¿Cómo se determina el precio del arte?
¿Por qué un cuadro que a simple vista podría parecer hecho por un niño puede costar millones de dólares?
Quizás en alguna visita a una galería de arte, al ir un museo o enterarte de valor en el que fue subastado un cuadro, sueles preguntarte el porqué de su valor. Otra situación muy recurrente es la de cuestionar el precio con frases como "esto lo puede hacer hasta un niño de tres años" o "hasta yo podría hacer algo mejor", pero ¿te da curiosidad el saber realmente que influye en su costo final?
Esta situación hay que verla desde varias perspectivas, así que empecemos por la más básica, los costes que puede tener la producción de esta obra, la cual debió ser realizada por el artista, asumiendo los gastos de todo este proceso productivo, es decir materiales, tiempo y la misma mano de obra.
Hay un detalle que no se puede pasar por alto, cada obra requiere tiempo, inspiración y un proceso creativo complejo, por más sencillo o abstracto que parezca. En muchas oportunidades un artista puede durar meses ejecutando, hasta conseguir el producto final.
Además, no toda obra que se realiza tiene la posibilidad de ser exhibida o subastada, allí juega mucho el mérito y reconocimiento que tiene un artista, dependiendo de la calidad del mismo y su trayectoria, tendrá mayores posibilidades de ser incluido en lugares donde los ofertantes tengan un mayor poder adquisitivo.
Una vez el artista logra finalizar su obra y conseguir la posibilidad de mostrarla al público, con la finalidad de lograr su comercialización, hay gastos operativos que deben costearse, para que el usuario pueda apreciarlo debidamente preparado y con la pulcritud que requieren, entre ellas conseguimos el enmarcado, los diseños e impresión de los catálogos, el transporte de las obras, el coctel o brindis de inauguración, operatividad y protocolo para la asistencia diaria a la exposición, el alquiler de la galería y comisiones del galerista y el descolgado y transporte de vuelta de las obras al estudio.
Ahora que entendimos este proceso, pasamos a uno quizás un poco más complejo, pero que al final determina mucho los precio, a veces increíbles de algunas obras; la subjetividad del comprador. El primer detalle que puede influir en esta ecuación es la exclusividad que puede haber sobre una obra, pues hay que entender que el artista sólo realiza una, es decir Da Vinci sólo pintó una Mona Lisa, el resto son copias con un valor inferior y con una carga emotiva y sentimental menor.
Esto nos lleva a entender por qué un miembro de la familia real de Qatar pagó 250 millones de dólares por "Los jugadores de cartas" de Cézanne en el año 2011 o por qué son tan invaluables las obras de artistas como Van Gogh, Monet o Picasso.
Hace unos renglones hablábamos del prestigio del artista y si bien hay factores como el mercadeo o la suerte que pueda tener, detalles como la subjetividad o carga emotiva que pueda existir sobre el comprador, se transforman en impulsos que llegan colocar valores sin ningún tipo de reglas.
Una de ellas es el momento en el que fue realizada la obra, e incluso si el artista se encuentra vivo o no, así como lo escucha… un ejemplo claro de esto es Van Gogh quien cinco meses antes de su muerte consiguió vender su primer cuadro en sólo 78 dólares, ahora su obra más valiosa "Portrait du Dr. Gachet" fue subastada por USD 82,5 millones en la casa Christie's en 1990.
Se podría añadir que hay factores como la importancia que tuvo este artista dentro de su contexto histórico, como la creación de corrientes o el ciclo de oferta demanda, el cual juega un papel importante; es decir cualquier coleccionista de arte buscaría pagar una alta cantidad de dinero por un cuadro de Dalí. Esto los lleva a ofrecer cantidades exorbitantes durante subastas.
Por último, hay que destacar un aspecto poco conocido como es el término de "dinero cultural", lo cual transforma el valor por el que fue adquirida una obra en algo mejor que una inversión. En momentos de crisis, el arte puede ser una especie de soporte hasta que el dinero vuelva a circular y, en muchos casos dependiendo de su exclusividad o importancia, el factor tiempo y otros motivos, pueden ser detonantes de precio, multiplicando el valor inicial de ese cuadro colgado en una pared.
Latin American Post | Julio Abella Abella
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