyar las necesidades energéticas de Cuba.
El impacto de las sanciones estadounidenses
Las operaciones encubiertas de los envíos de petróleo de Venezuela a Cuba resaltan el impacto de las sanciones estadounidenses a ambos países. Estas sanciones, que se impusieron debido a desacuerdos políticos y económicos, han restringido el movimiento de flotas estatales y han requerido soluciones creativas para mantener el flujo de recursos vitales. Los detalles específicos de estas sanciones, como los tipos de bienes y servicios afectados, pueden proporcionar una comprensión más profunda de la situación.
El uso de la flota oscura y la suplantación de señales responde directamente a las limitaciones operativas impuestas por las sanciones. Estas tácticas permiten a Venezuela continuar apoyando a Cuba y al mismo tiempo evitar la detección y posibles sanciones por parte de las autoridades estadounidenses.
Sin embargo, estas actividades encubiertas conllevan riesgos. La falta de seguros occidentales y la posibilidad de un mayor escrutinio pueden generar desafíos operativos y financieros. Además, el uso de embarcaciones de terceros y la práctica de suplantación de señales pueden tener implicaciones ambientales y de seguridad. La necesidad de sortear estos riesgos demuestra la resiliencia y determinación de ambas naciones para sostener su alianza y apoyarse mutuamente en medio de presiones externas.
Contexto latinoamericano
La relación entre Venezuela y Cuba sirve como un microcosmos de la dinámica política y económica más amplia en América Latina. Históricamente, ambos países han mantenido estrechos vínculos arraigados en fundamentos ideológicos compartidos y apoyo mutuo contra la influencia regional de Estados Unidos, lo que refleja el tejido único de la región.
La dependencia de Cuba del petróleo venezolano ha sido una piedra angular de esta alianza. La actual crisis de combustible en Cuba, exacerbada por desafíos de infraestructura y problemas logísticos, subraya la importancia de estos envíos de petróleo. Los esfuerzos de colaboración para asegurar el flujo continuo de recursos resaltan la interdependencia de las naciones latinoamericanas frente a las adversidades externas.
Además, el surgimiento de México como proveedor adicional de Cuba refleja el panorama cambiante de la cooperación regional. La participación de México significa una voluntad más amplia dentro de América Latina de apoyarse mutuamente a través de asociaciones económicas y logísticas, incluso cuando persisten las tensiones geopolíticas.
Perspectivas de futuro
De cara al futuro, el futuro de los envíos de petróleo de Venezuela a Cuba probablemente implicará una combinación de soluciones logísticas creativas y operaciones encubiertas. Los continuos problemas operativos y de mantenimiento de las flotas estatales, junto con las limitaciones de las sanciones estadounidenses, necesitarán estrategias de adaptación para sostener el flujo de recursos vitales.
El enfoque inmediato de Cuba sigue siendo estabilizar su infraestructura energética y garantizar un suministro confiable de combustible. El firme apoyo de Venezuela y México, demostrado a través de su colaboración continua, será fundamental para lograr este objetivo, especialmente mientras la nación insular se enfrenta a los desafíos de los apagones y la escasez de energía.
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Los envíos encubiertos de petróleo de Venezuela a Cuba, según informó Reuters, resaltan la resiliencia y el ingenio de estas naciones para mantener su alianza y apoyarse mutuamente en medio de importantes desafíos. El uso de buques cisterna fuera del radar y la colaboración con buques de terceros subrayan hasta dónde llegará Venezuela para garantizar que se satisfagan las necesidades energéticas de Cuba. Mientras América Latina continúa navegando por complejos paisajes geopolíticos, la cooperación y el apoyo mutuo siguen siendo una característica definitoria del enfoque de la región para superar la adversidad. Estas operaciones encubiertas también plantean interrogantes sobre el futuro de la cooperación energética regional y el potencial para una mayor colaboración entre las naciones latinoamericanas.