Carlos Barragán y la versatilidad de la guitarra
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Entre sonidos clásicos y rockeros un colombiano conquista Europa
La música siempre estuvo presente en la vida de Carlos Barragán, guitarrista clásico colombiano radicado en Copenhague. Lo que primero lo atrajo a la guitarra fue verla colgada en una pared: después de recorrer con los ojos sus curvas y sus líneas, no pudo resistirse a tocarla; y aunque conoce y toca otros instrumentos, encuentra su verdadera pasión en las seis cuerdas, y pone en ellas todo su empeño y disciplina. Cursó la carrera de Estudios Musicales en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y luego una maestría en Guitarra clásica en la Royal Danish Academy of Music, además de múltiples clases magistrales y cursos a lo largo de su carrera musical.
Barragán no es un músico encasillado. Ha diversificado su carrera en múltiples conciertos y presentaciones de guitarra clásica que incluyen auditorios importantes, como el Museo Nacional de Bogotá y otros en Dinamarca, Finlandia y Alemania. También participó en una gira europea con la banda de rock Desarme Rock Social que lo llevo a mostrar su talento con el instrumento por España, Francia, Dinamarca y Alemania. Durante siete años Barragán tocó la guitarra eléctrica y acústica en la banda bogotana, dedicada a llevar mensajes de conciencia social en su música. La época de conciertos y giras construyó las bases de lo que sería una carrera entera dedicada a la música, el apoyo y la camaradería de un grupo y presentaciones en importantes escenarios de Colombia como el Festival Rock al Parque en 2012, Ibagué Ciudad Rock y La Media Torta.
En la actualidad, reparte su tiempo entre eventos como solista y músico de cámara y eventos de su dúo latino con el compositor español Hugo Selles, director del proyecto Psychic Equalizer que cuenta con tres medallas de The Global Music Awards, quien también se ha convertido en un compañero cercano en su vida en Europa. El dúo se embarcó recientemente a una gira por Dinamarca y próximamente estará en España. El resto del tiempo lo ocupa en transmitir sus conocimientos en guitarra clásica, eléctrica y teoría de la música en Copenhague, donde tiene su escuela Barragán Guitar. Para él es muy importante compartir su talento y enseñar su arte a otros. La vida de Carlos es muy parecida a lo que imaginó cuando recién tomó una guitarra por diversión y sintió que algo en él cambiaba, o más bien, despertaba.
La emoción de compartir a través de la música, bien sea por medio de enseñar o al encontrarse con diversas personas en los escenarios y al contagiarse de su energía no desaparece. Al contrario: crece cada día. Esto para él es más importante que ser virtuoso o no.
Nunca ha dejado de trabajar porque es consciente de que la música requiere disciplina y esfuerzo, así que siempre que sus proyectos le dejan tiempo trata de estudiar y aprender más. No le gusta pensar en el futuro, pero sí está seguro de que el trabajo duro y la dedicación son claves a la hora de llevar buena música a la mesa.
Latin American Post | Sylvia Rodríguez Casas
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