‘Droga Zombie’: sus consecuencias son fatales e irreversibles
¿Qué es esta droga y cómo afecta el cuerpo de quien la consume?
Jóvenes fuera de sí arrancándose el cabello y las uñas, golpeándose contra las paredes, convulsionando, gritando y sin ningún control sobre sus actos. No se trata de una posesión demoniaca, o de una escena teatral personificando a muertos vivientes, son las reacciones producidas por el consumo y la mezcla de drogas sintéticas alteradas, sustancias que transforman a sus víctimas en zombies y causan daños irreversibles o mortales.
Estas drogas de diseño son adulteraciones químicas de las moléculas originales. Entre ellas se encuentran el 2CB, el krokodile y las ahora conocidas ‘sales de baño’. El consumo de estos alucinógenos se empezó a popularizar a principios de 2012 en algunas ciudades de EE.UU., cuando impactantes videos que exhibían personas completamente descompuestas, carcomidas y arrastrándose por las calles como si fuesen zombies, empezaron a viralizarse. Pero fue hasta hace poco, cuando Colombia se estremeció al ver las imágenes de un suceso similar. Allí, el devastador comportamiento de siete jóvenes que exageraron el consumo y mezcla de drogas sintéticas durante una fiesta electrónica en Pereira, Risaralda, encendió las alarmas del país latinoamericano.
¿Qué son estas drogas y cuáles son sus efectos?
De acuerdo con explicaciones del doctor Jorge Marín, toxicólogo clínico y presidente de la Asociación Colombiana de Toxicología, estas drogas son alteraciones químicas que contienen anfetaminas, contaminantes y anestésicos que tras ser consumidos, producen alucinaciones, cambios en la conducción del sistema nervioso, alteraciones en el comportamiento, psicosis, agresividad y pérdida de la realidad. Todas estas reacciones conjuntas hacen que la persona pierda totalmente su voluntad y consciencia, lo cual genera una conducta tipo zombie en la víctima, que por lo general, lo lleva a actuar agresivamente contra sí mismo y contra otros.
El motivo por el cual se le denomina ‘droga zombie’ no es en vano, puesto que entre los efectos inmediatos que produce el consumo de la sustancia se encuentran:
- Alucinaciones visuales (con y sin los ojos cerrados)
- Alucinaciones auditivas
- Sensación de ansiedad, inquietud y depresión
- Agresividad (con sí mismos y con otras personas)
- Incremento de la presión sanguínea
- Alteración en el sistema nervioso
- Vómito y diarrea
- Convulsión
- Pérdida de la realidad
Además de esta reacción inmediata, las consecuencias del consumo de estas sustancias a largo plazo, pueden ser irreversibles o incluso llevar a la muerte:
- Fallas cardiacas crónicas
- Pérdida de la capacidad de aprendizaje
- Fallas renales crónicas
- Infarto
- Rupturas de fibras musculares
- Alteraciones del estado mental permanentes
- Pérdida de la realidad permanente
Según explicaciones de expertos, estas drogas sintéticas no suelen ser tan adictivas como la heroína que genera efecto de adicción inmediato, o los opioides, que con tan solo tres consumos pueden dejar a una persona enganchada. Sin embargo, los efectos de comportamiento inmediatos que generan y sus daños irreversibles aumentan las posibilidades de muerte del consumidor.
Citando el informe de la OEA sobre el consumo de droga en los jóvenes en América de 2015, se puede destacar que el consumo de sustancias psicoactivas en la población juvenil de América Latina es un flagelo, que debido a la falta de conocimiento sobre sus riesgos permanentes y a largo plazo, va en aumento. Además, la precocidad en consumo de éxtasis y sustancias inhalables empieza en menores de 13 a 17 años.
Ante estas premisas y contando como precedente el incidente de los siete jóvenes IGNORE INTOxicados tras consumir drogas sintéticas en Pereira, las autoridades de Colombia y los centros médicos han empezado a capacitarse para brindar soluciones preventivas y atender de manera efectiva a los consumidores que ingresan a las clínicas bajo estos estados, ya que en su mayoría estas personas deben ser sedadas, tratadas con antipsicóticos, rehidratas y desIGNORE INTOxicadas.
Latin American Post | Krishna Jaramillo
Copy edited by Laura Rocha Rueda