CoSchool: Una apuesta por la educación emocional
Latin American Post habló con Nicole Bruskewitz sobre esta iniciativa que busca traer inteligencia emocional y habilidades blandas a las aulas de clase
La salud mental parece ser uno de los temas favoritos en todos los entornos de la sociedad, desde los medios hasta el arte. Parte de ser saludables mentalmente, han explicado los expertos, nace de las habilidades que dependen de la inteligencia emocional, la cual sí se puede enseñar.
Nicole Bruskewitz es la directora de pedagogía de CoSchool, una empresa B, es decir, que sí tiene ánimo de lucro pero que es principalmente de interés social, que busca enseñar a jóvenes colombianos a desarrollar habilidades emocionales, también conocidas como habilidades blandas. Desde su principio, CoSchool decidió enfocarse en los adolescentes: “Los jóvenes son el futuro porque están en un punto de inflexión en sus vidas donde pueden coger por un camino u otro”, explica Bruskewitz. Además, “Los adolescentes están en un momento de plasticidad cerebral que no tiene comparación sino en el momento de primera infancia, entonces si queremos generar cambios en las personas un momento muy importante para hacer eso, a parte de la primera infancia, es la adolescencia”.
Los fundadores de la empresa, el colombiano Carlos Echeverry y el inglés Henry May, se conocieron con Bruskewitz en el programa Enseña por Colombia. Al enseñar en dicho programa, estos profesionales voluntarios para ser docentes “se dan cuenta del gran énfasis que pone el sistema educativo en el rendimiento académico y en las pruebas estandarizadas. Es una epidemia la lógica de rendición de cuentas a nivel de medición de desempeño académico. Pero lo que uno enfrenta en la realidad del aula es que la necesidad para lograr rendimiento académico, tanto como convivencia en la comunidad escolar, tanto como una sociedad que puede vivir en paz, son las habilidades socioemocionales, las habilidades blandas”. Así es como nace CoSchool.
¿Cómo se enseñan las habilidades blandas?
No hay una respuesta definitiva. Para CoSchool, la experiencia y los estudios y análisis realizados por instituciones prestigiosas en todo el mundo se combinan para crear una metodología que, hasta el momento, ha dado resultados positivos: “Nosotros en CoSchool tenemos una metodología propia que combina muchas metodologías y referentes en el mundo de la educación y la psicología que nosotros llamamos EDUMOCIÓN, que es educar las emociones a través de moción o acción. Combina sentir, pensar y actuar. Nuestros programas siguen una macroestructura que es esta lógica de la Edumoción. Comienza por los sentimientos, que pasa al pensamiento, a la reflexión crítica, y que conlleva a la acción”.
Un ejemplo concreto:
Las intervenciones que hace CoSchool buscan hacer que los estudiantes sientan, piensen, y actúen cíclicamente, por medio de proyectos y experiencias que se generan para obligar a quienes participan a desarrollar sus habilidades socioemocionales.
Bruskewitz cuenta la experiencia de llevar el proyecto a La Guajira:
“El año pasado hicimos un proyecto en La Guajira, un proyecto muy largo con jóvenes en un internado indígena, Wayuu, en colaboración con la Fundación Alpina y la Fundación Corona. CoSchool entró en este contexto buscando fomentar un liderazgo comunitario, un liderazgo desde los jóvenes, para atender estas problemáticas de seguridad alimentaria, de agua potable. ¿Cómo fomentamos en los chicos la capacidad crítica de reflexionar sobre problemáticas de su contexto, brindarles herramientas a nivel psicoemocional para hacer ese tipo de pensamiento crítico duro, trabajo en comunidad, acción social, y para lograr proyectos que transformen sus contextos?
Entramos y a través de una serie de talleres que usan el pensamiento de diseño identificaron los mismos jóvenes problemáticas concretas; proponen en una segunda fase posibles soluciones; crean un prototipo que atiende esa necesidad o problemática; pilotean el prototipo, lo evalúan, cambian y evolucionan; y están en este momento por comenzar en materializarlos.
Para darte un ejemplo, en el colegio, antes tenían un problema de agua potable muy grave. Los niños mismos tomaban agua insalubre, salada, que les producía cualquier cantidad de problemas. Con una cooperación con una organización alemana pusieron un tanque y los niños identificaban que ellos mismos estaban desperdiciando ese recurso tan precioso en La Guajira. Entonces hicieron un análisis, un mapeo e hicieron lo que llamaban una “ruta del agua” donde identificaban puntos clave donde había que hacer esfuerzos para conservar el agua potable y unas intervenciones en cada uno de esos puntos para concientizar a la gente de que no desperdiciaran el agua en esos puntos estratégicos.
Otro ejemplo: en el contexto de la vida sana, que es lo que maneja la Fundación Alpina, siempre jugaban fútbol. Pero no a todos les gustaba el fútbol. Hicieron una propuesta acerca de adquirir unas bicicletas y todo un sistema de alquiler no con plata, sino con base en el trueque. Ellos mismos estructuraron un negocio de alquiler de bicicleta dentro del colegio para enseñar a los niños chiquitos a usar la bicicleta, para compartir las pocas que tenían, para promover colaboración comunitaria a través del trueque. Unas soluciones a unas problemáticas sociales súper creativas. En la medida en que CoSchool los guiaba en sus proyectos se trabaja en cada momento del proyecto distintas habilidades socioemocionales”.
Latin American Post | Laura Rocha Rueda