VIDA

El aumento de la obesidad en América Latina y sus complejos determinantes

La obesidad se ha convertido en una apremiante crisis de salud pública en América Latina, impulsada por una compleja interacción de factores sistémicos. Captar y abordar estos factores es crucial para combatir esta creciente epidemia. Este artículo arroja luz sobre este tema urgente a partir del estudio ‘Determinantes de la obesidad en América Latina’, publicado en la revista Nature Metabolism.

La obesidad (índice de masa corporal (IMC) ≥ 30 kg/m²) es un importante problema de salud pública mundial, que provoca una serie de comorbilidades y muerte prematura. La definición sencilla de obesidad como una enfermedad caracterizada por un exceso de grasa corporal no capta plenamente las graves implicaciones para la salud que plantea para las personas ni la importante carga financiera que supone para las sociedades. La obesidad es responsable del aumento de las tasas de diabetes mellitus (DM) tipo 2, hipertensión, dislipidemia, esteatohepatitis, síndrome de ovario poliquístico, depresión, ciertos tipos de cáncer y varios otros trastornos. Según el Atlas Mundial de la Obesidad de 2023, la prevalencia de la obesidad aumentará en todo el mundo en la próxima década, particularmente entre niños y adolescentes. Como resultado, la obesidad se ha convertido en un foco crítico de la agenda mundial de salud pública, lo que ha impulsado inversiones de diversos sectores para diseñar estrategias para frenar esta devastadora crisis de salud.

Diferencias demográficas de la obesidad en todo el mundo

Sin embargo, el aumento de las tasas de obesidad varía cuando se comparan poblaciones de países de ingresos altos y países de ingresos bajos o medios (países desarrollados y en desarrollo, respectivamente). Históricamente, los aumentos en las tasas de obesidad en los países en desarrollo ocurrieron más tarde, pero recientemente, estos países han experimentado el aumento más pronunciado en la prevalencia de la obesidad, especialmente entre los más jóvenes. Este rápido aumento no puede explicarse por factores genéticos o elecciones individuales, sino más bien por una combinación de factores estructurales y contextuales llamados determinantes sistémicos.

A pesar de los esfuerzos y avances significativos en la comprensión de qué influye en la aparición de la obesidad y cómo prevenirla y tratarla, las tasas de obesidad continúan proliferando; algunos países de bajos ingresos muestran el mayor aumento y ningún país muestra una disminución en la prevalencia de la obesidad. ¿Por qué sucede esto? ¿Es porque no sabemos lo suficiente sobre la obesidad o la forma en que aplicamos este conocimiento es ineficaz o no está suficientemente difundida? ¿Estamos descuidando poblaciones específicas de soluciones que podrían frenar las epidemias de obesidad a nivel local o global? Éstas son preguntas esenciales que se plantean con frecuencia los científicos que trabajan sobre la obesidad en los países en desarrollo.

La carga de la obesidad en América Latina

El papel del medio ambiente y otros factores sistémicos que influyen en el aumento de grasa corporal a lo largo de la vida está bien documentado, siendo las prácticas dietéticas y el estilo de vida sedentario sólo una parte de los determinantes subyacentes. Las organizaciones internacionales y los países individuales han realizado importantes esfuerzos para promover cambios para contrarrestar la obesidad. Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes para superar los aumentos en la prevalencia de la obesidad en poblaciones socialmente desfavorecidas. Para abordar esto, debemos redefinir los principales determinantes de la obesidad en países con altas tasas de desigualdad y diversos orígenes culturales y étnicos, identificar estos determinantes, proponer estrategias para disminuir las disparidades en salud y anticipar formas que conduzcan a una prevención y un tratamiento más efectivos. Esto requiere el compromiso de múltiples sectores de la sociedad y la colaboración entre los países desarrollados y en desarrollo. Se deben coordinar acciones realistas y adaptadas a nivel local con científicos, políticos, inversores y la opinión pública, destacando la necesidad de esfuerzos colectivos en esta batalla contra la obesidad.

