VIDA

El Poder Musical de Colombia Resuena en los Tiempos Difíciles de Guapi

La música da esperanza en Guapi, un pequeño pueblo en la región del Cauca, Colombia. En medio de la violencia y el conflicto que rodean el área, los ritmos afrocolombianos de marimbas y alabaos llenan el aire. Estas melodías traen valor a la comunidad y actúan como una fuerza poderosa contra las dificultades, celebrando la vida a través de la música. Dan voz al espíritu y a la vida que florecen en Guapi.

El Latido del Espíritu Afrocolombiano de Guapi

El sonido de las marimbas llena el ambiente, acompañado por armonías conmovedoras, mientras una multitud se reúne en la iglesia de Guapi para un concierto único. Hace apenas unas semanas, este espacio sagrado llevaba las cicatrices de la violencia, cuando explosivos dañaron la estación de policía cercana y la iglesia misma. Hoy, late con alegría y desafío. El grupo afrocolombiano Remanso Pacífico lidera una celebración de esperanza.

“Hoy, Guapi se levanta como un lugar de vida”, declara un cantante del grupo. Estas palabras reflejan el espíritu de una comunidad que ha decidido no definirse por la violencia. Este concierto, parte del recorrido del Festival Internacional de Música Sacra, busca inspirar a pueblos como Guapi mediante espectáculos espirituales y musicales. Llamado “Colombia es Música Sagrada,” el festival reúne tradiciones musicales de todo el país, fomentando la unidad y la esperanza.

La música, para Guapi y la región afrocolombiana del Pacífico, es más que una forma de arte: es un mecanismo de supervivencia, arraigado en siglos de resistencia frente a la esclavitud, el abandono sistémico y el conflicto armado. Los ritmos heredados de los ancestros africanos cuentan las historias de quienes han soportado y resistido la opresión.

Hecho en el Pacífico

Alexis Castaño, líder de Remanso Pacífico, se describe a sí mismo como espiritual y festivo. Fundó el grupo en 2009 para preservar y celebrar las tradiciones musicales de sus ancestros. “Siempre que había una fiesta para un santo, nuestros abuelos cantaban arrullos y organizaban bailes”, explica Castaño. Estas celebraciones ancestrales mezclan espiritualidad con la energía alegre de la cultura afrocolombiana.

A diferencia de los cantos gregorianos o la música sacra europea, la fe afrocolombiana se expresa en una mezcla dinámica de ritmos como el currulao, el alabao y la afrojuga. Estos ritmos, nacidos de rituales de pesca, cantos de trabajo y reuniones festivas, cobran vida con instrumentos como marimbas, tambores de cuero y bombos. “Los africanos esclavizados trajeron la memoria de estos instrumentos con ellos”, comparte Castaño. “La marimba, con sus tonos melódicos, da vida al sonido del bosque.”

Durante las presentaciones, los cuerpos de los músicos reflejan el ritmo, y los cantantes mueven sus caderas al compás. Sus canciones alcanzan un clímax en temas como Guapireño Soy, que declara con fuerza que “la tierra no es para la guerra”. Estas palabras expresan orgullo en sus raíces y rechazo a la violencia.

Castaño describe su música como una celebración y un poder sanador. “Esta música nos recuerda todo lo que hemos soportado—maltrato, desplazamiento—pero también nos recuerda amar y perdonar”, dice. El impacto transformador de esta expresión cultural es evidente en la sanación que brinda a la comunidad.

Una Región Definida por el Conflicto y la Resiliencia

Guapi, como gran parte del Pacífico colombiano, está geográficamente aislado, rodeado de densas selvas y accesible solo por río o aire. Este aislamiento expone al área al abandono, la lucha y el comercio ilegal. Durante décadas, Cauca ha sido un foco de violencia. Grupos armados como disidentes de las FARC y otras organizaciones ilegales luchan por el control.

Ana Milena Grueso, alcaldesa de Guapi, reconoce los problemas de seguridad en curso. “Sí, hay grupos armados en la zona”, menciona respecto a eventos recientes, como el atentado que sacudió la plaza central del pueblo. Dos atacantes perdieron la vida, un policía resultó herido, y la iglesia y otros edificios cercanos sufrieron daños.

El pueblo ha lidiado con el cultivo ilegal de coca y su comercio durante más de veinte años. Esta situación no solo ha alterado la paz de la comunidad, sino que también ha incrementado la violencia y la inestabilidad social. Según Grueso, la comunidad está retomando sus vidas y reconstruyendo la confianza. Sin embargo, el desplazamiento desde aldeas cercanas sigue siendo un recordatorio del conflicto.

En este caos, la música ofrece un refugio seguro y una voz poderosa. Los residentes encuentran consuelo en los ritmos ancestrales que representan “resiliencia y resistencia”. Presentaciones como las de Remanso Pacífico recuerdan a la comunidad el “mensaje de reconciliación y amor” que mantiene vivos sus espíritus.

La Música como Testimonio de Supervivencia

Las raíces musicales de Guapi se remontan a África, donde los esclavizados trajeron sus instrumentos y su conexión espiritual con el sonido. Con el tiempo, estas tradiciones se transformaron en estilos afrocolombianos distintivos. El alabao, un canto espiritual funerario, y el currulao, un ritmo que celebra la vida comunitaria, muestran el poder transformador de esta música.

Estas tradiciones también actúan como un acto de desafío. La música da voz a la sanación y alzamiento en una región marcada por el conflicto. Los espectáculos de Remanso Pacífico llaman a la acción, alentando a las comunidades a rechazar la violencia y abrazar la unidad. “Nuestra música dice que estamos aquí, estamos vivos”, dice uno de los cantantes del grupo. Este mensaje es esencial: estamos vivos.

El poder transformador de esta música puede unir a las personas, incluso en medio de la tragedia. El concierto en Guapi, realizado antes de la Fiesta de la Inmaculada Concepción, atrajo a residentes que bailaron, cantaron y celebraron a pesar de los recordatorios de la violencia que los rodea. En estos momentos, la música fomenta un sentido de unión y esperanza, uniendo a la comunidad en su resiliencia compartida.

Revivir la Esperanza a Través de un Legado Cultural

Para los habitantes de Guapi, la música es tanto una preservación de la cultura como un camino hacia la sanación. Grupos como Remanso Pacífico no son solo intérpretes, sino custodios de un rico patrimonio afrocolombiano. Sus canciones contienen historia y comparten memorias de lucha y victoria. “Cada golpe de la marimba y cada nota del alabao nos recuerdan que venimos de la fortaleza”, dice Castaño. En un pueblo que aún sana sus heridas, estos ritmos brindan más que consuelo. Brindan esperanza.

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Mientras Colombia avanza hacia la paz, la música de Guapi y la amplia región del Pacífico muestra el espíritu fuerte de su gente. Sus voces se alzan en tiempos difíciles. La esperanza nunca deja de regresar.

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