Remesas hacia EE.UU.: ¿El fenómeno de la deportación?
Organizaciones pro-inmigrantes indican que cada vez es más frecuente el envío de dinero hacia EE.UU., especialmente desde El Salvador
Debido a las políticas migratorias impuestas por el gobierno de Donald Trump, decenas de familias latinoamericanas han quedado en condición de vulnerabilidad en EE.UU. luego de que algún miembro del hogar hubiese sido deportado. Este flagelo se ha recrudecido principalmente en El Salvador, donde numerosos ciudadanos han sido regresados a su país natal por causa de infracciones cometidas en la nación del norte.
Estos recientes sucesos han generado un nuevo fenómeno observado por varios sectores en los últimos meses: el envío de remesas desde El Salvador hacia Estados Unidos. Aunque el Banco Central no tiene un registro oficial de los envíos de dinero ingresados al país, varias organizaciones que trabajan en la protección de la comunidad inmigrante, indican que cada vez es más frecuente el envío de dinero de inmigrantes deportados hacia EE.UU.
Un informe realizado por la cadena de noticias CNN exhibió el cambio que han tenido que enfrentar las familias disgregadas por causa de deportaciones y la terminación de programas de ayuda migratoria. De acuerdo con entrevistas realizadas a ciudadanos deportados, un trabajador gana hasta 11 veces menos de lo devengado en EE.UU. aún desempeñándose en la misma labor que realizaba en la nación del norte.
Esto afecta por supuesto la economía del núcleo familiar y es allí donde el envío de remesas, hasta el momento registrado en pequeñas cantidades, empieza a convertirse en una opción para los miembros de la familia que aún reside en EE.UU.
Soluciones ante la deportación
Debido al fin del Estatus de Protección Temporal (TPS, pos sus siglas en inglés), programa que durante casi dos décadas había otorgado amparo a inmigrantes indocumentados, más de 200.000 salvadoreños tendrán hasta el 9 de septiembre de 2019 para abandonar Estados Unidos.
Según estadísticas recogidas por organizaciones pro-inmigrantes, el 51% del total de los salvadoreños en riesgo de ser devueltos al país han vivido en EE.UU. por más de 20 años. Es por ello que el gobierno de la nación centroamericana empieza a llevar a cabo una serie de pruebas piloto impulsadas por ONGs y la Cancillería con el objetivo de asegurar un trabajo a los ciudadanos deportados que empiecen a llegar.
Los habitantes reinsertados en la sociedad salvadoreña tendrán que haber vivido como mínimo dos años en EE.UU. y haber desempeñado alguna actividad laboral en dicho país. Sus aptitudes y conocimientos se utilizarán para beneficiar el crecimiento comercial e industrial de El Salvador y quienes deseen gestar una idea de negocio podrán presentar la propuesta que, tras ser evaluada y posteriormente aprobada, sería financiada por el gobierno.
América Latina: Región de remesas
Un reciente informe publicado por el centro de estudios de Diálogo Interamericano demostró que en cinco países latinoamericanos, el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) es representado por remesas provenientes de EE.UU. De acuerdo con cifras destacadas en el reporte, durante 2017 salieron del país norteamericano cerca de 73.000 millones de dólares en envíos de dinero hacia 15 naciones de Latinoamérica, la mayoría de estas con destino a México.
Pese a que México es el principal destino de las remesas, no entra en la lista de los países latinoamericanos cuya economía depende en gran parte de los envíos de dinero desde el exterior. Contrario a Haití, el país más pobre de América Latina y el que a su vez el más dependiente de remesas.
En 2017, Haití recibió 2.772 millones de dólares en remesas, lo correspondiente al 32,6% del PIB. En el listado sigue Honduras con el 19,5% del PIB recibido en remesas y El Salvador, con un equivalente del 18,3%. Según destaca el estudio, en este último país, el monto obtenido por remesas es superior a la aportación económica del sector agrícola (11%) y ligeramente inferior al monto de las exportaciones realizadas en 2016.
Guatemala, Nicaragua y Cuba son los otros países en donde la liquidez económica de gran parte de los ciudadanos depende de las remesas enviadas por familiares en el exterior, principalmente consignadas desde EE.UU. Bajo este panorama, si bien el envío de remesas hacia el gigante norteamericano se ha convertido en un nuevo método de sostenibilidad económica para algunas familias hispanas, no es aún mínimamente comparable con el flujo de dinero que sale de EE.UU.
Latin American Post | Krishna Jaramillo
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