En 2020, se estimó que el 14% de la población mundial vivía con obesidad, cifra que se prevé aumentará al 24% en 2035, incluidos niños, adolescentes y adultos. Históricamente, se han reportado tasas más altas de obesidad en niños y adultos en los países desarrollados en comparación con los países en desarrollo. Sin embargo, las tendencias recientes muestran un aumento más pronunciado en los países en desarrollo. El escenario histórico de la obesidad ha cambiado en este siglo de una manera fuertemente relacionada con el estatus socioeconómico y la distribución por sexo. En el mundo en desarrollo, se ha observado un cambio hacia la obesidad dentro de los estratos socioeconómicos más bajos a medida que aumenta el producto nacional bruto de un país, lo que sugiere que la desigualdad es un contribuyente subyacente a la tendencia a la obesidad en estos países.

Demografía de la obesidad en los países de América Latina

Las preocupaciones sobre el rápido aumento de las tasas de obesidad en los países en desarrollo van más allá de la prevalencia de la enfermedad. Se espera que el acceso subóptimo a la atención sanitaria por parte de muchas personas que viven en países económicamente desfavorecidos reduzca aún más su calidad y esperanza de vida. Los costos a largo plazo del tratamiento de las comorbilidades también limitan el cumplimiento por parte de los pacientes y suponen una carga para los sistemas de salud pública, lo que contribuye a resultados letales. Se ha informado ampliamente sobre la ineficacia en la prevención y el control de la obesidad, independientemente del desarrollo económico, pero en el mundo en desarrollo este escenario es peor por numerosas razones.

Países latinoamericanos como México, Brasil, Colombia, Argentina y Chile sirven como indicadores razonables para comprender la obesidad en los países en desarrollo, no sólo por las tendencias crecientes de la obesidad en estos países sino también por sus intentos más recientes de adoptar medidas para contrarrestarla. estas tendencias. Todos, excepto Chile, son economías de ingresos medianos altos y se encuentran entre los países más desiguales del mundo. Tienen extensos territorios y grandes poblaciones con diversos orígenes raciales y étnicos. Una proporción importante de la población tiene sobrepeso u obesidad: 75% de los adultos en México, 55% en Brasil, 57% en Colombia, 68% en Argentina y 74% en Chile. La prevalencia entre niños y adolescentes también es alta: 39% en México, 30% en Brasil, 22% en Colombia, 41% en Argentina y 53% en Chile. Si bien se utilizan estos países como sustitutos, se espera que otros países latinoamericanos se comporten de manera similar, aunque es probable que se produzcan diferencias regionales. En 2016, excepto Haití, Paraguay y Nicaragua, todos los demás países de América Latina y el Caribe tenían al menos el 50% de su población con sobrepeso.

México: un estudio de caso sobre obesidad

Entre los países en desarrollo, México tiene una de las tasas más altas de obesidad en adultos. La proximidad geográfica y la frecuente migración entre México y Estados Unidos permiten estudios que comparan poblaciones de orígenes étnicos y raciales similares que viven en diferentes ambientes. Un estudio reveló que la migración a un entorno desarrollado se asocia con un IMC más bajo en los niños nacidos y criados en México en comparación con los que se mudaron a Estados Unidos. El norte de México, vecino de Estados Unidos, es más rico, mientras que el sur es la región más pobre. Curiosamente, las áreas con las tasas más altas de obesidad en adultos son el noroeste (Pacífico Norte) y el sureste (Península), y el sureste también experimenta las tasas más altas de inseguridad alimentaria. Aunque estas regiones son étnica y económicamente diversas, se han atribuido tasas de obesidad similares al entorno obesógeno omnipresente, con una exposición generalizada a bebidas azucaradas (SSB) de bajo costo y productos ricos en calorías. La obesidad es más prevalente en mujeres adultas (41%) que en hombres adultos (32%), particularmente en poblaciones urbanas.

