TECNOLOGÍA

Se necesita tecnología y salud pública para combatir la creciente amenaza del dengue en Brasil y México

Con más de 8,1 millones de casos, el dengue asola las Américas, y los expertos predicen que abarcará casi todo Brasil y México para 2039, planteando desafíos de salud pública sin precedentes.

El dengue, una infección viral transmitida por mosquitos, está causando estragos en todo el continente americano. Una predicción alarmante es que afectará a casi todo Brasil y México en 2039. Según un estudio exhaustivo publicado en Nature Communications, esta rápida propagación plantea importantes desafíos para los dos países más grandes de América Latina.

El estudio, una colaboración entre científicos de Canadá, Reino Unido, Australia, Estados Unidos, Brasil y México, ofrece un pronóstico sombrío. Para 2039, el 97% de los municipios brasileños y el 81% de los mexicanos estarán afectados por el dengue. Esta expansión será particularmente pronunciada en la meseta central de México y las regiones del sur de Brasil.

La investigación destaca un aumento dramático en los casos de dengue en ambos países durante las últimas décadas. En México, el número de municipios afectados por el dengue aumentó de 16 en 1996 a 1.350 a finales de 2019. De manera similar, en Brasil, los casos de dengue se expandieron de 549 pueblos en 2001 a 4.299 municipios en 2019.

Factores contribuyentes: cambio climático y movilidad

El estudio atribuye la propagación acelerada del dengue al cambio climático y al aumento de la movilidad humana. El aumento de las temperaturas, los mayores niveles de humedad y el aumento de las precipitaciones crean condiciones ideales para la reproducción del mosquito Aedes aegypti, el principal vector del dengue. La crisis climática global exacerba estas condiciones ambientales, haciendo que áreas que antes no estaban afectadas sean vulnerables a los brotes.

Vinyas Harish, investigador de la Universidad de Toronto y uno de los autores del estudio, destacó el novedoso enfoque de integrar factores ambientales con datos de movilidad de la población mediante el aprendizaje automático. “Para comprender cómo el dengue afecta a las poblaciones, debemos combinar datos ambientales con patrones de movilidad a lo largo del tiempo. El aprendizaje automático nos permitió integrar estas perspectivas de manera efectiva”, explicó Harish.

Esta metodología innovadora proporcionó una comprensión más completa de cómo se propaga el dengue, destacando el papel fundamental del movimiento humano en la transmisión del virus entre regiones.

El dengue tiene una larga historia en América Latina, que se remonta al siglo XVIII. Sin embargo, se convirtió en un principal problema de salud pública en la segunda mitad del siglo XX. El primer brote significativo de dengue en las Américas ocurrió en 1981 en Cuba, seguido de epidemias posteriores en varios países.

La rápida urbanización y el crecimiento demográfico en las ciudades latinoamericanas han contribuido aún más a la proliferación del dengue. La mala planificación urbana, la gestión inadecuada de residuos y la falta de acceso a agua potable han creado entornos donde los mosquitos prosperan, facilitando la propagación del virus.

Situación actual: una crisis en escalada

La situación actual del dengue en las Américas es terrible. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que en el primer semestre de este año se registraron tres veces más casos documentados que en el mismo período de 2023, con las muertes llegando a 3.600. Este aumento subraya la urgencia de abordar la epidemia de dengue.

En México, se prevé que la expansión del dengue alcance las tierras altas del interior, incluida Tijuana, para 2027-2030 y la Ciudad de México para 2038-2039. En Brasil, las regiones del sur aumentarán significativamente los casos de dengue en los próximos años.

Las implicaciones de esta creciente epidemia de dengue son profundas. La fiebre del dengue puede variar desde síntomas leves parecidos a los de la gripe hasta afecciones graves que ponen en peligro la vida, como la fiebre hemorrágica y el síndrome de shock del dengue. Por ejemplo, en una pequeña ciudad de Brasil, un brote de dengue provocó la hospitalización de más de 100 personas y se notificaron varias muertes. Esto subraya la gravedad de la enfermedad y la necesidad de actuar de inmediato. Sin un tratamiento específico disponible, la estrategia principal para controlar el dengue es la prevención mediante el control de mosquitos y la concientización pública.

La OPS enfatiza que las medidas preventivas son cruciales, ya que no existe un medicamento específico para tratar el dengue. Las iniciativas de salud pública deben centrarse en eliminar los criaderos de mosquitos, promover el uso de repelentes de mosquitos y fomentar el uso de ropa y mosquiteros protectores.

