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La revolución de la acuicultura continental en Bolivia: cultivo de camarón sin costa

En colaboración con la FAO, el gobierno boliviano está explorando el cultivo de camarón en los salares de las tierras altas y las regiones tropicales. Este proyecto innovador tiene como objetivo diversificar la acuicultura y mejorar la seguridad alimentaria en una nación sin litoral.

En una medida audaz e innovadora, Bolivia está explorando la posibilidad de cultivar camarón en sus salares de tierras altas y regiones tropicales, un ambicioso proyecto encabezado por el gobierno boliviano en asociación con la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO). A pesar de no tener salida al mar, Bolivia posee características geográficas y condiciones ambientales únicas que podrían hacer del cultivo de camarón una adición viable y valiosa a su sector acuícola.

Rodrigo Roubach, representante de la FAO en Bolivia, destacó el gran potencial del país en acuicultura debido a sus tres principales cuencas fluviales. El proyecto se centra en aprovechar tecnologías que actualmente no están disponibles en Bolivia, con el objetivo de utilizar aguas salinas en salares que de otro modo no serían aptas para la agricultura tradicional. “Vemos un potencial gigante en las cuencas hidrográficas de Bolivia”, afirmó Roubach, subrayando las oportunidades sin explotar que estas áreas presentan para la agricultura acuática.

La idea es adaptar las tecnologías acuícolas existentes a las condiciones únicas de Bolivia, particularmente en regiones como el Altiplano y las áreas tropicales de Cochabamba. Estas regiones ofrecen la combinación adecuada de agua salina y presencia de artemia, un microorganismo esencial para el cultivo de camarón, lo que las convierte en los principales candidatos para este proyecto experimental. El objetivo es aumentar la producción de alimentos y brindar oportunidades de medios de vida sostenibles para las comunidades locales.

Aprovechamiento de recursos para el desarrollo sostenible

El enfoque del proyecto está profundamente arraigado en el aprovechamiento de los recursos locales y las condiciones ambientales para fomentar el desarrollo sostenible. En las salinas de las tierras altas, la salmuera y la artemia naturales proporcionan un entorno preparado para el cultivo de camarón. La artemia, a menudo denominada artemia, sirve como fuente de alimento fundamental para el camarón de cultivo, lo que la convierte en un componente clave para el éxito de este proyecto.

Marcelo Áñez, experto nacional en acuicultura y normativa de la FAO en Bolivia, destacó la importancia de este recurso local. “Iniciamos este estudio luego de descubrir la presencia de artemia en los salares, fundamental para el cultivo de camarón”, explicó Áñez. Este descubrimiento llevó al inicio de estudios de viabilidad y a la participación de expertos internacionales para evaluar el potencial del cultivo de camarón en estos entornos únicos.

El proyecto también busca empoderar a los pequeños agricultores introduciéndoles prácticas acuícolas que puedan adoptarse y mantenerse rápidamente. La atención se centra en la creación de sistemas de producción de baja escala que puedan ser gestionados por las familias locales, mejorando así su calidad de vida, garantizando la seguridad alimentaria y permitiéndoles vender cualquier excedente de producción. Este enfoque de base se alinea con la misión de la FAO de combatir el hambre y la pobreza y al mismo tiempo promover la igualdad y el desarrollo sostenible.

La capacitación y el desarrollo de capacidades son componentes críticos de esta iniciativa. Se han llevado a cabo talleres y sesiones de capacitación técnica en regiones como Chimoré en el trópico central de Cochabamba para educar a los agricultores locales y al personal técnico de las agencias gubernamentales. Estas sesiones están diseñadas para dotar a los participantes del conocimiento y las habilidades necesarias para gestionar eficazmente las operaciones de cultivo de camarón, desde mantener condiciones óptimas del agua hasta comprender las necesidades nutricionales de los camarones.

Desafíos ambientales y económicos

El proyecto de cultivo de camarón de Bolivia no se trata sólo de aprovechar nuevas fuentes de alimentos; también es una respuesta a los apremiantes desafíos ambientales y económicos. En regiones como Oruro, la reducción de importantes masas de agua como los lagos Poopó y Uru Uru ha devastado a las comunidades locales que dependen de estos lagos para la pesca y la agricultura. La disminución de los niveles del agua y la contaminación han dejado a muchos residentes sin sus principales medios de subsistencia.

Esta situación subraya la necesidad urgente de medios de vida alternativos y métodos sostenibles de producción de alimentos. El cultivo de camarón ofrece una solución prometedora con un uso de agua relativamente bajo en comparación con la agricultura tradicional. El proyecto tiene como objetivo crear nuevas oportunidades económicas para las comunidades afectadas por la degradación ambiental mediante la utilización de las aguas salinas de los salares de las tierras altas. Estos esfuerzos son parte de una estrategia más amplia para diversificar el sector acuícola de Bolivia, haciéndolo más resiliente al cambio climático y otras presiones ambientales.

