5 películas que nos deja el cine latinoamericano este 2019
Entérese de cinco de las mejores películas latinas de este año que termina y por qué, si no las ha visto, debe verlas.
Carteles de las películas ‘Infección’, ‘Chicuarotes’ y ‘Blanco en blanco’. / Fotos: filmaffinity.com, allcalidad.net, cicnechile.cl
LatinAmerican Post | Iván Parada Hernández
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Latinoamérica crece cada año que pasa en tanto a su producción cinematográfica. Con los excelentes trabajos de cineastas como los mexicanos Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón o el colombiano Ciro Guerra, más ojos voltean a ver hacia la región y lo que puede ofrecerle al mundo con historias típicamente latinas. LatinAmerican Post le pasará revista a cinco de los trabajos que brotaron de nuestros mejores directores y su legado a nuestro cine.
1. Infección
La primera de estas es Infección, una película venezolana del director Flavio Pedota, que trata sobre un brote de rabia en dicho país, que emula las tan populares plagas zombies que son un fetiche de la industria norteamericana. Lo llamativo de Infección, más allá de lo que puede ofrecer por sí misma, es su contexto. El gobierno venezolano ofreció estrenar la película en calidad de “extranjera”, debido a que toca la crisis que atraviesa el país desde un punto de vista interno, lo que suscitó una protesta por parte de Pedota y el negarse a estrenar la película bajo esas condiciones.
“Hoy, [lo que era] para muchos una decisión absurda, para mí es un grito de reclamo [a recordar] el país que fuimos, la grandeza del venezolano. Nos [habrán] quitado todo, pero aun nos queda la mayor libertad que un humano puede tener, y es la de cómo podemos reaccionar ante las injusticias.”, dijo Pedota en un comunicado a través de su Instagram.
Puede que Infección levante polvo por causas ajenas a sus cualidades, no obstante, la valiente posición de su director muestra uno de los objetivos del arte en una región como Latinoamérica. Las expresiones artísticas deben incomodar y esto es lo que esta pieza de zombies ha hecho en el gobierno de Nicolás Maduro, mostrando los efectos de su gestión en el pueblo venezolano. Solo esa razón ha de bastar para que sea apoyada por aquellos que les gusta el cine, y si no, ¿ver una película de zombies realizada por uno de los nuestros no lo vale?
2. Monos
Monos, dirigida por Alejandro Landes, es una película colombiana que cuenta la historia de un grupo de jóvenes guerrilleros que están encargados de proteger a una “doctora” extranjera en medio de una agobiante selva. A los ojos de muchos, esta es una firme candidata a ser protagonista en la temporada de premios del año entrante, con una excelente fotografía y una excelente propuesta que provoca a la audiencia constantemente.
Ya fue incluida entre las participantes de los Premios Goya 2020, uno de los premios más importantes del cine iberoamericano, además de ya haberse llevado reconocimientos en Sundance, Buenos Aires, Viña del Mar, Berlín y Cartagena. Si hay dos declaraciones de esta película es que, primero, existe la capacidad en Latinoamérica de historias visualmente impactantes y con gancho argumentativo, lejos de grandes capitales. La segunda es que la mirada hacia el conflicto colombiano, si bien un lugar común en la cinematografía de ese país, aún tiene matices inexplorados.
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3. Chicuarotes
Chicuarotes, dirigida por el actor Gael García Bernal, es una cinta mexicana que trata sobre dos jóvenes que se ganan la vida personificando payasos y subiéndose al transporte público para ganarse la vida. Ante las adversidades que enfrentan las clases menos favorecidas, los protagonistas deciden robar a los pasajeros de los buses para lograr una mejor vida.
Los temas de desigualdad no son nuevos en el cine latinoamericano, prácticamente lo alimentan, pero siempre es válida la crítica hacia la falta de oportunidades que millones de nosotros tenemos que lidiar desde todos los ángulos posibles. La guerra, el narcotráfico, el capitalismo, todos son factores que han de ser escrutados con ojo crítico y son películas como estas que nos dan esa oportunidad.
4. Esto no es Berlín
Esto no es Berlín, película mexicana dirigida por Hari Sama, elude el fenómeno del presentismo en el cine latinoamericano y explora la juventud de los ochenta a través de Carlos y Rita, ambos con una relación especial con la música. Una vez esta pasión les lleva al club Aztec, se exponen a todas las posibilidades de la sexualidad y las drogas, diametralmente opuestas a una sociedad conservadora.
No es una tendencia de nuestro cine el revisar el pasado reciente si no se trata de violencia o de narcotráfico, por eso esta mirada de Sama resulta refrescante; para darle voz a una generación por sí misma y no a pesar de sí. Un contexto histórico hace toda la diferencia entre una película como esta y “Clímax” de Gaspar Noé.
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5. Blanco en blanco
Finalmente, Blanco en blanco, una película chilena dirigida por Theó Court, resulta ser una propuesta de lo más evocadora sobre un oscuro periodo del país austral. Pedro es un fotógrafo que es llamado para registrar la boda del poderoso Mr. Potter, quien se casará con la muy joven Sara. Pedro deberá enfrentar una naciente obsesión con la pequeña prometida de su jefe mientras presencia -y captura- la brutalidad del paso civilizador de los chilenos hacia el sur.
Lo valioso de esta película de Court no solo es una fotografía que quita el aliento, sino la reconstrucción de un episodio histórico en el contexto de la conquista de tierras indígenas por los pioneros chilenos. Una crítica mirada hacia el concepto de “civilización” después de los procesos de independencia en América Latina, además de ser una oportunidad de experimentar un drama de época de nuestra región.