En el marco de la ratificación de El Salvador como nuevo integrante de la Unión Aduanera del Triángulo Norte, Guatemala y Honduras invitaron a otros tres países a sumarse a su iniciativa

La Unión Aduanera es una iniciativa que algunos países centroamericanos vienen desarrollando desde hace un par de años, siendo una de sus primeras manifestaciones en la XLIV reunión del Sistema de Integración Centroamericana. La necesidad de una figura económica que agrupara territorios centroamericanos, los cuales gozaran del libre movimiento de mercancías y personas naturales, tomó por fin forma en 2017, cuando Guatemala y Honduras decidieron dar inicio a este ambicioso proyecto.

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El 20 de agosto de 2018, en declaración conjunta de los presidentes de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, de Guatemala, Jimmy Morales Cabrera, y de Honduras, Juan Orlando Hernández Alvarado, se ratificó la inclusión de El Salvador a la Unión Aduanera como parte de los países del Triángulo Norte. Esta inclusión resulta lógica al revisar las posibilidades que ha ofrecido esta Unión Aduanera, en donde, por ejemplo, el 40% de la mercancía que circula por los países integrantes, es decir, Guatemala y Honduras, hacen parte de esta figura.

Adicionalmente, la inclusión de El Salvador lleva a que la Unión Aduanera represente el 48% del PIB regional y el 69% de las regiones intrarregionales de Centroamérica, lo que posicionaría a El Salvador, Guatemala y Honduras como la octava economía de América Latina, según informa la declaración de CorIGNORE INTO.

Una invitación necesaria

Las facilidades que aporta la Unión Aduanera han sido demostradas. Desde los aspectos más técnicos, como que los pasos fronterizos de mercancías hayan reducido su tiempo a 15 minutos entre Guatemala y Honduras, hasta llegar a una “integración profunda” la cual conduzca a una “efectiva integración sub-regional”, los países del Triángulo Norte, y en general de Centroamérica, le apuestan todo a estos acuerdos.

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De esta manera, Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras, invitó a Costa Rica, Nicaragua y Panamá para que hagan parte de la Unión y así avanzar en la integración de la región. Según afirmó el presidente, su aspiración es llegar a ser la séptima economía de la región, por lo que espera que exista en la región un apoyo cada vez mayor.

Los retos

La inclusión de un marco jurídico y económico que apoye el desarrollo de la economía centroamericana es, sin lugar a dudas, un proyecto con amplias ventajas, pero también con muchas dificultades. Según informa CentralAmericaData, uno de los retos más grandes se refiere a la renovación de equipos y de tecnología adecuada que permita agilizar efectivamente el tránsito de mercancías entre los países participantes del acuerdo.

De igual manera, como se puede apreciar en la declaración de CorIGNORE INTO, aún es necesaria la instrucción de gran parte del aparato estatal de todos los países, de tal manera que puedan adecuar su funcionamiento a un nuevo paradigma de negocios y movimientos transnacionales.

Esta instrucción pasa desde cambios inmediatos que deben tener los ministerios, hasta planes a futuro que permitan ampliar el panorama económico de las naciones involucradas. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, las ventajas de la Unión Aduanera permiten entrever que cada vez más serán los países que quieran hacer parte de sus beneficios.

LatinAmerican Post | Jorge Ovalle

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