El papel de la tecnología y la investigación

El uso del aprendizaje automático en el estudio para predecir la propagación del dengue no es solo un gran avance, sino que cambia las reglas del juego en la investigación de salud pública. Al analizar datos de más de 8.000 municipios de Brasil y México durante los últimos 25 años, los investigadores han identificado patrones y tendencias que podrían informar futuras estrategias de prevención y control. Este es un rayo de esperanza en nuestra batalla contra el dengue.

Harish expresó optimismo sobre el impacto potencial de los hallazgos del estudio. “Nuestras conclusiones pueden ayudar a las autoridades a adoptar medidas preventivas, desde intervenciones simples como aumentar la conciencia pública hasta enfoques más complejos como la investigación de vacunas o técnicas de reemplazo de mosquitos”, afirmó.

La prevención eficaz del dengue requiere un enfoque multifacético. Las campañas de salud pública deben educar a las comunidades sobre los riesgos del dengue y cómo protegerse de las picaduras de mosquitos. Medidas simples, como usar repelente de insectos, instalar mosquiteros en las ventanas y eliminar el agua estancada donde se reproducen los mosquitos, pueden reducir significativamente el riesgo de infección.

Además, los gobiernos y las organizaciones de salud deben invertir en investigación y desarrollo de nuevas herramientas para combatir el dengue. Esto incluye explorar tecnologías innovadoras como mosquitos genéticamente modificados que son menos capaces de transmitir el virus y avanzar en el desarrollo de vacunas.

La expansión proyectada del dengue en Brasil y México tiene implicaciones más amplias para América Latina. Las condiciones ambientales, sociales y económicas únicas de la región la hacen particularmente vulnerable a enfermedades transmitidas por vectores como el dengue. El impacto económico del dengue es significativo: el costo del tratamiento y la pérdida de productividad se estiman en miles de millones de dólares cada año. Abordar la epidemia de dengue en estos dos países no sólo podría salvar vidas sino también proteger la economía de la región. Esto podría proporcionar un modelo para otras naciones latinoamericanas que enfrentan desafíos similares.

América Latina ha sido históricamente un foco de enfermedades infecciosas emergentes debido a su biodiversidad y diversidad ecológica. La respuesta de la región al dengue podría servir como modelo para el manejo de otras enfermedades transmitidas por vectores, como el Zika y el chikungunya, también transmitidos por el mosquito Aedes aegypti.

Cooperación y apoyo internacional

La lucha contra la epidemia de dengue en América Latina requiere cooperación y apoyo internacional. Organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OPS son fundamentales para coordinar esfuerzos, brindar asistencia técnica y movilizar recursos para apoyar a los países afectados. La naturaleza global de la amenaza del dengue requiere un frente unido, en el que los países compartan conocimientos, recursos y mejores prácticas para combatir eficazmente la enfermedad. Sólo a través de la cooperación internacional podemos esperar controlar y eventualmente eliminar el dengue.

Las iniciativas de investigación colaborativa, como la que produjo el reciente estudio sobre el dengue, no sólo son importantes, sino que son nuestra mejor esperanza. Al compartir conocimientos, datos y mejores prácticas, podemos ayudar a los países a construir sistemas de salud más resilientes y mejorar su capacidad para responder a las enfermedades transmitidas por vectores. Esta cooperación internacional es nuestra herramienta más poderosa en la lucha contra el dengue.

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El alarmante aumento del dengue en las Américas, particularmente en Brasil y México, pone de relieve la necesidad urgente de realizar esfuerzos integrales y coordinados de salud pública. La expansión proyectada de la enfermedad plantea desafíos importantes, pero con las estrategias adecuadas y el apoyo internacional, es posible mitigar su impacto y proteger a las poblaciones vulnerables.

La integración de tecnologías avanzadas, como el aprendizaje automático, con enfoques tradicionales de salud pública ofrece nuevas esperanzas para comprender y controlar el dengue. Al aprovechar estas herramientas y fomentar la colaboración internacional, América Latina puede combatir las enfermedades transmitidas por vectores y garantizar un futuro más saludable para su gente.

Mientras la región se prepara para el aumento previsto de los casos de dengue, es crucial permanecer alerta, proactivo y comprometido con la implementación de medidas efectivas de prevención y control. La lucha contra el dengue es una responsabilidad colectiva y, con esfuerzos concertados, podemos superar este desafío de salud pública.

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