¿Para qué sirve el sueño?
El sueño es una función biológica fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo y no tomarlo en serio puede acarrear graves afectaciones a la salud mental, física y emocional. Es tan importante el sueño que se constituye en la base fundamental de algunas funciones fisiológicas y psicológicas.
Al dormir, reposan nuestros músculos, nuestros órganos, pero tal vez el más importante reposo requerido es el de nuestro cerebro. La reparación de los tejidos, la consolidación de la memoria, el crecimiento y el aprendizaje son procesos que se generan como consecuencia de un buen descanso cerebral.
Las consecuencias de no dormir las siete horas, como mínimo que han indicado diferentes estudios, son diversas, desde la somnolencia diurna, las migrañas, el dolor muscular, la visión borrosa, hasta algunas de mucho mayor gravedad, como problemas cardíacos, alucinaciones, temblores musculares e incluso diabetes y aumento del nivel de colesterol al tiempo que disminuyen los leucocitos y se debilita el sistema inmunológico.
Una investigación de la Universidad de Los Ángeles en California demostró que no dormir lo suficiente genera en el cerebro los mismos síntomas por el exceso de alcohol. “Al ralentizarse ciertas funciones del cerebro, el tiempo de reacción, como el de asociación disminuye, los reflejos se ven afectados y la coherencia disminuye”, menciona el estudio.
Por su parte, la revista científica Neurology, realizó un estudio en el que afirmó que una de cada siete personas sufren de un trastorno conocido como la “ebriedad del sueño”, que consiste en un despertar en medio del sueño REM (Movimiento Ocular Rápido) o sueño profundo. Este trastorno del sueño también está asociado con la mala calidad del descanso de los pacientes objeto del estudio.
Christian Benedict, del grupo de investigadores de la Universidad de Uppsala, Suecia asegura que la cantidad de moléculas Enolasa Neuro-Específica (NSE) se incrementa en la sangre como producto de prolongar el estado de vigilia, demostrando que la falta de sueño puede provocar procesos neurodegenerativos.
El estudio se practicó en 15 hombres de peso promedio sobre los cuales se realizaron análisis de sangre, encontrando que a la mañana siguiente durante la noche que no se concilió el sueño, los niveles de moléculas Enolasa Neuro-Específica (NSE) y la proteína fijadora de calcio (S-100B) eran elevados en comparación con los análisis practicados a la mañana siguiente de una noche en la que los pacientes durmieron ocho horas continuas.
Sobre cuánto tiempo puede un humano resistir sin dormir, el profesor Christian Gillin de la Universidad de California en Estados Unidos, a través de sus investigaciones sobre los trastornos del sueño, la cronobiología y el humor ha logrado ponderar que lo máximo que un humano puede permanecer con vida sin dormir son 11 días, sin establecer con seguridad el límite, pues el record mundial lo estableció un estudiante de 17 años de edad, Randy Gardner, quien permaneció esta cantidad de días en vigilia para una feria de la ciencia en su escuela secundaria.
En otros organismos, se ha demostrado a través de estudios en laboratorio y en ambientes controlados que las ratas no superan las dos semanas de vida sin dormir dejando claro que el sueño es necesario para la restauración de ciertas funciones que van desgastándose en la medida en que nos mantengamos por largos periodos en vigilia.
El sueño es el momento en el que las funciones motoras y los sentidos se suspenden se entra a un estado de inconciencia y los músculos permanecen en reposo, ese descanso que se le permite a las complejas funciones del cuerpo permite su correcto funcionamiento y evita el desgaste y la sobrecarga que tendría graves afectaciones a la salud y en algunos casos a la integridad de otras personas, si nos arriesgamos a conducir o a tomar algún tipo de decisiones trascendentales.
Latin American Post | Alberto Castaño Camacho
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