Nueva crisis del salario mínimo en Venezuela
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Nicolás Maduro anunció un aumento salarial del 50% para el “ingreso mínimo integral”, pero este presentaría más inconvenientes que beneficios
El presidente de Venezuela Nicolás Maduro no sólo aumentó el salario mínimo sino también el bono de alimentación, que ahora sería de 153.000 Bs. Con todo esto, el nuevo sueldo mensual vigente para los ciudadanos venezolanos es de 250.531 Bs. lo que equivale a 58 dólares a la tasa oficial más alta y 12 dólares en el mercado paralelo. Este es el tercer aumento salarial en lo que va de 2017: 50% en enero y 60% en abril.
Desde 2014, el salario mínimo ha tenido que ser ajustado en trece ocasiones. Más allá del posible panorama alentador para los empleados de ese país, los cambios salariales tan abruptos revelan una problemática con diversas causas económicas y políticas que sumergen a Venezuela en una de las peores crisis económicas en el mundo.
La caída del petróleo en 2014 fue una de las principales causas de la tensión política y la ola de protestas que iniciaron en abril de 2017 y que han cobrado la vida de 84 personas. Desde entonces, la inflación ha aumentado descontroladamente, pasando de un 475% en 2015 a un posible 1660% en 2018. A esto se suma la pérdida de valor del bolívar frente al dólar, lo cual hace parte de una devaluación progresiva y degenerativa de la moneda nacional. Expertos mencionan que la expansión monetaria, es decir, la creación de dinero inorgánico y la impresión de billetes para suplir el déficit fiscal, también hace parte de los detonantes de la situación actual.
La medida de controlar los precios para frenar la inflación ha resultado ineficaz y ha causado distorsiones, como la escasez de alimentos y medicinas y el encarecimiento de los productos informales. A su vez, algunos analistas políticos defienden la idea que la crisis económica también se debe a la lucha de poder entre el Chavismo y la Unidad Democrática. Aunque la oposición controla el 65% del congreso, Maduro designó funcionarios de su partido en el Tribunal Supremo de Justicia, lo cual anula parcialmente el poder de veto de esa entidad.
Por último, Venezuela ha estado cerca de una suspensión de pagos debido a la falta de producción interna por las constantes obstrucciones del gobierno. Para finales de 2016, Venezuela tenía una deuda de 10.000 millones de dólares, monto que debía cancelar en 2015 y no consiguió hacer.
Nicolás Maduro insiste en que hay una “guerra económica” y una “inflación inducida” contra el Gobierno por parte de las transnacionales y la oposición para provocar el descontento popular y deponer el Chavismo gobernante. La solución, según el mandatario, es la de una propuesta de Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna y la creación de un “sistema de tiendas” con productos básicos a precios subsidiados, controlado por comités locales de abastecimiento y organizaciones comunales de distribución. Estas tiendas estarían en las 45 ciudades más pobladas del territorio nacional y garantizarían mejoras en la calidad de vida y la economía nacional.
En medio de todo este revuelo político, continúan las protestas y manifestaciones, que también rechazan la Constituyente del Gobierno de Maduro y exigen su destitución por “abandono de cargo”.
LatinAmerican Post | Juan Felipe Guerrero C.
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