ECONOMÍA

México requiere una inversión de $400 mil millones para 2032 para maximizar las oportunidades de nearshoring

México necesita más de 400 mil millones de dólares en inversión en infraestructura para 2032 para capitalizar plenamente las oportunidades de nearshoring. Las áreas clave incluyen agua, energía, transporte y parques industriales, lo que destaca la urgencia del desarrollo estratégico y las asociaciones público-privadas.

A medida que las estrategias de fabricación global cambian hacia la deslocalización, México está preparado para convertirse en un centro crítico para las instalaciones de producción reubicadas. Sin embargo, para aprovechar esta oportunidad, la nación requiere una inversión sustancial en infraestructura, superando los $400 mil millones para 2032. Rogelio Jiménez Pons, subsecretario de Transportes de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), esbozó este ambicioso objetivo durante una conferencia reciente seminario virtual organizado por el Colegio de Ingenieros Civiles de México.

El nearshoring, la práctica de reubicar la fabricación más cerca del mercado de consumo, ofrece ventajas significativas en términos de ahorro de costos, reducción de tiempos de tránsito y resiliencia de la cadena de suministro. La proximidad de México a Estados Unidos y Canadá, junto con costos laborales competitivos y acuerdos comerciales favorables como el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC), lo posiciona como un candidato principal para esta tendencia. Sin embargo, México debe abordar sus actuales deficiencias de infraestructura para aprovechar plenamente estos beneficios.

Desglose de la inversión en infraestructura

Jiménez Pons presentó estudios preliminares realizados por el gobierno mexicano en colaboración con la consultora MacKenzie. Según estos hallazgos, las áreas más urgentes para la inversión incluyen la infraestructura hídrica y la demanda de agua industrial, que se prevé que aumentarán entre un 34% y un 54% en los próximos ocho años, lo que requerirá inversiones de hasta 27 mil millones de dólares. En el sector energético, la generación de electricidad debe aumentar en un 53%, lo que requerirá aproximadamente 79 mil millones de dólares en activos. La inversión más importante, de hasta 250 mil millones de dólares, se necesita para mejorar la infraestructura de transporte de México, que es crucial para una logística eficiente y una gestión de la cadena de suministro. El desarrollo de nuevos parques industriales requerirá alrededor de 48 mil millones de dólares para respaldar la afluencia esperada de instalaciones de fabricación. También será necesaria una creciente necesidad de infraestructura urbana, incluidas viviendas y servicios, para apoyar a la fuerza laboral.

La inversión proyectada de 400.000 millones de dólares pone de relieve la necesidad de asociaciones público-privadas sólidas. Estas asociaciones, cuando se ejecutan de manera efectiva, pueden acelerar los cronogramas de los proyectos, garantizar una asignación eficiente de recursos y fomentar la innovación. Jiménez Pons enfatizó la importancia de un modelo de inversión mixto en el que el gobierno mexicano colabore con entidades privadas para desarrollar y financiar la infraestructura necesaria. Este enfoque colaborativo no sólo comparte la carga financiera sino que también reúne la experiencia y los recursos de ambos sectores, lo que conduce a proyectos de infraestructura más exitosos y sostenibles.

Superar los desafíos logísticos

A pesar de sus ventajas, México enfrenta importantes desafíos logísticos que minan su competitividad. Actualmente, los costos logísticos en México duplican los de sus socios del T-MEC, principalmente debido a una infraestructura obsoleta y a ineficiencias dentro de la cadena de suministro. Estos altos costos erosionan los beneficios de la ubicación estratégica de México y las ventajas de los costos laborales. No se puede subestimar la urgencia de esta situación. Para abordar esto, México debe centrarse en renovar su sistema logístico, desde las redes de transporte hasta los procedimientos aduaneros, para mejorar la eficiencia y reducir costos. Este es un paso fundamental para garantizar la competitividad de México en el mercado de nearshoring y maximizar los beneficios de la inversión en infraestructura de 400 mil millones de dólares.

La construcción de infraestructura transfronteriza en el norte de México es crucial para apoyar los esfuerzos de nearshoring. Sin embargo, estos proyectos enfrentan complejos desafíos de gestión, particularmente para obtener la aprobación de los Estados Unidos. Estos proyectos requieren la firma del presidente de Estados Unidos y podrían tardar hasta una década en completarse. “El nearshoring debe ser una prioridad en la agenda bilateral”, instó Jiménez Pons. Actualmente, carece del énfasis necesario, lo que obstaculiza el progreso de proyectos de infraestructura esenciales que facilitan el comercio y la logística transfronterizos.

