Crisis de Obesidad en América Latina: Hacer que el Ejercicio Sea Más Fácil para Promover Futuros Más Saludables

La creciente crisis de obesidad en América Latina no es una amenaza lejana, sino un problema urgente que requiere nuestra atención inmediata. Las investigaciones indican que para el año 2050, uno de cada tres niños en la región podría verse afectado. Es importante que realicemos ejercicio todos los días para establecer rutinas saludables y crear fuertes lazos comunitarios, lo que convertirá los patrones preocupantes en buenos resultados.
Una Epidemia en Crecimiento y la Necesidad de Movimiento
La crisis de obesidad en América Latina no es solo una nota al pie de página: es una condición de salud generalizada que afecta a personas de todas las edades y orígenes. Según hallazgos recientes publicados en The Lancet, la prevalencia mundial de sobrepeso y obesidad ha aumentado considerablemente, alcanzando a más de 2.1 mil millones de adultos y 493 millones de jóvenes en 2021. Las proyecciones indican que para el 2050, esta cifra aumentará a unos 3.8 mil millones de adultos, aproximadamente el 60 por ciento de la población adulta global, y 746 millones de niños y adolescentes, es decir, casi un tercio de la juventud mundial.
Para América Latina y el Caribe, la perspectiva es especialmente preocupante. El estudio muestra que esta región experimentará uno de los aumentos más pronunciados en la obesidad infantil, con un incremento del 121 por ciento para el 2050. Casi uno de cada tres niños con sobrepeso podría vivir en América Latina, lo que ejercerá una gran presión sobre los servicios de salud. La expansión urbana, las dietas altas en calorías y el auge de estilos de vida sedentarios contribuyen a este fenómeno. Sin embargo, no es simplemente cuestión de culpar a la comida chatarra o a la inactividad; factores socioeconómicos y culturales complejos convergen para hacer que vivir de manera saludable de forma consistente sea un reto.
Aunque muchos gobiernos latinoamericanos han lanzado campañas de salud pública que fomentan una alimentación equilibrada y el ejercicio regular, aún persisten obstáculos. Las ciudades congestionadas y llenas de tráfico desincentivan caminar o andar en bicicleta. En las zonas rurales, rara vez existe la infraestructura necesaria para actividades deportivas o de ejercicio. La publicidad intensiva de alimentos listos para consumir influye en lo que las personas comen desde una edad temprana. Los expertos en salud aseguran que para cambiar estos patrones, todos deben unirse al esfuerzo. En el centro de estos esfuerzos se encuentra el poderoso papel de la actividad física diaria. Pero más allá de entender la importancia del ejercicio, hay un problema más amplio: asegurar un compromiso a largo plazo con estos hábitos.
Por Qué la Adherencia es Importante para América Latina
Para enfrentar la obesidad y el exceso de peso, se debe hacer más que ejercitarse de vez en cuando. Esto requiere un cambio en los hábitos para que la actividad física se convierta en parte de las rutinas familiares y de la vida comunitaria. Seguir actividades planificadas es lo principal. Sin controles regulares, incluso un buen plan de ejercicio pierde valor y no trae recompensas.
En América Latina, no se puede subestimar la fuerza del apoyo comunitario. Las familias de la región, conocidas por sus estrechos lazos, están bien posicionadas para respaldar planes de acondicionamiento físico compartidos. Algunos padres andan en bicicleta con sus hijos los fines de semana, y algunos hermanos se motivan mutuamente a hacer ejercicio todos los días. Estas acciones crean una base para hábitos que perduran mucho tiempo. Esta calidez se extiende a equipos de barrio y clases de ejercicio grupales, donde la amistad y la ayuda mutua son lo más importante. En ciudades bulliciosas como Ciudad de México, São Paulo y Buenos Aires, la presencia de gimnasios públicos y programas deportivos accesibles refuerzan aún más estas acciones comunitarias.
