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Cómo Dos Escoceses Endeudados se Enredaron con un Cartel Colombiano

La condena de dos jóvenes escoceses involucrados con un cartel colombiano y un cargamento de cocaína valorado en 42 millones de libras ha puesto de relieve la costa de Escocia como una puerta de entrada para el tráfico internacional de drogas. The Sunday Times revela cómo se desarrolló este crimen.


El Lado Criminal de Argyll se Encuentra con los Carteles Internacionales

La accidentada costa de Escocia ha sido durante mucho tiempo tanto un activo como un problema, con sus calas y puertos sirviendo como rutas de contrabando. La semana pasada, un juez en Hull condenó a dos jóvenes de Argyll—Mark Moran, de 22 años, y Daniel Livingstone, de 25—por su participación en el transporte de más de media tonelada de cocaína. Su conexión con carteles sudamericanos ha dejado a muchos perplejos.

El juez Mark Bury confesó estar “desconcertado” mientras sentenciaba a Moran a 15 años y a Livingstone a siete. “Es difícil entender cómo se involucraron en esto”, señaló. Según The Sunday Times, ambos fueron atrapados en una operación encubierta de la Agencia Nacional contra el Crimen del Reino Unido (NCA) en un hotel en Yorkshire. Los oficiales descubrieron 524 kilogramos de cocaína en una camioneta conducida por Livingstone, uno de los mayores decomisos en la historia británica.

Sin embargo, este impactante hallazgo no es un caso aislado. La costa oeste de Escocia tiene un historial de contrabando, desde sus orígenes en la industria del whisky hasta el tráfico moderno de narcóticos y personas. Reconociendo las habilidades de los marineros de la región y las costas difíciles de vigilar, los grupos de crimen organizado, como los carteles colombianos, ven estas áreas como tesoros valiosos.


Cómo Escocia se Convirtió en un Centro de Contrabando

La historia geográfica y cultural de Escocia la ha transformado en un punto clave para actividades ilícitas. La costa larga y escarpada de Argyll ofrece numerosos escondites para los traficantes, mientras que su industria pesquera proporciona personas capacitadas para operar embarcaciones necesarias para operaciones clandestinas.

Según el inspector jefe Lee Page de la Policía de Escocia, quien supervisa la región costera de Argyll desde Oban, el crimen marítimo está arraigado en la zona. “La gente piensa que esto solo ocurre en series como Ozark o Breaking Bad“, dijo a The Sunday Times, “pero es real”.

Los arrestos recientes subrayan el problema. En 2022, comandos marinos franceses interceptaron un yate registrado en España que transportaba cocaína valorada en 140 millones de libras en el Atlántico. Su capitán, Conor Cowan, tenía vínculos con la ciudad escocesa de Oban. Este año, la Policía de Escocia arrestó a patrones en Tarbert y Mallaig durante una investigación de tráfico de personas. “No se trata solo de drogas”, señaló Page. “Estamos recibiendo información sobre amenazas como el contrabando de personas y actuando en consecuencia”.

Page enfatizó los desafíos de vigilar una vasta costa con recursos limitados. “Tenemos un número finito de oficiales para cubrir un área enorme”, explicó. La forma del terreno y la extensa línea costera dificultan el movimiento de recursos. Para abordar esto, la Policía de Escocia trabaja con Marine Scotland, la Guardia Costera del Reino Unido y funcionarios de inmigración.


Un Vistazo a la Operación de Contrabando de Cocaína

El caso de Moran y Livingstone resalta la sofisticación de las redes de contrabando modernas. Según The Sunday Times, Moran y su asociado colombiano, Didier Tordecilla Reyes, recogieron la cocaína de un buque más grande frente a la costa de Humberside. Usando una embarcación rígida inflable, llevaron las drogas a tierra en Easington, donde Livingstone esperaba con una camioneta.

Oficiales encubiertos observaron mientras el grupo abandonaba su bote y cargaba la camioneta con cocaína. Las drogas de alta pureza, valoradas en 42 millones de libras, estaban destinadas a su distribución.


Lecciones de la Costa Escocesa

La historia de Moran y Livingstone muestra cómo los grupos criminales globales logran infiltrarse en áreas locales. Los desafíos para el inspector jefe Page y su equipo son inmensos, pero su determinación es igualmente fuerte. “La labor policial es la misma”, afirmó, “ya sea en Birmingham o en Argyll. Pero la geografía aquí añade capas de complejidad”.

El papel de la comunidad es vital. Los residentes y navegantes, que conocen los patrones habituales de su entorno, suelen ser los primeros en notar cuando algo no está bien. “Si algo no parece correcto, háganoslo saber”, instó Page.

Mientras la lucha contra el crimen organizado continúa, la accidentada costa de Escocia permanece como un campo de batalla y un símbolo de fortaleza. Las condenas de Moran y Livingstone marcan una victoria para las fuerzas del orden, pero la historia está lejos de terminar.

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Para Escocia—y el mundo—la lección es clara: la guerra contra el tráfico requiere vigilancia, colaboración y un compromiso para proteger a las comunidades de los tentáculos del crimen organizado.

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