Contexto histórico del desarrollo de infraestructura en América Latina

América Latina tiene una larga historia de lidiar con desafíos de infraestructura. Históricamente, la inestabilidad política, las limitaciones económicas y las ineficiencias burocráticas han impedido el desarrollo de redes de infraestructura sólidas. Sin embargo, la región también ha experimentado importantes períodos de inversión y desarrollo, a menudo impulsados por presiones y oportunidades económicas externas, como la actual tendencia a la deslocalización.

En el siglo XX, el desarrollo de infraestructura en América Latina generalmente estuvo vinculado a agendas económicas y políticas más amplias, como las políticas de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), que apuntaban a reducir la dependencia de las importaciones por parte de las industrias nacionales en desarrollo. Estas políticas requirieron inversiones sustanciales en infraestructura, particularmente en transporte y energía, para apoyar a los florecientes sectores industriales.

En las últimas décadas, la globalización y la liberalización comercial han remodelado el panorama económico de América Latina, impulsando renovados esfuerzos para mejorar la infraestructura para satisfacer las demandas de una economía globalizada. Iniciativas como el Plan Puebla Panamá (PPP), destinado a desarrollar infraestructura en el sur de México y Centroamérica, reflejan los esfuerzos continuos de la región para mejorar la conectividad y la competitividad.

La inversión internacional juega un papel crucial en el desarrollo de infraestructura de América Latina. Los bancos multilaterales de desarrollo, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, han desempeñado un papel decisivo en la financiación de proyectos de infraestructura en toda la región. Estas instituciones proporcionan recursos financieros, experiencia técnica y asesoramiento sobre políticas para garantizar la implementación exitosa de proyectos complejos. Para México, atraer inversión extranjera directa (IED) es fundamental para lograr su objetivo de infraestructura de 400 mil millones de dólares. Jiménez Pons proyectó que México podría beneficiarse de hasta 520 mil millones de dólares en IED industrial para 2032, siempre que capitalice el auge del nearshoring. Garantizar un clima de inversión favorable, regulaciones transparentes y una gestión eficiente de proyectos será esencial para atraer y retener a los inversores extranjeros.

Prioridades estratégicas para México

Para aprovechar plenamente la oportunidad del nearshoring, México debe priorizar varias áreas vitales. Es fundamental modernizar las redes de transporte y mejorar las carreteras, ferrocarriles y puertos para mejorar la conectividad y reducir los costos logísticos. Estas mejoras no sólo beneficiarán al sector manufacturero sino que también mejorarán la eficiencia general de la economía de México. Mejorar la infraestructura energética y ampliar y modernizar la red eléctrica para satisfacer las crecientes demandas industriales garantizará un suministro de energía confiable, un factor clave para las operaciones de fabricación. Esto también contribuirá a los objetivos de seguridad y sostenibilidad energética de México.

Es esencial desarrollar los recursos hídricos e invertir en infraestructura hídrica para satisfacer las necesidades de los usuarios industriales y al mismo tiempo garantizar la gestión sostenible de los recursos hídricos. Esto ayudará a abordar los problemas de escasez de agua en México y promoverá el desarrollo sostenible. La construcción y creación de parques industriales de última generación con instalaciones y servicios modernos atraerá a corporaciones multinacionales que buscan reubicar sus operaciones de fabricación, lo que generará creación de empleo y crecimiento económico. El desarrollo urbano, que proporcione viviendas y servicios adecuados para la fuerza laboral, apoyará la afluencia de trabajadores necesarios para nuevas actividades industriales, mejorando los niveles de vida y el bienestar social.

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México tiene el potencial de convertirse en un centro global de nearshoring, pero hacer realidad este potencial requiere un esfuerzo concertado para abordar las deficiencias de infraestructura. La inversión proyectada de 400 mil millones de dólares para 2032 pone de relieve la magnitud del desafío y la necesidad de asociaciones público-privadas estratégicas para financiar e implementar estos proyectos. Mientras América Latina continúa navegando por las complejidades de las tendencias económicas globales, la experiencia de México con el nearshoring servirá como un estudio de caso esencial. El desarrollo exitoso de infraestructura puede mejorar la competitividad, atraer inversión extranjera e impulsar el crecimiento económico, beneficiando a México y a toda la región. Con una planificación cuidadosa, una ejecución eficiente y una colaboración sólida entre los sectores público y privado, México puede transformar su panorama de infraestructura y capitalizar plenamente la oportunidad del nearshoring, asegurando un futuro próspero en la economía global.

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