Además, el 88% de las mujeres adultas y el 74% de los hombres adultos tienen obesidad abdominal, lo que refleja adiposidad central más que general, que está más fuertemente asociada con el riesgo cardiometabólico. El sobrepeso/obesidad también es elevado en niños (39% en niños y 35% en niñas) y adolescentes (41% en ambos sexos). En particular, la obesidad es más prevalente en los niños (22 %) que en las niñas (14 %), y los adolescentes varones mostraron un aumento significativo del sobrepeso/obesidad de 2018 a 2022, mientras que la prevalencia se mantuvo relativamente constante en otros grupos. Además, los adolescentes de las zonas rurales experimentaron un fuerte aumento en la carga de obesidad durante la última década, aunque se registraron tasas más altas en las zonas urbanas. Este cambio drástico en la prevalencia de la obesidad tendrá consecuencias devastadoras en el desarrollo de enfermedades asociadas a la obesidad en las próximas décadas, particularmente entre las personas menos privilegiadas.

Brasil: diversidad y disparidades

Brasil es un país grande y económicamente heterogéneo con una población étnicamente diversa, lo que proporciona un escenario para evaluaciones comparativas de los factores que influyen en las tasas de obesidad. La prevalencia actual de obesidad en Brasil es similar entre hombres y mujeres adultos (20%); sin embargo, al considerar tanto el sobrepeso como la obesidad, la prevalencia es ligeramente mayor en hombres (57%) que en mujeres (54%). El nivel de educación se correlaciona fuertemente con la prevalencia de la obesidad, y aquellos en el grupo de menor educación muestran una tasa más alta que aquellos en el grupo de mayor educación. Además, se observó una mayor prevalencia de obesidad en personas de minorías étnicas y negros en comparación con los blancos. Entre los adolescentes, la prevalencia de sobrepeso y obesidad es similar en niños y niñas, pero los niños tienen una prevalencia de obesidad ligeramente mayor. Considerando que la parte sur de Brasil es más desarrollada y próspera que la parte norte, la estratificación de los datos según la región geográfica permite formular hipótesis sobre los determinantes sistémicos del aumento de peso. La obesidad y el sobrepeso son más frecuentes entre los adolescentes del sur que del norte. En los niños, la prevalencia de obesidad es mayor en los niños que en las niñas, con importantes diferencias regionales.

Brasil también ha estado expuesto a múltiples oleadas de inmigración en el último siglo, lo que brinda la oportunidad de estudiar cómo los cambios ambientales afectan la predisposición a la obesidad en poblaciones genéticamente similares. Por ejemplo, estudios de cohortes de inmigrantes japoneses en Brasil han destacado el impacto de un entorno occidental en el aumento de la adiposidad corporal, lo que contribuye a alteraciones metabólicas, enfermedades cardiovasculares y mayor mortalidad. El seguimiento continuo de esta población japonesa-brasileña reveló el papel esperado de los factores dietéticos en la incidencia de trastornos metabólicos y los beneficios de la intervención en el estilo de vida. Sin embargo, es probable que otros factores contribuyan a los resultados.

Colombia y Argentina: similitudes y desafíos

Colombia y Argentina son el tercer y cuarto país más poblado de América Latina, respectivamente. Las encuestas nacionales en Colombia mostraron que el exceso de IMC aumentó un 10% en los adultos durante una década, alcanzando el 57% en 2015. La carga del sobrepeso y la obesidad es más grave en las mujeres que en los hombres y en los ciudadanos de ingresos medios y altos en comparación con los de bajos ingresos. los de ingresos. Independientemente de su origen étnico, el sobrepeso y la obesidad prevalecen en más del 50% de la población identificada como afrodescendiente, indígena o sin una pertenencia étnica autoidentificada, lo que respalda factores sistémicos más que genéticos como impulsores de enfermedades. Los determinantes de la obesidad en Colombia tuvieron un impacto más sustancial en los niños que en los adolescentes. De manera similar, el exceso de peso aumentó significativamente en los niños, pero de manera menos pronunciada en los adolescentes, lo que muestra una sólida diferencia entre sexos.

