Cuenta regresiva para los Óscar: A Star Is Born
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¿La tercera es la vencida? Esta es nuestra reseña de la nominada al Óscar, A Star Is Born, el segundo remake del musical de 1937
Escrita, dirigida y protagonizada por Bradley Cooper, A Star Is Born comenzó siendo un proyecto en el que él tuvo que convencer a muchos para hacerlo. Es la tercera versión de esta historia, cuyo primer round fue en 1937, hace ya casi un siglo. El primer remake fue lanzado en 1976 y protagonizado por Kris Kristofferson y Barbra Streisand. Esta vez, Cooper y Lady Gaga interpretan los roles protagonistas. Ambos son muy parecidos a sus antecesores. A Star Is Born obtuvo siete nominaciones al Óscar este año, entre ellas, la del galardón más importante: Mejor Película.
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¿De qué va A Star Is Born?
La premisa es simple: dos talentos se conocen. Se enamoran. A la vez que la carrera del exitoso cantante y guitarrrista Jack Maine va en decadencia debido a sus problemas con el alcohol y las drogas, la de la primeriza Ally despega. Su historia de amor sigue la carrera de ambos y muestra cómo el pico de una es el fondo de la otra. Esto ha sucedido en las ya tres versiones de esta película. Esto me ha hecho pensar en el por qué de un remake: ¿Qué sentido tiene volver a escribir la misma historia, primero en 1937, luego en 1976 y ahora? Aunque muchas veces cuenten la misma historia, los remakes se vuelven a hacer para contarla de forma diferente, para actualizarla, porque tal vez hay ahora algo nuevo que decir. Este no es el caso de la versión que escribió Bradley Cooper de A Star Is Born.
Por un lado, ambos protagonistas no pudieron desprenderse de la anterior versión de sí mismos. Bradley Cooper intenta con una voz fingida imitar la masculinidad tosca de Kris Kristtofferson, que de pronto estaba de moda en los setentas pero que ahora en definitiva es solo un lugar común. Y Lady Gaga, por su parte, intenta sacarle jugo a un personaje pobremente escrito solo con su parecido a Barbra Streisend. Cuando en los sesenta Funny Girl vio la luz, el personaje de Barbra Streisend, la chica judía con talento pero sin el rostro que buscaba la industria del entretenimiento, era un personaje atractivo. Ahora en un mundo del que la misma Gaga es reina, no tiene mucho sentido la problemática de la cantante talentosa pero narizona. Creo que si bien es interesante el tema de la apariencia física en la historia de una mujer que está intentándolo en la industria musical, A Star Is Born se queda muy corta en complejizar este obstáculo que debe enfrentar Ally y lo resuelve con demasiada facilidad: le parece bella a un hombre famoso.
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La historia mandada a recoger
Diría uno que en el tiempo entre 1937, año de su primera versión, hasta el 2018, tiempo equivalente casi a la historia completa del cine, han pasado distintas cosas en la industria musical y cinematográfica que permitieran actualizar la historia. Bradley Cooper no parece estar conciente de ello. Contó por tercera vez (o más bien por milésima vez, porque esta historia la hemos visto ya varias veces en otras películas) la historia de un hombre experimentado que "descubre" a una mujer, como quien dice que Europa "descubrió" América, y le explica que tiene potencial y talento y que puede ser una estrella. Eso sí, no pueden ambos estar en la cima. Es o el uno o el otro. Así, mientras ella alcanza el éxito, él ahonda en el alcohol y en las drogas. Nunca son pares.
Pensaría uno también que después de casi un siglo de feminismo, el enfoque de esta historia sería distinto. Mientras la veía, por un momento pensé, ingenuamente, que habría un momento reivindicativo y emancipatorio en el que Ally, el personaje de Lady Gaga, se daría cuenta de que para brillar con luz propia debía independizarse y separarse de su esposo y de que allá en la cima lo recordaría con amor y cariño. No fue así. La ingenua y simple Ally es incapaz en toda la película de ver y señalar los defectos de su esposo, lo cual, de paso, también la hace una historia de amor poco creíble, pues ¿qué mérito tiene amar a quien no tiene defectos? En dos horas de película, Ally no toma una sola decisión. Ni siquiera en el final (¡alerta de spoiler!), en el que él, en un acto heróico para salvarla a ella de sí mismo, se suicida. Al final, entonces, él decide por ella. Él, quien la había avergonzado delante de sus fans y le había, literalmente, quitado el escenario en el que ella brillaba, termina siendo el héroe, pues "la libera". Ally nunca se libera ni se independentiza. Al final, no se debe a sí misma sino a un marido difunto que idealizará por el resto de su carrera y que nunca se atrevió a criticar o a cuestionar.
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La única actualización que Bradley Cooper parece hacerle a su versión de la historia es en lo que se refiere a los géneros musicales. Jack Maine es un guitarrista de rock y blues. Ally, que apenas está comenzando una carrera musical, no tiene muy claro aun su estilo. Después de cantar en varias ocasiones con su esposo en el escenario, un representante le ofrece hacerla famosa. Él, entonces, le propone un cambio de look y de estilo. Ally se vuelve una estrella pop. Y mientras tanto, Jack siente que la pierde. Entonces en otro gesto paternalista, Jack cree conocer a la genuina Ally, a la verdadera. Y no se da cuenta de que en su género musical no hay espacio para una mujer. No se da cuenta de que en el pop es en donde Ally puede ser una estrella, pues su mundo, tan masculino y hostil, le ha cerrado la puerta en varias ocasiones. Y la película tampoco lo nota, pues en vez de defender el espacio en el que Ally brilla, lo ridiculiza.
Al final, Lady Gaga termina haciendo una caricatura de ella misma, que se hizo famosa haciendo pop. Ellos dos no convencen como pareja, tal vez porque se idealizan el uno al otro y nunca tienen una conversación real. Así, A Star Is Born no es más que un reencauche pasado de moda con canciones de Lady Gaga.
LatinAmerican Post | Juliana Rodríguez Pabón
Copy edited by Vanesa López Romero