La deserción escolar: uno de los más grandes retos para el gobierno mexicano.
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La estrecha relación entre el abandono de los estudios y el aumento del crimen es motivo de preocupación
El gobierno mexicano ha sufrido varios cambios estructurales en los últimos años, y el esquema educativo ha sido parte de las reformas de las diferentes administraciones. Los cambios se han traducido en huelgas, plantones, marchas y todo tipo de manifestaciones, muchas de ellas extendiéndose hasta el día de hoy y sin mostrar intención alguna de detenerse.
Los cambios en el sistema educativo incluyen, por ejemplo, la inclusión de un nuevo mecanismo para la evaluación de docentes, que ha causado controversia en la sociedad mexicana. Pero dejando a un lado estos cambios y el disgusto que causan, ¿cuál es el mayor problema que presenta la educación en nuestra república? Según la información del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), la respuesta a esta pregunta es la deserción escolar, la cual, alertó el INEE, aumenta el desempleo y la incorporación de jóvenes al crimen organizado.
Un joven sin preparación y de una familia de escasos recursos volcará su interés en lo que él considera la fuente de ingresos más eficiente y abundante: el secuestro, las ejecuciones y la extorsión. Los datos hablan por sí mismos. Semáforo Delictivo emitió un comunicado este 2017 dentro del cual devela una cruda cara de la realidad: un incremento del 70% en el número de ejecuciones, en comparación con el primer trimestre del año pasado. Dentro del sexenio correspondiente a la administración del presidente Enrique Peña Nieto, las ejecuciones no se han detenido y al contrario, el promedio anual de homicidios dolosos ha oscilado en los 2.000 desde el 2012, y la tendencia no va a la baja desafortunadamente.
Las estadísticas de la deserción escolar tampoco son optimistas. El INEE aseveró que esta actividad afecta a 20 por ciento de una generación de secundaria y a 40 por ciento de una media superior. Uno de cada tres niños de 15 años se encuentra fuera de la escuela, y una quinta parte de los jóvenes entre 18 y 24 años no termina la secundaria.
Una de las principales causas de la deserción escolar son las condiciones y medidas reprobatorias. Los jóvenes ven sus notas bajas en la boleta de calificaciones, optan por tirar la toalla. Los adolescentes se quejan de que el sistema educativo es demasiado estricto. Tal vez el problema es que en años anteriores los estudiantes no queden lo suficientemente bien preparados para poder continuar con su formación académica.
Tomando en cuenta el modelo de enseñanza basado en competencias que ha causado tanta controversia y polémica, ¿qué va a suceder con el sistema escolar? ¿Pasará de ser un templo del saber y de la disciplina a guarderías para adolescentes?
Latin American Post | Rubén Ricardo Rey
Copy edited by Susana Cicchetto
