Multimillonario heredero de Samsung es condenado por corrupción
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Multimillonario heredero de Samsung es condenado por corrupción. ¿Deberíamos sorprendernos?
Lee Jae-yong, heredero y hasta hoy director general de Samsung fue condenado a 5 años de prisión por sobornar a su gobierno nacional buscado permisos para adquirir proveedores que beneficiarían a su empresa familiar; Park Geun-hye , es mandataria de Corea del Sur, fue destituida de su cargo en el marco del mismo escándalo.
Samsung es una empresa constituida en Corea del Sur cuya economía de 1.4 trillones de dólares le posiciona como el cuarto país más fuerte de Asia, solo superado por China, India, y Japón. La nación se caracteriza, actualmente, al tener una ventaja competitiva en la calidad de su educación y en su cabida de gestación tecnológica.
Corea del Sur no siempre fue influyente en su región. Con datos del Banco Mundial, es posible observar que la economía del país asiático fue, al menos hasta los ochentas, comparable a una latinoamericana. Por ejemplo, en 1982 la economía de Corea del Sur era el 92% de la argentina. Hoy en día, el mercado coreano es 256% más grande que el del mismo país en Sur América.
La nación continental posee un sistema económico capitalista que, al igual el latinoamericano, se rige fuertemente en una estructura social definida que ha sido llevada por siglos. Chaebol es la palabra coreana que describe lo comparable a carteles financieros, grupos y conglomerados familiares que arrastran la mayor parte de la economía y, por ende, del crecimiento del país.
La razón del explosivo crecimiento de Corea del Sur respecto al argentino o al latinoamericano, en general, se da por una razón sencilla: el país del pacífico no posee mayores recursos naturales. Por este motivo, las élites del país se ven forzadas a invertir en la educación de las masas y así sostener sus imperios económicos. El 97.7% del PIB de Corea del Sur proviene de los sectores industriales y de servicios.
La venta y producción de recursos naturales se da a una razón lineal, mientras que la producción tecnológica tiene un comportamiento exponencial. En cualquier caso, la explotación de diferentes medios de producción no implica de ninguna forma que se cure la corrupción, un problema generalmente exacerbado en países con élites tradicionales dada su inherente falta de control interno.
Corea del Sur es un país que desarrolló su estructura económica de manera implacable; no en vano la historia reciente del país se denomina el milagro del río Han. Sin embargo, los cambios sociales tardan más tiempo en verse reflejados. No es de esperarse que haya corrupción en el país asiático.
Latin American Post | David Eduardo Rodríguez Acevedo
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