En Argentina, el exceso de peso corporal es ligeramente más prevalente en hombres adultos que en mujeres; sin embargo, la obesidad es más frecuente en mujeres que en hombres. Un nivel educativo más alto se asocia con protección contra la obesidad en Argentina, ya que las personas con un título de escuela media tenían una menor prevalencia de obesidad que las personas con menor nivel educativo. Los ingresos del hogar también están asociados con la obesidad, con mayor prevalencia en el quintil de ingresos más bajo. El escenario es más preocupante en el grupo de edad entre 5 y 17 años, donde el sobrepeso es elevado en ambos sexos. La obesidad es más prevalente en los niños que en las niñas y, a diferencia de los adultos, los ingresos del hogar no se asociaron inversamente con la prevalencia de la obesidad en este grupo de edad.

Chile: un marcado contraste

Según la Encuesta de Salud 2016-2017 en Chile, el 74% de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad, con tasas similares en mujeres y hombres. Si se considera únicamente la obesidad, la prevalencia es mayor en mujeres que en hombres. Entre los adultos de 30 a 64 años, la prevalencia de sobrepeso/obesidad alcanzó el 84%. Se observaron tasas de obesidad más altas en personas con menor educación en comparación con aquellas con educación superior. Entre los niños y adolescentes, Chile tiene la situación más dramática de América Latina, con altas tasas de sobrepeso y obesidad, particularmente en los niños. Las diferencias regionales también influyen en la prevalencia, con tasas más altas de obesidad en los niños de las zonas rurales.

En Chile, Argentina, México y Brasil se detectaron mayores tasas de prevalencia de obesidad en los niños, mientras que en Colombia se observó lo contrario entre los adolescentes. Entre los adultos, la obesidad es más frecuente en los grupos desfavorecidos, especialmente las mujeres. Estos hallazgos sugieren que los factores que determinan la obesidad pueden variar o afectar a los individuos de manera diferente según el grupo de edad y el país, siendo los niños, las mujeres y las personas desfavorecidas los que suelen tener un mayor riesgo de desarrollar obesidad en América Latina.

Determinantes de la obesidad y su impacto en América Latina

A pesar de la evidencia de casos de obesidad determinados genéticamente, la enfermedad monogénica es poco común y no explica los rápidos aumentos de las tasas de obesidad en todo el mundo. De manera similar, la tendencia mundial hacia una mayor obesidad no puede atribuirse de manera simplista a las preferencias individuales por una dieta rica en energía o un gasto energético reducido relacionado con ocupaciones modernas y actividades de ocio pasivas. Este argumento falaz pone desproporcionadamente toda la carga de la obesidad en los individuos y no en factores sistémicos, que inevitablemente colocan a estos individuos en condiciones obesogénicas injustas. Los países latinoamericanos presentan características que hacen que las personas estén particularmente expuestas a estos factores, lo que a su vez parece explicar el dramático aumento de la carga de obesidad en estos países.

Ambiente físico y obesidad

En los últimos 50 años, la prevalencia de la obesidad en el mundo casi se ha triplicado y, para 2035, la mayor parte de la población vivirá con sobrepeso u obesidad. Un cambio tan dramático en el fenotipo humano sólo puede atribuirse a modificaciones igualmente abruptas en nuestras condiciones de vida. Entre los muchos factores que influyen en el entorno obesogénico, hay muchas investigaciones que respaldan el papel de los cambios en el entorno físico como contribución a la epidemia de obesidad.

América Latina ha enfrentado desafíos únicos e interconectados relacionados con la contaminación, la contaminación del agua y los alimentos con químicos disruptores endocrinos (EDC), el cambio climático, la deforestación y la urbanización. Estos desafíos son particularmente impactantes en esta región debido a una combinación de factores, incluida la rápida industrialización, urbanización, prácticas agrícolas y vulnerabilidades ambientales. Los países latinoamericanos a menudo enfrentan la contaminación del aire y del agua debido a la industrialización, las emisiones de vehículos y regulaciones ambientales inadecuadas. Además, las prácticas agrícolas en muchos países latinoamericanos implican el uso de pesticidas, herbicidas y fertilizantes que pueden contener EDC, contaminando el suelo y el agua e ingresando a la cadena de suministro de alimentos. América Latina es muy vulnerable a los impactos del cambio climático, incluido el aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos y la alteración de los patrones de precipitación. Debido a la expansión agrícola y el desarrollo urbano, la deforestación también es crítica en América Latina. Finalmente, América Latina ha experimentado una urbanización rápida y no planificada en las últimas décadas, lo que ha llevado a numerosos cambios en el entorno construido, el estilo de vida y los hábitos alimentarios.

