¿Vive Estados Unidos una nueva era de oro?
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Los motores del momento del país no provienen de las medidas de la Casa Blanca
Aparentemente, la economía de Estados Unidos vive un momento sin precedentes. Son dos los factores que han dado la vuelta al mundo respecto al mejoramiento de la economía norteamericana desde la llegada del presidente Donald Trump. Primero, el mercado de capitales llegó a un máximo histórico el 31 de julio de 2017. Segundo, la cifra de desempleo en mayo 2016 fue la más baja de los últimos 16 años. ¿Qué hay detrás de estos datos?
Detrás del rápido crecimiento del mercado de capitales, tenemos un valor del agregado de las 30 empresas más importantes de Estados Unidos que llegó a 21,891.12, el máximo jamás registrado. La creciente del mercado de valores fue liderada por Boeing, Home Depot y mayormente Goldman Sachs.
Goldman Sachs es un banco de inversión del cual proviene el actual director del consejo económico, Gary D. Cohn, el secretario del tesoro, Steven T. Mnuchin y la asesora adjunta de seguridad nacional, Dina Powell. Es de esperarse que, con una gran influencia en el gobierno, la empresa que reúne a tan importantes agentes sea más valorada por el público
Respecto al desempleo, la cifra de mayo de 2017 alcanzó el 4.3%; el gobierno del país americano alude a que esto se debe a la creación mensual de trabajos que oscila entre 175,000 a 200,000 puestos creados mensualmente. Sin embargo, datos estadísticos obtenidos en NYmag revelan una realidad diferente.
Es sabido que, en el año 2006, el 66% de las personas en Estados Unidos tenían un trabajo o se encontraban buscando uno, siendo esta la “Población Económicamente Activa” (PED). Para el 2017, hay un 63% de personas que buscan o poseen un trabajo.
La reducción en la PED implica que el tamaño del mercado laboral en el país se ha reducido, puntualmente, en los segmentos con mayor desempleo; la población entre 55-66+ años cuenta por el 11% del desempleo del país y cada día se reduce la cantidad de miembros de esta generación.
Finalmente, hay que considerar que crecimiento económico implica que hay más dinero en la economía, más no que esta sea de ninguna forma menos desigual. El panorama del estadounidense promedio, de hecho, ha empeorado en los últimos años. Actualmente, el nivel de deuda en hogares llegó a 12.7 trillones de dólares, superando el valor antes de la crisis por 12.68 billones.
Si bien cabe considerar que la economía nacional actual es 15% más grande que aquella época, es válido ver la distribución de la deuda. En 2007, la mayor parte de la deuda se dirigía a tarjetas de crédito y hogares; en 2017, se concentra en educación y transporte. Hoy en día, 7.6 millones de norteamericanos trabajan al menos dos trabajos para poder pagar las cuentas básicas de subsistencia.
Definitivamente, la economía de Estados Unidos pasa por un buen momento en términos generales. Sin embargo, es claro que los motores del momento del país no provienen de las medidas de la Casa Blanca, sino de un cambio generacional y de la continuación de un ciclo de deuda que beneficia a las élites que, de no distribuir al menos parte de sus recursos eficientemente, se podrían ver amenazadas en algún momento.
Latin American Post | David Eduardo Rodríguez Acevedo
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