Cada día, las personas pueden verse obligadas a terminar sus entrenamientos demasiado pronto. Los largos períodos de trabajo, las malas opciones de transporte o los problemas de seguridad pueden hacer que alguien evite caminar o correr al aire libre. Sabiendo esto, los promotores de salud ofrecen ideas claras: momentos breves de movimiento durante el día, colaboraciones con escuelas cercanas para desbloquear áreas deportivas cuando terminan las clases o programas de bienestar en las empresas que incentivan al personal a insertar pausas rápidas de ejercicio durante el almuerzo. La adherencia también está vinculada a metas realistas: cuando las familias se proponen cambios pequeños e incrementales en lugar de transformaciones dramáticas, es más probable que perseveren.
Más allá de su impacto en el peso corporal, la adherencia a la actividad física también trae múltiples beneficios. Puede reducir los riesgos de enfermedades como la hipertensión, la diabetes y los problemas cardíacos, afecciones que aumentan rápidamente entre los adultos en América Latina. Al mismo tiempo, los hábitos de ejercicio benefician la salud mental y pueden reducir el estrés. En una región donde se proyecta que las tasas de obesidad entre los jóvenes aumenten en más del 120 por ciento, la exposición temprana y constante a ejercicios divertidos y basados en la comunidad es crucial para asegurar que los niños mantengan estos hábitos saludables hasta la adultez.
Estrategias Simples para Fomentar el Movimiento Diario
Cuando se enfrentan a datos alarmantes sobre la obesidad, las familias y los barrios pueden sentirse abrumados. Sin embargo, el camino hacia una mayor actividad física puede basarse en cambios prácticos y accesibles. Los expertos destacan el valor del “transporte activo”, como caminar o andar en bicicleta para realizar los mandados diarios. En las ciudades latinoamericanas, donde el tráfico y la contaminación del aire son desafíos, convertir los desplazamientos en una forma de ejercicio reduce el estrés y los gastos, mientras mejora la condición física. Incluso en pueblos más pequeños, adoptar una rutina de caminar al mercado local o elegir rutas peatonales mejora la interacción comunitaria.
En los lugares de trabajo o escuelas, los mini descansos para estiramientos o calistenia rápida pueden ayudar tanto al personal como a los estudiantes a mantener niveles de energía. Los jóvenes también se benefician de oportunidades programadas para moverse: los padres que dividen el tiempo frente a la pantalla con intervalos divertidos, como sesiones de baile con música regional, mantienen a los niños comprometidos. Mientras tanto, las actividades impulsadas por la comunidad, como un partido de fútbol semanal en un parque local, ofrecen tanto unión social como entrenamiento constante. Estos concursos amistosos coinciden con las costumbres culturales latinoamericanas, donde las personas valoran el deporte. Las actividades impulsadas por la comunidad juegan un papel significativo en la promoción de la actividad física y en proporcionar el apoyo social necesario para mantener los hábitos de ejercicio.
Las acciones gubernamentales ayudan a respaldar estos planes. Las ciudades pueden establecer días mensuales en los que los automóviles se mantengan fuera de las calles principales para que las aceras se apoderen de ellas. Los eventos comunitarios mezclan actividad física y diversión cultural, como carreras de Zumba con música local, y atraen a personas de todas las edades. Usando los ritmos musicales y las tradiciones de baile del área, el ejercicio se convierte en un evento grupal agradable en lugar de una tarea difícil. Los niños imitan las actitudes de los adultos, por lo que cuando ven a los mayores disfrutando genuinamente de un estilo de vida activo, es más probable que se unan.
Permanecer en el ejercicio se vuelve más fácil cuando se establecen metas simples y alcanzables. En lugar de apuntar a un gran cambio de inmediato, las familias pueden elegir pequeños pasos, como añadir 15 minutos de movimiento extra cada día. Valorar los pequeños logros, como caminar todos los días hasta la escuela durante un mes o aprender una nueva rutina de baile, aumenta el deseo de continuar. Este enfoque cuidadoso y paso a paso no solo fortalece el cuerpo, sino que también ayuda a los participantes a evitar la decepción que puede seguir a metas que se fijan demasiado altas.