Exposición a los alimentos y obesidad

La carga de la obesidad en América Latina se debe en parte a la transición nutricional relativamente rápida de una dieta tradicional a una “occidentalizada”. Se reconoce que un patrón de alimentación regido por el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados ​​(UPF) de mala calidad dietética y ricos en calorías se considera un factor importante del aumento de peso. Los patrones de alimentación cambiaron rápidamente con el desarrollo de la agricultura y la ganadería, pero fue durante las últimas décadas cuando varios factores socioeconómicos transformaron radicalmente el comportamiento alimentario. La urbanización, la globalización, la incorporación de las mujeres a la fuerza laboral con menos tiempo para que las familias cocinen y compartan comidas, y el desarrollo de una industria alimentaria pujante para satisfacer las necesidades de una población creciente y consumista cambiaron el estilo de vida humano tradicional, incluso en América Latina.

La definición de UPF y la clasificación NOVA de los alimentos en función de su grado de procesamiento desencadenó investigaciones sobre su impacto en los resultados de salud. Revisiones sistemáticas y metanálisis mostraron que el consumo de UPF está relacionado con el sobrepeso, la obesidad y una mayor circunferencia de la cintura en niños, adolescentes y adultos. La ingesta de UPF representa más del 50% de las calorías consumidas en países como Estados Unidos y Reino Unido, mientras que el consumo varía en los países de América Latina. Las altas tasas de consumo de calorías UPF en países como Chile y México se alinean con una alta prevalencia de obesidad, mientras que Brasil y Colombia tienen tasas intermedias de obesidad y un menor consumo de UPF. Las ventas minoristas anuales per cápita de UPF y bebidas en 2013 mostraron una alta correlación con la prevalencia de obesidad en los países de América Latina. El consumo de UPF en los países latinoamericanos es mayor en niños que en adultos y todavía está en aumento, en contraste con la meseta observada en Estados Unidos y el Reino Unido.

Abordar la epidemia de obesidad en América Latina

Abordar la epidemia de obesidad en América Latina requiere un enfoque multifacético que considere los diversos y complejos determinantes. Las intervenciones deben centrarse en mejorar el entorno físico, regular la exposición a los alimentos, abordar los intereses económicos y políticos, reducir la desigualdad social, promover el conocimiento científico y considerar los comportamientos culturales y contextuales.

Los gobiernos deben implementar políticas integrales para promover entornos más saludables, regular la comercialización de alimentos y mejorar el acceso a alimentos nutritivos. Las campañas de educación y sensibilización son cruciales para fomentar estilos de vida saludables y reducir el consumo de UPF y SSB. La colaboración entre múltiples sectores de la sociedad, incluidos científicos, políticos, inversores y opinión pública, es esencial para desarrollar e implementar estrategias efectivas.

Es vital promover la actividad física y reducir los estilos de vida sedentarios mediante la planificación urbana y mejoras de infraestructura. Garantizar el acceso a espacios verdes, áreas recreativas y entornos seguros para la actividad física puede ayudar a combatir el entorno obesogénico.

Se deben coordinar localmente acciones adaptadas y realistas, teniendo en cuenta los desafíos y características únicos de cada país. Las asociaciones internacionales y el intercambio de conocimientos pueden apoyar el desarrollo de intervenciones y políticas eficaces.

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Abordar la epidemia de obesidad en América Latina requiere un enfoque holístico, centrándose en los determinantes sistémicos y promoviendo esfuerzos coordinados entre varios sectores de la sociedad. Al comprender y abordar los factores complejos que impulsan la obesidad en la región, podemos desarrollar estrategias efectivas para combatir esta creciente crisis de salud pública.

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