Mutación de variante Ómicron: ¿Por qué los virus mutan?
El mundo está con los ojos puesto en la nueva mutación de la variante ómicron. En este artículo te explicamos por qué los virus mutan y causan tanta preocupación y alerta en el caso del Coronavirus.
El mundo se encuentra nuevamente con mucha tensión y en estado de alerta por la rápida diseminación de la variante Omicron y por el rápido aumento de los casos de la COVID-19 en varias regiones. Foto: Pexels
LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos
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El mundo se encuentra nuevamente con mucha tensión y en estado de alerta por la rápida diseminación de la variante Omicron y por el rápido aumento de los casos de la COVID-19 en varias regiones. La preocupación está en la amenaza que suponen las mutaciones para el control de la pandemia, que ponen más desafíos a la vacunación, contención del virus y, por ende, superación de la crisis económica y social.
Han pasado pocos días desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la existencia de la nueva variante B.1.1.529 u ómicron como preocupante y ya se está hablando de un nuevo linaje de esta que se ha denominado BA.2. Hasta el momento, la comunidad científica ha encontrado que podría no ser tan fácil de identificar mediante las pruebas PCR.
¿Por qué los virus mutan?
Las mutaciones son cambios que se producen en los organismos que tienen material genético de tipo ADN o ARN. En realidad, las mutaciones son normales y suceden todo el tiempo en los organismos. En el caso de los virus, la mutación implica que hay cambios en el código genético de este. Esto sucede mientras se replica dentro del organismo de un paciente o cuando se transmite a otro. De hecho, entre más se replique un virus más posibilidades hay de que empiecen a aparecer cambios en el código del material genético. En cuanto al término variante, hace referencia a la agrupación de mutaciones similares, que a su vez se clasifican por linajes.
De acuerdo con información de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale: “Los virus suelen mutar más rápidamente que las células humanas. Esto se debe a que las células humanas tienen mecanismos para corregir el genoma y también mecanismos para reparar una secuencia si se detecta un error. Las mutaciones pueden variar en gravedad, desde tener ninguna consecuencia hasta alterar de manera importante una proteína y su función”. De esta forma, cuando cambia la función de una proteína, se cambia el virus.
El caso de la COVID-19
En este punto hay dos escenarios: que se vuelva una ventaja (para el virus) y se propague con más facilidad, o que se vuelva una desventaja (para el organismo) que haga que desaparezca con rapidez. El caso de la ventaja fue lo que sucedió con las mutaciones que se convirtieron en las variantes alfa, beta, delta y gamma. Pese a que los ojos del mundo están encima del SARS-CoV-2 en realidad no se trata del virus que más rápido muta o más complicaciones representa. Sin embargo, como se trata de una pandemia ha tenido más visibilidad mediática.
En contraste, podemos hablar del virus del VIH, que debido a las mutaciones y recombinaciones en el ARN, ha sido más difícil para la comunidad científica encontrar vacunas y fármacos para tratarlo. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos señalan que “La mayoría de las cepas de VIH que son altamente resistentes a la zidovudina (AZT) u otros medicamentos antivirales tienen múltiples mutaciones, que actúan sinérgicamente para conferir el fenotipo resistente a ese medicamento”.
Como la mutación en el virus del SARS-CoV-2 puede tener impacto en la detección del virus mediante las pruebas desarrolladas, tal como parece ser el caso del linaje BA.2 en febrero la FDA creó una Política para Evaluar el Impacto de las Mutaciones Virales en las Pruebas de COVID-19 para proporcionar recomendaciones y lineamientos sobre la evaluación del impacto de las mutaciones en las pruebas de COVID-19.
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Que el virus de coronavirus mute constantemente ha sido una constante amenaza para la comunidad científica, pues implica que se dobleguen los esfuerzos para comprender el funcionamiento de las nuevas mutaciones en tiempo récord y que implicaciones tendrá en su propagación, agresividad, detección y comportamiento frente a las vacunas. Además, está la presión sobre tener resultados, pues el conocimiento de los virus y sus mutaciones es fundamental para establecer las políticas de salud pública.
Por otro lado, esta pandemia y las mutaciones han demostrado la importancia de que la humanidad tenga mayores procesos de cooperación y se disminuyan las desigualdades tan grandes entre países. En el caso de las mutaciones, si se quiere mitigar su impacto, es necesario que la mayoría de la población esté vacunada. De esta forma, el virus no se propagará tan rápidamente y habrán menos posibilidades de que se desarrollen mutaciones, que de todas formas es natural que continúen apareciendo. Esto implica que los países más pobres, reciban asistencia en la vacunación de su población y se aborde la pandemia como una problemática común a la humanidad, más allá de las fronteras. Además, hay una gran responsabilidad para los individuos que no quieren vacunarse o que se han relajado en las medidas de autoprotección, que hacen que se siga propagando el virus.
En la era de la recuperación después de #COVID19, el papel de las autoridades nacionales de reglamentación (ANR) será crucial para apoyar el acceso a las vacunas y otros productos médicos vitales en América Latina y el Caribe https://t.co/vvNi620Bnk
— OPS/OMS (@opsoms) December 14, 2021
El panorama no es tan alentador aún, de acuerdo con el Índice de Seguridad Sanitaria Global (GHSI), los países aún no están preparados para afrontar otra eventual pandemia. En este punto de crisis mundial, es fundamental tener un control sobre la pandemia, que permita la superación de la crisis económica y social. Sin embargo, también es clave que los gobernantes miren de cara al futuro en el fortalecimiento del sistema de salud y en las capacidades que el coronavirus ha demostrado que son una necesidad urgente.