Construyendo una Cultura Colectiva de Bienestar
Cambiar de pronósticos negativos a avances reales requiere el esfuerzo de muchos grupos. Aunque las familias individuales juegan un papel clave, los organismos públicos y los grupos comunitarios también son de gran ayuda. Los líderes locales que invierten en aceras seguras, ciclovías junto a parques adecuados demuestran que se preocupan por mejorar la calidad de vida. Las escuelas que incluyen programas de educación física robustos—en lugar de solo lecciones teóricas breves—fomentan la confianza en el ejercicio desde una edad temprana. Las organizaciones sin fines de lucro pueden organizar clubes comunitarios que unan a personas de diversos orígenes cuando las familias participan en deportes. Los políticos y la dirigencia local tienen un papel importante al motivar al ejercicio y moldear entornos que favorezcan el bienestar.
Asociarse con profesionales médicos también ayuda. Para los pacientes con hipertensión o diabetes, los médicos pueden sugerir planes de ejercicio, monitorear el progreso y ajustar las rutinas si es necesario. Los trabajadores de la salud promueven planes de alimentación que ayudan a las familias a ver cómo comer bien se complementa con el movimiento físico. Aunque estas ideas parecen claras, solo funcionan con chequeos regulares. Los sistemas médicos que consideran el ejercicio como un tratamiento importante en lugar de una opción extra fomentan un sentido de responsabilidad. Los grupos de seguros de salud pueden incentivar a los miembros a registrar los pasos diarios o las visitas al gimnasio, y ofrecer pequeñas recompensas por los esfuerzos regulares.
Dentro del contexto más amplio de América Latina, las soluciones basadas en ciudades pueden coordinarse con estrategias rurales. En las zonas agrícolas, por ejemplo, las mejoras en la infraestructura—como carreteras más seguras—permiten a los residentes caminar o andar en bicicleta con libertad. Mientras tanto, los programas de radio o las asambleas locales podrían resaltar modelos a seguir que superaron desafíos de salud mediante el ejercicio, inspirando a otros a imitarlos. Más allá del control inmediato del peso, el efecto en cadena incluye una mejor salud mental y mayor productividad. Este cambio holístico es el mejor antídoto contra las sombrías predicciones de obesidad descritas por The Lancet.
Aunque los datos oficiales pueden pintar un panorama desalentador de las futuras tasas de obesidad, hay esperanza en cada paso o pedaleo dado hoy. Adoptar el hábito del movimiento diario puede romper los ciclos de inactividad y, con el tiempo, transformar las normas comunitarias. Las fortalezas culturales de América Latina, como las familias unidas, la música alegre y las fiestas comunitarias, ayudan a las personas a mantenerse activas de manera natural y divertida. Con una combinación de hábitos cotidianos y un fuerte apoyo gubernamental, la región puede cambiar su historia de salud. Ningún método único terminará con el riesgo de obesidad, pero los pequeños pasos pueden combinarse para construir una salud duradera.
La idea clave es que el ejercicio no tiene que ser difícil; además, no está reservado solo para los atletas de élite. Si las familias dedican momentos consistentes para moverse—ya sea en el lugar de trabajo, en el hogar o a través de eventos comunitarios—América Latina está lista para revertir las preocupantes tendencias de obesidad. Estos pequeños actos pronto mejorarán las cifras de salud y fomentarán la confianza mientras los vecinos trabajan juntos por un objetivo compartido. El obstáculo es significativo, pero la solución está cerca, esperando en cada puerta para ser tomada.
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*Arturo Leyva obtuvo su doctorado de la Universidad de Miami. Actualmente es miembro del profesorado de Ciencias del Ejercicio y Promoción de la Salud en la Universidad Troy, en Alabama, EE. UU. Contribuye con columnas centradas en el acondicionamiento físico y la salud en Latin American Post.