Servicios de Taxi liderados por Mujeres en Bolivia Transforman la Seguridad
En Bolivia, la violencia sexual es muy común. Los servicios de taxi liderados por mujeres ofrecen seguridad e independencia. Estas nuevas iniciativas protegen a pasajeros vulnerables. Las conductoras encuentran empoderamiento a través de estos servicios, rompiendo ciclos de abuso e inequidad.
El Impulso de una Madre por el Cambio
La idea de los servicios de taxi liderados por mujeres en Bolivia surgió de una experiencia desgarradora. Jacqueline Díaz, una madre en La Paz, recibió una llamada desesperada de una amiga una mañana: su hija Michelle, de 12 años, había sido secuestrada camino a la escuela.
La pesadilla de Michelle comenzó cuando una camioneta se detuvo junto a ella, dos hombres la arrastraron al interior y el vehículo aceleró. Solo logró escapar al saltar cuando la camioneta disminuyó la velocidad en un camino sin pavimentar. Asustada y aterrorizada, Michelle corrió hasta la tienda de la amiga de su madre para ponerse a salvo.
El incidente dejó una marca imborrable en Díaz. “Realmente me impactó mucho”, dijo a The Guardian. “Mi hija fue secuestrada a dos cuadras de la escuela. Algo hizo clic”.
Decidida a garantizar la seguridad de su hija, Díaz aprendió a conducir, compró un auto y se unió a Mujeres al Volante, un servicio de taxis exclusivamente para mujeres, niños y adultos mayores. Durante tres años, Díaz trabajó como conductora, encarnando la misión del servicio de proporcionar transporte seguro y confiable.
Mujeres al Volante: Un Viaje Seguro
Mujeres al Volante fue fundado en 2017 por Gabriela Strauss, quien se inspiró en sus propias dificultades como madre soltera en busca de un trabajo flexible. Ante los numerosos reportes de mujeres atacadas o secuestradas por taxistas, Strauss decidió crear una alternativa más segura. “No quería que ninguna familia pasara por eso”, explicó a The Guardian. “Usé mi auto para empezar un servicio seguro para los seres queridos de las personas”.
El modelo de negocio de Strauss despegó tras una simple publicación en Facebook. En pocos días, su mensaje se compartió ampliamente, y el servicio ganó una clientela leal. Hoy en día, Mujeres al Volante cuenta con 38 mujeres y siete hombres como conductores. Los conductores masculinos se limitan a tareas que requieren cargar objetos pesados o ayudar a clientes en silla de ruedas.
Los clientes solicitan los viajes a través de WhatsApp, recibiendo una foto de la conductora o conductor, el auto y la placa para mayor seguridad. Aunque las tarifas son ligeramente más altas que las de los taxis estándar, los clientes pagan por la tranquilidad de saber que su seguridad está garantizada, incluso esperando con los niños hasta que llegue un tutor.
Para Strauss, el servicio es más que transporte. “Un conductor normal no haría esto”, dijo, recordando ocasiones como recoger a un bebé de seis meses de la guardería para ayudar a una madre trabajadora. “Nos convertimos en una solución para las familias”.
Empoderando a las Mujeres Conductoras
Mujeres al Volante no solo protege a los pasajeros; también empodera a las mujeres conductoras. Muchas de ellas son madres solteras o mujeres mayores de 45 años, un grupo demográfico que a menudo queda excluido del mercado laboral tradicional en Bolivia.
La empresa ha inspirado iniciativas similares en todo el país. En El Alto, una ciudad vecina de La Paz, Línea Lila opera bajo el paraguas de la Central de Mujeres Productivas y Emprendedoras de El Alto (Cemupe). Fundada tras un caso de feminicidio de alto perfil, Cemupe ofrece a las mujeres más que empleos: proporciona herramientas para la independencia, incluyendo asesoramiento legal, clases de manejo y formación en resiliencia psicológica.
“A veces, las mujeres no salen de relaciones abusivas porque no saben cómo sobrevivir financieramente”, explicó Julia Quispe, secretaria ejecutiva de Línea Lila. “El transporte se ha convertido en una salida para muchas mujeres”.
Actualmente, 80 mujeres trabajan como conductoras de Línea Lila, con 20 de ellas activas diariamente. La mayoría son sobrevivientes de violencia doméstica, utilizando este servicio como una vía para reconstruir sus vidas.
Una Lucha Más Amplia Contra la Violencia
Bolivia tiene una de las tasas más altas de violencia sexual en América Latina. Un estudio de 2016 reveló que el 75 % de las mujeres urbanas y el 71 % de las rurales habían experimentado violencia por parte de una pareja. En 2021, Bolivia reportó una de las tasas de feminicidio más altas de Sudamérica.
Servicios como Mujeres al Volante y Línea Lila enfrentan esta cruda realidad de manera directa, ofreciendo no solo transporte, sino también seguridad, autonomía y comunidad. Ambas empresas planean expandir sus servicios para incluir rutas de minibuses accesibles, haciendo que los viajes seguros estén al alcance de más personas. “La seguridad y la violación de los derechos de las mujeres son problemas globales”, comentó Strauss a The Guardian. “Mujeres, niños y ancianos son los más vulnerables en todas partes. Servicios como el nuestro deberían existir en todos los países”.
El éxito de estos servicios liderados por mujeres ha trascendido las fronteras de Bolivia, iniciando debates sobre el papel del transporte en la lucha contra la violencia de género. Las conductoras ven su trabajo como algo más que un empleo; lo consideran una misión para fomentar comunidades más seguras, algo profundamente importante para ellas.
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Mujeres al Volante y sus iniciativas similares demuestran que pequeños proyectos impulsados localmente pueden tener un gran impacto. Al priorizar la seguridad y el empoderamiento de las mujeres, están transformando vidas, un viaje a la vez.