El proyecto también tiene el potencial de contribuir a la seguridad alimentaria de Bolivia mediante la introducción de una nueva fuente de proteínas de alta calidad. El camarón no sólo es un producto alimenticio valioso, sino que también puede producirse con insumos relativamente bajos, lo que lo convierte en un candidato ideal para la agricultura a pequeña escala en entornos con recursos limitados. Además, el proyecto apunta a mantener los precios del camarón asequibles, asegurando que los beneficios de esta nueva fuente de alimento sean accesibles para todos los bolivianos.

Roubach enfatizó que el objetivo final del proyecto es producir alimentos con mejor calidad proteica para la población manteniendo precios justos. Este doble enfoque en nutrición y asequibilidad es crucial para garantizar que el proyecto contribuya a la seguridad alimentaria general en Bolivia, particularmente en regiones donde el acceso a fuentes de alimentos diversas y nutritivas es limitado.

De la investigación a la implementación

Actualmente, el proyecto de cultivo de camarón en Bolivia se encuentra en fase de investigación, con estudios enfocados a comprender los niveles de salinidad, las condiciones del agua y la disponibilidad de recursos alimenticios vivos como la artemia. Esta fase también incluye capacitación técnica continua y el desarrollo de proyectos piloto en regiones seleccionadas. El objetivo es obtener resultados tangibles de las operaciones experimentales de cultivo de camarón para 2025.

La FAO y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia están trabajando estrechamente para identificar los lugares más adecuados para estos proyectos piloto. Se establecerán unidades demostrativas para probar diferentes técnicas agrícolas y evaluar su viabilidad en el contexto boliviano. Estas unidades servirán como campo de capacitación para los agricultores locales y como modelos para ampliar la producción en el futuro.

Áñez expresó optimismo sobre las perspectivas del proyecto y señaló que el sector acuícola de Bolivia necesita urgentemente una diversificación. “La perspectiva es muy optimista porque el sector acuícola nacional necesita diversificarse, y este proyecto ofrece nuevas técnicas y segmentos de mercado que pueden ayudar a lograrlo”, afirmó. El proyecto no sólo apunta a introducir nuevas prácticas agrícolas sino también a explorar mercados no explotados para el camarón boliviano, tanto a nivel nacional como potencialmente para exportación.

Sin embargo, el camino hacia una implementación exitosa no está exento de desafíos. El proyecto debe superar obstáculos técnicos relacionados con la adaptación de las tecnologías de cultivo de camarón a las condiciones ambientales únicas de Bolivia. Además, garantizar la aceptación y participación de la comunidad será fundamental para el éxito a largo plazo del proyecto. La participación de las poblaciones locales en cada etapa del proyecto, desde la investigación hasta la implementación, será clave para crear prácticas acuícolas sostenibles e inclusivas.

Una visión para el futuro de la acuicultura en Bolivia

Mientras Bolivia mira hacia el futuro, el proyecto de cultivo de camarón representa un paso significativo hacia la diversificación de su sector acuícola y la mejora de la seguridad alimentaria. El enfoque del proyecto en utilizar recursos locales, empoderar a los pequeños agricultores y abordar los desafíos ambientales se alinea con objetivos nacionales y globales más amplios de desarrollo sostenible.

Si tiene éxito, este proyecto podría servir como modelo para otros países sin litoral que enfrentan desafíos similares. Al demostrar que la acuicultura puede prosperar incluso en entornos no tradicionales, Bolivia podría allanar el camino para nuevos enfoques de producción de alimentos que sean a la vez innovadores y sostenibles. Las lecciones aprendidas de este proyecto también podrían informar esfuerzos futuros para desarrollar la acuicultura en otras partes del mundo, particularmente en regiones donde las prácticas agrícolas tradicionales ya no son viables debido a cambios ambientales.

La colaboración entre el gobierno boliviano y la FAO resalta la importancia de las asociaciones internacionales para abordar desafíos complejos como la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental. Al combinar el conocimiento local con la experiencia global, este proyecto tiene el potencial de tener un impacto duradero en las vidas de los bolivianos y contribuir a los objetivos más amplios del desarrollo sostenible.

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A medida que el proyecto avance desde la investigación hasta la implementación, todos los ojos estarán puestos en Bolivia para ver si esta ambiciosa iniciativa puede transformar el sector acuícola del país y proporcionar una nueva fuente de sustento para su gente. Con la combinación adecuada de tecnología, capacitación y participación comunitaria, el proyecto de cultivo de camarón de Bolivia podría convertirse en un modelo de innovación en el mundo de la acuicultura.

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